Estábamos en el año 2021 y de repente en la web de Rock Angels sale una noticia de que Vince Neil había tenido un accidente en un concierto y que se había caído del escenario…
Después de procesar durante un rato la noticia me puse a ver el video y entro en desanimo.
Uno de mis héroes allí por finales de los 80 y principios de los 90, antes de que ese fenómeno llamado Grunge arrasara con todo y que sirvió para que Kubero pudiese tener toda la colección de camisas de leñador del mundo, estaba en un estado deplorable.
Tristemente, poco tiempo antes, se había quedado sin voz durante el tema Girls, Girls Girls . A las puertas de un glorioso tour junto a Def Leppard, Poison o Joan Jett, el estado de Vince era pésimo.
Entonces me monto en el Delorean y vuelvo a ese gran año 1992, cuando acontecieron los juegos olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, tras de la mastodóntica gira del «Doctor Feelgood» por todo el mundo en la cima del éxito (y de sus adicciones), y después de lanzar ese recopilatorio llamado «Decade of Decadence», la situación en la banda no era nada favorable, por lo que, el resto de chicos malos le dieron la patada en el culo al rubio guaperas y frontman de la banda aduciendo diferencias irreconciliables.
Sin embargo, lejos de la desidia, el vocalista se encerró en un local con el reputado bajista y productor británico Phil Soussan (miembro de bandas como Ozzy Osbourne, Dio, Billy Idol, Johnny Hallyday, John Waite, Big Noize, Beggars & Thieves y Last in Line) para que lo ayudase a escribir y producir su álbum en solitario, así como para montar una banda.
La formación original debía incluir a Adrian Vandenberg de Whitesnake y Manic Eden en la guitarra, pero se hizo un cambio en el último minuto, por recomendación de Warner Bros y se contrató a Steve Stevens, el ex guitarrista de Billy Idol en ese momento y fundador de Atomic Playboys quien entraría en conflicto con Phil por lo que este último abandonó el proyecto.
Durante la grabación en The Record Plant y los Rumbo Recorders, producido por Ron Nevison y con portada de Kim Champagne, Steve Stevens se encargó de grabar todas las guitarras y bajos a pesar de que en el libreto figura Robbie Crane como bajista (Ratt, Love Hate, Adler´s Appetite o Lynch Mob) y el guitarra rítmica Dave Marshall (Slaughter, Nelson, Fiona o Michael Jackson). La batería sería cosa de Vikki Foxx (Enuff Z´nuff, Warrant o Dokken).
La banda finalmente se fue de gira, abriendo para Van Halen en su gira de 1993 promocionando su álbum en directo.
A pesar de ser un muy buen álbum, sólo vendió 300.000 unidades en EEUU, lo que viniendo del pasado multi ventas de Vince resultó un fracaso.
Hablando un poco de los temas que componen este trallazo podemos dar algunas pinceladas:
Look in Her Eyes abre el álbum de forma espléndida. Vince canta espectacularmente bien acompañado por el riff rápido y Heavy de Steve Stevens (el solo es de antología). Un temazo que se hace corto y que te activa de una forma brutal para lo que luego seguiría…
Sister of Pain no se queda atrás. La estrella porno Janine Lindemulder aparece en el videoclip. Este tema sería compuesto por Vince Neil junto a Tommy Shaw y Jack Blades. Espectacular el trabajo del señor Steve Stevens en la guitarra, tónica fundamental del disco.
Otro tema que no deja respiro es Can´t have your Cake y es que el trabajo de guitarra, así como los estribillos, la convierten en otro de los temas favoritos de este álbum. El videoclip de la misma contó con la entonces prometedora Pamela Anderson y el hijo del cantante, Neil Wharton, quien interpretó a un joven Vince Neil en el video.
Fine, Fine Wine es un corte Hard Rock a medio tiempo, se inicia con unas notas en bajo y destaca por los coros bien puestos. Suena similar a algunos temas del álbum «Dr. Feelgood», aunque con el peculiar toque de Stevens.
Un punteo en guitarra acústica da inicio a The Edge, buen tema por cualquier sitio donde se le analice. Vince destaca en los coros nuevamente y la melodía cambia de ritmo para dar paso a los teclados y a la guitarra acústica. Lo mejor del tema sin duda el solo Steve.
Si eres de esos de los que te gusta sacar el mechero en el concierto cuando hay una balada, enhorabuena, estás de suerte: Can’t Change Me es la canción. Los coros y estrofas a cargo de Vince, así como el solo de guitarra (acústico y luego eléctrico) son alucinantes. Se inicia con una intro en guitarra acústica, acojonante, y es que en este disco la labor del Señor Stevens es sobresaliente, me reitero una vez más.
Set Me Free es la “cover” del álbum (The Sweet), bien logrado, potente y con un solo a la altura de este gran disco.
Otro de los temas fuertes del álbum es You’re Invited (But Your Friend Can’t Come). Tiene un riff bien logrado, coros asesinos y un video clip acojonante.
Forever es la segunda balada del álbum, más comercial que Can’t Change Me, pero con la misma calidad, dedicada a la esposa de este último, Sharise, quien solicitó el divorcio a Neil a principios de ese año. Al final de la canción hay unos segundos de silencio, seguidos de la voz de una niña que dice «¡Oh, no!», esta es la difunta hija de Vince, Skylar.
Como dice mi compi del Condensarock, es un disco que no hace prisioneros y que, solo por nacer en una mala época en la que dicho estilo no sobresalía, le hizo no ganar la notoriedad que debiese.
11 canciones y 53 minutos de un discazo que a mí, cuando lo compré en cinta de casete en la tienda de Frudisk me volvió loco y es que yo siempre fui un gran fan de Motley y como no de Vince.
Con una sonrisa recuerdo aquellos años en los que nuestra preocupación era qué camiseta nueva compraríamos o que cinta nos grabaríamos y es que para un chaval de 14 años eran los tiempos del monopolio de las cintas del Cromo Ferro de TDK.
Pero bueno, hay que volver a 2022, por lo que con mucha pena montamos de nuevo en el Delorean y dejamos con añoranza aquel 1993 tan raro musicalmente pero que nos trajo discazos como este Exposed.
Señor Alijo Lux apunte este vinilo que falta en mi colección.
Fernando