THE ALMIGHTY – Powertrippin’ (1993) Review

Vanessa Warwick. ¿Qué metalero no recuerda a la mítica presentadora de la versión europea del MTV Headbangers Ball? Era imposible tener 16 años, estar enganchado al Heavy Metal y no estar enamorado de ella. Ella era el Metal (que me perdone DORO). Entre 1991 y 1996, fue un programa de culto para los amantes del género.

En aquella época, Vanessa estaba casada con Ricky Warwick, cantante y guitarra de los escoceses THE ALMIGHTY. Siempre ha sido uno de mis grupos preferidos y uno de los que siempre menciono como gran ejemplo de banda que no tuvo el reconocimiento merecido. Formado por músicos de raíces Punk, sus 2 primeros discos de finales de los 80 y principios de los 90, son un sobresaliente ejercicio de Hard-Rock, matizado de algo de Punk, algo de Rock clásico (algún tema me recuerda a lo que canta hoy Ricky con sus BLACK STAR RIDERS) y envuelto de toda la chulería que desprendía el por aquella época pelirrojo frontman.

Eran días en los que “mi doctor” me había recetado “Appetite for Destruction” una vez al día. El “Soul Destruction” de THE ALMIGHTY también sonaba regularmente en mi habitación. Pero fue con su “Powertrippin’” de 1993 dónde acabaron de conquistarme. No sé si fue por el cambio de guitarra (cambiaron al miembro original Tantrum, por el canadiense Pete Friesen, quien participa en la composición de casi todos los temas) o por los sonidos que imperaban en la época, pero el disco sonaba mucho más contundente, con muchísima presencia del bajo, de unas guitarras más graves y potentes, con la batería de Stumpy Monroe atronando y con la voz de Ricky, más cabreada que nunca. En su primera participación en el mítico Monsters of Rock de 1992, ya anunciaban que la formación era más potente y el nuevo disco lo reflejaría.

He leído en algunos medios que, con este disco, dieron un giro hacia el Grunge. Yo no soy un experto musical, pero a mi desde luego, este disco no me daba ni de lejos las mismas sensaciones y sentimientos, que el Grunge. La imagen de la banda y su propuesta, tanto musical como visual en los conciertos, se me asemejaba mucho más a la potencia del metal más americano y no fue para mí una sorpresa cuando los vi metidos en el cartel de gira del “Far Beyond Driven” de PANTERA, junto a los texanos y a los Rap-metaleros DOWNSET. Aquel concierto en Anoeta en 1994, fue uno de los más brutales que recuerdo de mi vida y la descarga que dieron, fue espectacular. Salí baldado y con una sonrisa, que me duró días.

Musicalmente el disco es una bomba de relojería. No le sobra ninguna canción. En aquellos días que hablábamos en términos de “Cara A” o “Cara B”, pensaba que su “Cara A” estaba a la altura del mencionado “Appetite…” o del “Slave to the Grind” de los añorados SKID ROW. “Possession” tiene un estribillo efectivo muy de disfrutar en concierto, pero lo que mandan son el bajo y batería, sobre todo en el puente y el estribillo, con un trabajo sobresaliente que nos golpea sin piedad. “Powertrippin’” es un sopapo de Hard-Rock punkerizado ejecutado a toda pastilla con el que es imposible no desatarse. “Over The Edge” es quizás el single por excelencia. Empieza con unas guitarras más relajadas, pero pronto sube en intensidad, llegando a su clímax de nuevo en un puente y estribillo cantado con muchísima energía por Ricky. Tema algo oscuro y deprimente en las letras, pero que aún deja entrever algo de luz: “Seems like all your heroes, dance among the dead… I used to wanna join them, I think I’ll live instead”.

Addiction” abría el disco con potencia, con unos riffs marcados y aplastantes. Aquí no hay nada de rock alegre o festivo. Aquí hay garra, rabia y actitud. Mucha actitud. “Jesus Loves You… But I Don’t”, baja las revoluciones en un tema dominado por las acústicas (y por las líneas de bajo que se escuchan perfectamente durante todo el tema) y por su crítica a la religión (“I’ve never seen Jesus inside a Church”). Es un tema que empieza triste y que va cogiendo energía e intensidad, sobre todo en la manera de cantar de Ricky. Como nota curiosa, Blaze Bailey colabora en los coros.

A pesar de que la Cara B no sea tan memorable, tiene un nivel increíble también. “Takin’ Hold” tiene un riff tremendo, rompe cuellos que desemboca en un estribillo sencillo y efectivo. El solo de guitarra es de los mejores, sin ser los solos del disco demonstraciones de virtuosismo, aunque sí tienen gancho y un sonido distinto a los típicos solos rockeros. “Out Of Season” vuelve a tirar de acústicas y en este caso, añaden una pizca de Hammond que le sienta de maravilla. 

Lifeblood”, “Meathook” y sobre todo “Eye To Eye” (que tiene el mejor estribillo de todos), siguen tirando de la fórmula de riffs mastodónticos, a caballo con una base rítmica potente y variada (increíble el trabajo en todos los cortes del álbum), y con unos estribillos rabiosos y preparados para reventar en directo, mientras que “Instinct” sí que tiene unos riffs algo más lentos y oscuros, que me recuerdan algo al Grunge, pero al de ALICE IN CHAINS, no a las soserías que hacían otros grupos. 

Para mi gusto, la obra maestra de THE ALMIGHTY. Toneladas de riffs contundentes, una base rítmica potente y variada, a la que la genial producción hace honor y comandando la nave, un Ricky Warwick cabreado, apabullante y en estado de gracia compositivo. Con todo esto y una gran imagen, alejada de las lacas de los ’80, lo tenían todo para haber coronado listas. Pero en aquella época triunfaba el Grunge… y se acabaron separando 3 años más tarde.

Siempre nos quedarán sus discos, sobre todo este increíble “Powertrippin’”, y sus conciertos, como el mencionado Monsters of Rock 1992. Imprescindibles.

Palabra de Metalson

Iñigo Metalson (The Lux Team)