MOTHER ROAD – II (2021) Review

Tras casi siete años desde la primera entrega de Mother Road nos llega este nuevo album titulado simplemente II. La banda afincada en Alemania formada por Chris Lyne y Zacky Tsoukas, ex Soul Doctor (banda alemana de hard rock melódico que pasó con más pena que gloria tras marcarse varios discos estupendos) y los otros dos miembros son el bajista Barry Sparks (Yngwie Malmsteen, Michael Schenker o Ted Nugent han contado con sus servicios) y el fenomenal cantante americano Keith Slack (ex- Steelhouse Lane, MSG, Mudpie), con esta formación podemos adivinar un sonido hard rockero pero no exento de melodía y fuerza.

La banda se llama Mother Road en honor a la ruta 66 norteamericana, ruta conocida por los moteros como «mother road», realmente el nombre de la banda hace honor al sonido que practican, si bien en el primer album «Drive» se acercaban más al sonido de unos Whitesnake de la era Marsden-Moody en este nuevo trabajo el sentimiento musical es más próximo a bandas como Bad Company, Free o incluso Humble Pie. hablando de estas influencias musicales está claro que el sentimiento bluesy está a flor de piel en muchos de los temas que conforman este puñado de canciones.

El disco comienza con «Fool´s Gold» con una llamada de teléfono y una entrada rompedora de bajo y batería junto a un potente riff de guitarra y la magnifica interpretación vocal de Slack que esta en una forma espectacular.

En «Sticks And Stones» afloran los sentimientos bluesy a tope con Keith acercándose mucho al mejor Paul Rodgers mientras la banda roza el sobresaliente.

Para «Spreading All Around» se despachan un trallazo bluesy donde las reminiscencias musicales y los giros melódicos son made in USA, me viene a la mente comparar la voz que despliega Keith con momentos espectaculares en plan Sammy Hagar, toques de Hammond y buen solo de Lyne.

«Matter Of Time» suena como una mezcla entre Led Zeppelin y Free, buen estribillo y ritmo blues muy marcado, un trallazo de tema.

«Without You» es una preciosa balada blues con un trabajo de guitarras maravilloso, un tema que suena de nuevo muy a hard rock americano de principios de los 70, sonido vintage muy bien logrado.

«Side To Side» es muy zeppeliniana al tiempo que en la voz encuentro detalles de Steve Marriott de Humble Pie, un tema potente muy bien aderezado por el sonido del órgano Hammond.

En «Cold Heat» denotan un sonido muy motown, funk, con una sección de viento y un riff que podían haber firmado los mejores Chicago de principios de los setenta.

Pedazo de tema también «Ain´t Got The Blues» con Keith Slack desarrollando toda su caudal de voz hacía el blues sin fronteras, ejercicios vocales precisos y geniales cambios de ritmo que derivan a un final con unos dejes a David Coverdale fusionados con un magnifico solo de Lyne.

Para «The One You Keep» volvemos a encontrar con que Keith Slack sigue ejercitando su voz entre los tonos de Sammy Hagar y devaneos a lo Bob Seger, un tema rockero clásico con buen estribillo y riff muy contundente con bonitos adornos de Hammond a cargo de David Breaux.

«Southland» cierra el disco con un toque evidentemente muy sureño tal como deja patente el titulo, la variedad de registros vocales de Slack vuelve a dar con la clave para hacer que este tema suene a Lynyrd Skynyrd de la época Johnny Van Zant, feroz solo de Lyne junto a un trabajo muy conseguido de la sección rítmica, gran tema para cerrar un discazo.

Editado en formato CD y vinilo por el sello alemán Metalapolis, un sello que se dedica a otro tipo de sonidos más duros pero que ya se encargó de la edición de vinilo del anterior disco de la banda, una banda por la que parece apuestan fuerte, les deseo la mejor suerte para que pronto nos puedan ofrecer material de algunas bandas más melódicas.

Con todas las influencias comentadas, el buen hacer de estos músicos y la excelsa voz de Keith Slack no se puede hacer otra cosa que pensar en escuchar el disco una cuantas veces sin parar de conducir por esa carretera madre o por la que tengas más cercana. Rock con raíces bien definidas, emotivo, recordando lo que se hacía en los años 70, sin concesiones a otra cosa más que a marcar la ruta: la ruta 66.

 

Alex Lee Rush