Cuando una banda ha conseguido lo más difícil, un sonido propio, reconocible y distinto para bien. Cuando, además, este sonido ha conseguido ser aclamado por la crítica, adorado por el público (al nivel que, de una forma realista, puede conseguirse en el mundo del rock hoy en día). Cuando por ello, y por tu trabajo, estás en todos los grandes festivales, has girado por medio mundo y editado siete álbumes de un gran nivel…Cuando todo eso pasa, abandonar el camino sería como si Howard Carter hubiese decidido no abrir la cámara funeraria de Tutankamón, ese 4 de noviembre de 1922, y dedicarse a otra cosa, en lugar de recoger el fruto de su duro trabajo durante años. Por supuesto que hay quien casi hizo eso. Existen muchos ejemplos y me viene a la cabeza el The Elder de Kiss, pero son pocos los que no se arrepintieron y pueden contarlo casi como una anécdota, como los neoyorkinos.
Paradigm es un título que no ha sido elegido al azar. Martensson y cía. podían haber elegido Change of Direction, New Life, A New Start o algo similar, pero no lo hicieron. Eligieron Paradigm, paradigma, modelo…Creo que está claro. Te guste o no han decidido hacer un homenaje a su propio sonido, un tributo a su propia historia y lo conseguido, y lo han hecho de una manera brillante, como no puede ser de otra forma. En cuanto a lo de sonar parecido, cuando un grupo ha alcanzado todo lo dicho con anterioridad, lejos de ser una excepción es lo habitual y natural (pensemos en AC/DC, Iron Maiden, Journey, Springsteen, Yes, Led Zeppelin, Pink Floyd….). Otra cosa es lo que está dentro de las cabezas de los miembros de un grupo cuando actúan así, si es algo natural o premeditado, si ello crea tensiones o no lo hace, si va a ser así siempre o no. Pero eso, amigos míos, es como saber lo que pasa en el dormitorio de una pareja al otro lado del globo.
El caso es que Paradigm, lamentablemente el último trabajo de Magnus Ulfstedt con la banda, de momento, comienza con un Viva La Victoria a lo himno de apertura estribillero en español. No tenían dudas en cuanto a que iba a ser el single y vídeo (por Patric Ullaeus), y lo entendemos desde ese punto de vista, sin que sea, en nuestra opinión, el mejor corte del álbum. Sí que brilla más Mary Leigh con su toque reivindicativo, necesario en los tiempos que corren, aunque que nos pese. Lo hace, como siempre, de la mano de la personal y extraordinaria voz de Erik, las pantallas sónicas que crea Magnus Henriksson y una brutal base rítmica. Pero, sobre todo, por la facilidad de los compositores para crear melodías y estribillos rematados por solos estelares. Da igual quien venga, echaremos de menos a Ulfstedt en Eclipse y sus directos, eso está claro. No queremos hacer sangre, que como ellos dicen Blood Wants Blood, un corte más serio, pero totalmente Eclipse y con la nota muy alta. Nos movemos ya entre el notable y el sobresaliente. Es así. Otra cosa es que tú te hayas aburrido de la asignatura, cosa que no me ha ocurrido a mí. Todavía me captura, e incluso sorprende, esa capacidad “eclipsiana” de aunar lo épico con lo festivo, lo profundo con lo banal. Shelter Me te da refugio y amparo cuando más lo necesitas. Lo hace con una producción excelente, tan reclamada por muchos grupos que acuden a Erik buscando su toque.
United es un buen título. “We are one” dicen y eso esperamos. Es épico y de esos que te elevan. Ese toque no lo tienen otros grupos del estilo que también nos gustan. Es casi patrimonio de Eclipse. Saben crear estos himnos y hacerlos creíbles en disco y sobre el escenario. Hablando de ese tema, Delirious es, probablemente, mi favorito, por mucho que recuerde, en especial la guitarra y la voz, a algún otro. Creo que es la verdadera aportación estilística de Eclipse, dentro de tanto bueno como hay ahora. Esa vena épica no la tiene nadie que yo conozca. No de esa manera. When the Winter Ends también la posee, sin dejar de lado el contrapunto del estribillo con buenos coros y Henriksson como el maestro que es.
38 Or 44. Yo 55. Es lo que hay. Otro temazo, con una gran aportación del bueno de Philip. Serio también. Rotundo. Me parece un gran acierto que profundicen en esa vena en la que son los líderes. Never Gonna Be Like You parece dedicado a alguien. Cada uno es como es y así hay que aceptarlo. Ellos son así y nos gustan. Crean riffs como éste, encadenan melodías y ritmos y lo hacen con brillantez. Es un nivel muy alto, tanto en composición como en producción, mezcla y masterización. Se nota cuando te haces tú las cosas y las haces con profesionalidad y el tiempo necesario.
The Masquerade es de lo mejorcito de Paradigm dentro de ese gran nivel general. Me encanta. Si somos los hijos de la farsa, o no, es algo muy particular. Desde luego ves a algunos en TV que parecen imágenes de un mal sueño, mensajes diabólicos venidos del pasado, baile de disfraces masivo. Por cierto, solazo de categoría mundial. Mejor llévame a casa, al calor del hogar y el cariño de los míos y yo te llevaré a ti al de los tuyos. Ellos nos llevan al de los nuestros con Take Me Home. Lo hacen con esos registros y sonidos tan British que recuerdan a Gary Moore, la época medieval y las incursiones vikingas. A mí me hicieron prisionero en la primera y, sea por el síndrome de Estocolmo o no, no quiero que me liberen.
Toño Martínez Mendizábal
Track list:
1. Viva La Victoria
2. Mary Leigh
3. Blood Wants Blood
4. Shelter Me
5. United
6. Delirious
7. When the Winter Ends
8. .38 Or .44
9. Never Gonna Be Like You
10. The Masquerade
11. Take Me Home