CONFESS – Burn ‘em all (2020) Review

Chupas de cuero. Vaqueros. Botas (o J’hayber). Cadenas. Los básicos… A muchos nos gusta aventurar en los restaurantes y probar cosas nuevas, comidas elaboradas y distintas. Pero a todos nos gusta cenar de vez en cuando, unos huevos fritos, con patatas y morcilla (perdón, pero los burgaleses somos así). Contundente y efectivo.

Muchas veces me encanta perderme musicalmente en los delirios de SONS OF APOLLO, o sumergirme en la oscuridad y melancolía de EVERGREY, o disfrutar de un viaje en la montaña rusa de DISILLUSION. Pero otros muchos días, me apetecen los huevos fritos, la comida contundente, conocida. El macarrismo. CONFESS.

Cuando ves las fotos de presentación, o la portada del disco, sabes que aquí vas a encontrar ese macarrismo, guitarrazos subidos de tono, música hecha para disfrutar del momento, sin pensar en mucho más, sin ofrecer lo que no quieres dar. Aunque no mata todo lo que asusta (como el dichoso COVID-19).

Me esperaba un disco lleno de temas sucios, rápidos y contundentes, pero hay más variedad. La veloz “So what” abre el disco, con un sonido muy sleazy, pero modernizado; “509” es otro puñetazo, punkerizado, digno de la mejor escuela del rock sucio escandinavo. “Burn ‘em all”, además de dar título al disco, es el tema más contundente. Toda la banda  suena brutal, con un Sam Samael a las baterías y Ludwig al bajo, repartiendo sin piedad, mientras las guitarras de Blomman y Pontus, echan humo. En sus menos de 3 minutos, te hace la demolición de tu vieja casa sin problemas.

En el otro lado de la balanza musical, “Is it love” es tan azucarado, que hará las delicias de mis amigos y compañeros de Rock Angels, Laura y Pibe. Tema AOR muy heredero de los 80. “Welcome insanity”, aunque más rockera, también es muy melódica y tiene uno de esos estribillos que luego estás tatareando mientras estás preparando la cena. En una misma onda se mueve “My vicious way”, con un estribillo y unos coros, muy pegadizos.

Realmente, todo el trabajo a las voces de John Elliot (no confundir con el de DEF LEPPARD), es muy bueno. Y por lo que he podido ver en sus videos, su imagen y actitud, le convierten en una suerte de nuevo Sebastian Bach, aunque no estoy seguro de que tenga la potencia vocal que tenía el carismático cantante de SKID ROW en sus años mozos. El tratamiento de los coros, me recuerda mucho a algunos de los discos clásicos de los años dorados del Rock. Muy curiosos los de “Malleus”, un tema cañero y con unas letras un tanto maléficas, que mete unos coros, que parecen muy dulces, pero que curiosamente dicen “Huuuumaaaannn sacrifice”… Unos malotes, vamos… 

Muy chula y efectiva es “A beautiful mind”, que en sus gruesos riffs iniciales y sus “mothefuckers!” me recuerda a los grandes MOTLEY CRÜE, pero luego en el estribillo mete unos coros que me recuerdan mucho a los discos antiguos de LORDI. Uno de mis cortes favoritos.

Cierran el disco con uno de los temas más distintos. “One for the road” es muy hímnico y festivo y por momentos, en el desarrollo, me recuerda un poco a los BLACK STAR RIDERS, aunque no tanto en el estribillo, que es muy de cantar hombro con hombro con tus colegas al final del concierto, mientras cae el confeti… “We are standing as one / One for the road / Not going home / Never alone”. ¿No os sentís así al final de un concierto/festival?

Alimento para los oídos, contundente y efectivo. Sin muchas florituras, con el objetivo de dar caña y hacerlo pasar bien al oyente. Y conmigo lo ha conseguido. No creo que entre en mi Top 10 del año, pero sonará mucho en mi coche. ¡Ojalá les pueda disfrutar en directo dentro de poco!

Palabra de Metalson


RATE/NOTA: 8/10

 

Iñigo Metalson (The Lux Team)