FM – Thirteen (2022) Review

Parece que fue ayer cuando estábamos reseñando su magnífico Synchronized y aquí estamos, dos años después, disfrutando su no menos excelente Thirteen. Este álbum, cuyo nombre no engaña (es el decimotercero de su discografía), demuestra que, tras su consolidación con la actual formación en 2008, con Steve Overland a la voz y la guitarra, Merv Goldsworthy al bajo, Pete Jupp a la batería, Jem Davis a los teclados y Jim Kirkpatrick a la guitarra, no han parado de grabar y girar, demostrando que están más en forma que nunca. Y es que, cuando una banda tiene a su frontman en forma, lo demás va en el pack y Steve Overland lo está. Pudimos comprobarlo en el Rock Fest Barcelona, en 2009, en un concierto que hasta para el propio Steve pudo ser el mejor, o uno de los mejores, de su dilatada carrera. Y ¿A quién no le gusta la voz de Overland? A nadie. El cantante británico no da opciones. Su timbre y maestría encantan, en el más mágico de los sentidos, a todo aquel que la escucha. Así lo hace, agitando el árbol y comenzando el álbum con Shaking the Tree. Al agitarlo lo que cae es un auténtico tema FM como la copa de un pino. Teclados y guitarras, perfectamente empastados, dan paso a la maravillosa voz de Overland, mientras la base rítmica traza las líneas del tronco y la savia del más puro rock melódico circula con su habitual toque clásico o, mejor dicho, eterno. Bajo el árbol quizás estés tú, esperando al amor de tu vida. Sea así o no, ellos se arrancan alegremente con Waiting on Love, un corte lleno de matices, dulzura y un sonido de la caja de la batería que te llega dentro. Los coros y el estribillo nos transportan a los años en los que el rock melódico y el AOR se enseñoreaban del panorama, especialmente del americano, del que FM bebe sin reparos. Brillante en composición y con un solo fino, fino. Pero, como hablar es gratis, o al menos sale muy barato, escucha tú mismo Talk Is Cheap y dime si no te eleva, incluso en estos tristes tiempos pandémicos y de amarga invasión. El ¡uh, uh, uh! de Steve da el pistoletazo de salida a un tema lleno de clase, en el que todos los músicos se unen en su justa medida a una fiesta de la que es anfitrión Steve Overland, que no engaña ni cuando habla ni cuando canta. Demuestra con hechos, como tiene que ser. Un auténtico bombazo.

Turn this Car Around nos baja al terreno de lo real, a la carretera secundaria y a desandar el camino andado. Lo hace con un tono alegre pero, a la vez, con un toque melancólico, superado por el estribillo y los detalles de teclado, que tan bien rodean a la voz o, mejor dicho, las voces. Un gran corte que se ve adornado con el solo de guitarra. Love and War, con su toque norteamericano, nos aleja de los malos pensamientos y se endurece para animarnos a tomar el camino correcto. Todos sabemos cuál es. Una voz interior nos lo señala. En este caso, es el de Thirteen. Lo seguimos mientras Overland no deja de brillar en el amor y la guerra de lo cotidiano. Excelentes los arreglos, los teclados y la composición. Hay un largo camino a casa, dirán los miles que se alejan de la suya; y tienen razón. Long Road Home lo proclama a los cuatro vientos como una dulce balada, introducida por los teclados y la guitarra. Overland hace de sí mismo una vez más. Reparte sus dones generoso, con todos sus matices blues, soul y rock, decantados con el paso del tiempo, pero que siempre estuvieron ahí. Con ellos, y con su excelente equipo, nos hace gozar y soñar que esa vuelta no será ni tan larga ni tan dura con Thirteen. Jim Kirkpatrick te regala un precioso solo antes de que Steve vuelva al estribillo y los teclados le acompañen al llegar a casa. Todos necesitamos un golpe de suerte, o eso al menos dicen FM en Be Lucky. Eso creo yo también pero, como dice Steve, tómatelo con calma. No te desesperes y disfruta con este gran corte, que te lo pone fácil para ser positivo, aunque tu meta te lleve un tiempo. A veces mucho tiempo. De momento, eres afortunado de escuchar canciones como ésta, sus voces y su estupendo solo.

Every Man Needs a Woman, dicen, y yo les creo. Cada hombre necesita una mujer. Lo hacen saber con un tema enérgico, que comienza con un riff compartido y continúa con un Overland decidido y una banda lanzada, que te pregunta si no sabes que cada hombre necesita una mujer. Tal vez sea en nuestras generaciones, pero así suele ser. También es cierto que Thirteen necesitaba un tema tan rotundo como éste. Los ingredientes son los mismos, pero aquí FM enseña los dientes y eso también nos encanta y a Kirkpatrick, visto lo visto, también. Impresionante, como su final. Sonidos contemporáneos dan entrada a Just Got Started y volvemos a empezar. Bueno, la verdad es que no lo hemos dejado ni un segundo. En Thirteen no puedes ni pestañear o te pierdes algo genial, como este tema. Sus guitarras, contestadas por la base rítmica, adornan la alfombra sonora sobre la que salta y se eleva el cantante sin ningún complejo. A estas alturas…

Combatir el fuego con fuego parece demasiado de actualidad, pero muchas veces es así. Fight Fire with Fire con sus guitarras, teclados y batería, bien acompañadas por bajo y coros, lo afirma con dulzura pero sin ambages; con una clase al alcance de unos pocos. Mejor sería no tener que luchar en ningún terreno pero, si hemos de hacerlo, que sea en éste y sin bajas. Si acaso, con altas que se suban al carro de FM y de lo mejor del rock melódico mundial. Que lo hagan rápido, porque éste va a partir muy pronto con Be True to Yourself. Pero, no te apenes, parará en cada pueblo, villa o ciudad con buen gusto. Mientras tanto, tú no te mientas, que no hay nada peor que una persona que se miente a sí misma, porque ¿Qué no hará con los demás? Te ha gustado y mucho. Admítelo, mientras este magnífico Be True to Yourself te hace soñar en aquellos tiempos en los que todo era más sencillo y la música lo era todo. Al menos para ti y para mí.

Toño Martínez Mendizábal