Escuchar nuevos álbumes para reseñar supone tener que cambiar el chip cada cincuenta minutos, aproximadamente, y, por ejemplo, pasar del classic rock al hard rock y de éste al AOR en cuestión de tres horas. Ello implica un ejercicio de reseteo, además del habitual del respeto al trabajo de los músicos, que exige trabajar el disco suficientemente antes de escribir ni una sola palabra de él.
En esas circunstancias, llevo unas semanas disfrutando con álbumes de distintos estilos y con distintos enfoques. Uno de ellos este Magic Is Alive de Lionville, que me ha gustado mucho. El cuarto trabajo de la banda, y segundo con Frontiers, tiene el sonido Lionville y el toque que Frontiers busca en muchos de sus grupos, que suele notarse en la producción y el sonido.
Con Lars Säfsund a la voz principal, Stefano Lionetti a la guitarra, voz y teclados, Michele Cusato a la guitarra, Fabrizio Caria a los teclados, Giulio Dagnino al bajo y Martino Malacrida a la batería, Lionville supone un equipo completísimo en el que destaca Lars, por su brillante trabajo en Work Of Art, Enbound, pero en el que la brigada “azzurra” está al mismo nivel, para configurar un conjunto de una calidad extraordinaria.
Nothing without You da comienzo a un álbum en el que las melodías, los estribillos y las voces son las señas de identidad. Tanto la voz principal como los coros son angelicales, como suelen. Las composiciones son cuidadas, como también lo es la producción, para que el resultado sea perfecto, sin mancha. Este primer corte es un ejemplo del estilo fino y quedón de Lionville y su cuarto disco. You’re Not Alone no se sale del planteamiento, ni tiene por qué hacerlo, ya que ésta es la propuesta de la banda. No te sientas solo, porque con Nothing without You vas a disfrutar en compañía. Te rendirás a la belleza y la perfección de sus estribillos, que tardan poco presentarse y menos en entrar. Runaway viene a recordarnos que, a veces, es necesario hacer el petate con lo justo y escapar, correr hacia nuevos horizontes. Con el efecto en la voz principal, y su estribillo reinando, no esconde sus cartas y te invita a extender tus alas y volar como dice Lars, hacia la luz de la luna, o hacia donde tú desees. Si te gusta el rock melódico y el AOR no te costará despegar. Finally You’re with Me destaca lo que se aprecia aquello que cuesta conseguir, en especial si se trata del amor. Para ello se apoya en una preciosa entrada de teclados y la voz suave y dulce de Lars. Ya te tiene en sus brazos y eso es mucho. Ahora escucha esta gran balada y pasad la noche juntos, como te dice. Yo, desde luego, lo haría escuchando este tema y este disco. La fusión del solo de guitarra con la voz de Säfsund es preciosa.
Every Little Thing (Leads Back To You) es más potente y comienza con guitarras y un grito, nada estridente por supuesto, del frontman. Sin embargo, enseguida vemos que melodías, estribillo, voces y un sonido perfecto son también su trademarck. Eso sí, en este corte el solo tiene un mayor protagonismo que en los anteriores, sin pasarse, claro. If You Don’t Know Me te plantea si le conoces o no, cosa que siempre es difícil de responder, puesto que, a veces, cuesta hasta reconocerse uno mismo. Si no les conocías seguro que te van a gustar. Sí ya sabías de ellos, este gran álbum te enganchará más a la banda italiana. Te recordarán aquí a Toto. Al menos a mí me los ha recordado su comienzo, pasando después a tener un toque más mezclado con el estilo de sus demás cortes. Me encanta.
Vivir con la verdad resulta difícil en muchas ocasiones, pero, a la larga, es la única forma de hacerlo tranquilo. Living With the Truth te presenta el asunto con el piano como introductor, prontamente apoyado por la guitarra y una entrada rítmica. El estribillo coral no tarda mucho en engancharte, como es habitual en la banda y en Magic Is Alive. A estas alturas del trayecto ya reconoces el terreno, sabes que te mueves en él sin salirte y sabes que todas las paradas merecen la pena. No hay ninguna de relleno. Los finos brillantes y la guitarra te lo recuerdan. Reaching for the Sky , y su enfoque a lo Toto, te proponen alcanzar el cielo con la voz angelical de Lars y de la mano de una composición con toques ochenteros y arreglos orquestales. No sé si llegarás tan alto, pero seguro que te elevará. Ahí arriba ando yo. También son los teclados y la guitarra los que abren camino a la inconfundible voz de Säfsund en I’ll Never Give My Heart Away. Proclamación de amor eterno en una canción seria y bien construida, con el patrón de la banda y el álbum. Variación antesolo y solo brillante y en su punto justo.
Caminas hacia la luz, pero no la definitiva, sino la que te hace disfrutar y ver lo que realmente importa. Into The Night te acompaña en ese viaje. No te vendrá mal porque es un tema precioso y, a veces, buscar la luz es más difícil que seguir en las tinieblas. Más arriesgado y un salto al vacío. Salta con él y disfruta. No pierdas la fe. En cuatro minutos y medio verás la luz. Ojalá todo fuese tan fácil. Pero no lo es, y menos aún lo son las despedidas. Lionville despide este brillante trabajo con el corte que da nombre al álbum Magic Is Alive. Lo hace con ritmo, tono alegre y esperanzado, la calidad interpretativa y compositiva, que ya hemos explicado, y la seguridad de ser una de las bandas que hacen que, en este estilo, la magia siga viva. Y eso, amigos de Lionville, es una gran responsabilidad, pero también un honor.
Toño Martínez Mendizábal