JOHAN KIHLBERG’S IMPERA – Spirit Of Alchemy (2021) Review

En 2012 se creó el proyecto sueco Impera en el que Johan Kihlberg capitaneaba la batería, banda sueca con participaciones de músicos y artistas que iniciaron sus raíces con tres discos en las que lo melódico imperaba en el grupo, de esto tuvo la “culpa” la voz de Matti Alfonzetti, cantante que puso los gramos de azúcar y suavidad a los tres primeros albúmes: “Legacy of Life” (2012), “Pieces of Eden” (2013) y “Empire of the Sin” (2014). 

Si bien, después de esos tres trabajos suaves y muy buenos, el batería Johan Kihlberg cogió las riendas de la banda y empezó a poner su toque personal a la misma. Empezó a hacerse cargo de su propio trabajo y a añadir sus propias preferencias al grupo; para empezar el cambio de voz, aunque no fueron grandes cambios en cuanto a “dulzura”, pero sí en cuanto a colaboraciones; en 2018 con su disco “Age of Discovery” entraron a formar parte y encargarse de la voz, artistas como Goran Edman (Yngwie Malmsteen, John Norum), Mick Devine (Seven), Nils Patrick Johansson (Lion´s Share, Astral Doors) entre otros. No sólo la formación cambió en las diferentes colaboraciones de micrófono, sino también entre las guitarras con Lars Chriss (también de Lion´s Share) y otros artistas reconocidos en el ámbito musical.

En 2019 llegó “The Rage” y ahora, en 2021 con Spirit of Alchemy, nos viene un cambio de tuerca total, no sé si para la izquierda o para la derecha, porque desde luego que el cambio en formación es destacable y no tengo claro que haya mejorado su trayectoria.

Parece ser que Johan Kihlberg ha querido buscar con este último disco, ofrecer a los oyentes un estilo más clásico y rudo con similitudes a grandes bandas de heavy más clásico. La batería de Snowy Shaw suena por todos los lados y lo que suena, suena muy bien, entiendo que quiera ganar su espacio en las canciones porque no es para menos, tiene un manejo impecable de las baquetas. También han ganado importancia las guitarras y riffs incansables que nos transportan a las grandes décadas de los 80 y 90.

Ahora os preguntaréis por qué si nos hacen un viaje al pasado con referencias a lo de antaño, menciono que no tengo claro la mejoría.

En éste último disco, se ha simplificado con la cooperación de artistas, sólo una voz se hace cargo de todos los temas de cabo a rabo y es Johny Lindkvist , cantante de Nocturnal Rites. Y ahora decís ¿y qué hay de malo en eso? Primero de todo quiero dejar constancia de mi gran predilección por Johny, me encanta su voz, me encanta Nocturnal Rites (ya lo he dejado claro en otras reseñas de otras bandas) y creo que es un hombre que con su gran carisma y con una voz difícilmente igualable, pero dentro de su estilo y dentro de ritmos que le permitan exponer todo su potencial y, desafortunadamente, creo que no es el caso. La voz “del Nocturnal” queda en un segundo plano aquí, simplemente no se funde con el ritmo de la música y se ve forzada a cantar un estilo donde no puede demostrar sus grandes posibilidades.

Nothin Will Last abre el telón del teatro para mostrar unas guitarras muy frescas y aquí Johny Lindkvist encaja bastante bien, de entre las pocas. Cabe destacar aquí el sonido de orquesta, los instrumentos típicos de banda sonora de película con un toque épico, mezclado con guitarras clásicas y unos solos impresionantes.

Read it and Weep me recuerda con sus primeras guitarras a Accept en sus mejores tiempos, y, siguiendo hablando de viejos clásicos también deciros que el manejo de la batería en All About you, sobre todo al comienzo podría compararse con los grandes golpes del gran Ingo Schwichtenger, de Helloween, cuando teníamos la suerte de que estuviera todavía entre nosotros. 

Toque Megadeth e incluso Metallica puede apreciarse en When Souls Collide con sus guitarras más pesadas, características de las anteriores mencionadas, elemento también reseñable en In Heaven, aunque esa rudeza viene edulcorada con parones más melódicos en el tema y bajo con gran protagonismo de Pontus Egberg.

La voz de Johny cobra algo de importancia en What Will be Will be, donde le dejan subir a su timbre habitual de voz y da de sí todo lo que éste gran vocalista puede dar cuando el ritmo musical es adecuado a sus cuerdas vocales, lo mismo pasa con el tema No, afortunadamente.

A Lost your Life to Rock´n Roll le faltan bastantes cosillas, es un poco insípida, la verdad.

El teclado y el matiz épico nos da la despedida con Battle, con efectos muy cinematográficos de esos de pelis de antaño. Tema 100% instrumental que, lo cierto es que, deja con muy buen sabor de boca el disco.

Y hasta aquí, un album con 9 temas, no sobre los 11 a los que estamos un poco habituados, lo cual me gusta, porque creo que se sale un poco del canon establecido y siempre he sido amante de lo “distinto”.

Para finalizar y resumir voy a decir que es éste un disco con un potencial de instrumentos impresionante, con su sabor añejo fabuloso, con unas melodías y manejos de cuerdas y bombos que nos van a hacer revivir viejos momentos, pero quizás poco fusionado con la gran voz que no acaba de casar con los ritmos instrumentales, y no porque no sea buena, sino porque no puede lucirse en muchos temas. Es como si Michael Kiske cantara una jota aragonesa, que podría, pero probablemente, el ritmo de la jotica sería bueno, pero Michael perdería mucho protagonismo…

Mi recomendación para el disco siguiente es que busquen una voz más compatible con el estilo clásico que quieren ofrecer y que mi gran Johny pueda destacar como se merece con otras melodías más acordes a él.


RATED/NOTA: 7/10
 

Laura Grosskopf (The Lux Team)