Aún pasa el tiempo y nos quedan sorpresas por descubrir del pasado 2021. Discos que aparentemente pasan desapercibidos ante la avalancha de producciones que entran de puntillas por las redacciones de nuestros medios y que, de repente, estallan cuando consigues sacar un rato para poder evaluar la totalidad de lanzamientos, incalculables, que recibes. Menos mal que a veces podemos echar la vista atrás y no dejar de lado empeños tan nobles como este Last Days Of Babylon del que vamos a hablar a continuación. Es el primer lanzamiento de la banda sueca THE SONIC OVERLORDS, formada desde 2017 bajo el apelativo de THE SONIC TEMPLE y que adoptaron su actual nombre en 2019 para continuar con una carrera que, con la solidez de este primer paso, se me antoja bastante relevante.
Para llamar de primeras tu atención voy a mencionar entre sus influencias a BLACK SABBATH (con mayor peso en las etapas post OZZY), RAINBOW, DEEP PURPLE, U.F.O., IRON MAIDEN, CANDLEMASS o a MORGANA LEFAY, SPIRITUAL BEGGARS e YNGWIE J. MALMSTEEN.
De esta guisa deducirás que su música se mueve por el espectro del Hard Rock setentero, el Heavy Metal y por supuesto el Doom. Sí, has acertado, pero lejos de anclarse en un sonido tan definido, aportan una personalidad que les dimensiona más allá de lo estrictamente definido, lo que hace que la obra tenga una vida propia bastante fructífera y que consigan sorprendernos con detalles altamente cuidados.
En primer lugar, debo recalcar la magnífica labor de todos los miembros en sus funciones: Daniel Ramírez al bajo y coros, Per Sölang a la batería, Morgan Zocek a las guitarras y coros con un resultado encomiable y, por último, la voz de Marcus Zachrisson Rubin quien está más que a la altura con un tono medio cercano a Bruce Dickinson y sentidas interpretaciones con claras influencias Dio, además de transmitir la épica que envuelve a la banda con su estilo propio. Si a esto le sumas una producción notable, cuidada y plagada de detalles técnicos e imaginativos, vas a disfrutar de pura esencia ejercida con ingenio.
Un LP muy completo donde temas como la inicial Utopia a lomos de distorsiones Stoner y melodías arábigas, interactúan con el Hard Rock clásico y el Metal menos abrasivo para desplegar un encanto en su cabalgar hímnico que se apodera rápidamente de nuestra atención.
Le sucede una perfectamente ambientada In My Darkest Room, donde el Hammond (usado con sapiencia en todo el disco) envuelve su cadencia más pesada para dramatizar su lamento y posterior explosión de intensidades a partir de un solo realmente elaborado.
A partir de aquí se abre un portal donde predomina la oscuridad. Es el caso de la agónica y lisérgica Lords Of No Tomorrow , la cortante Children Of The Night y la noqueadora colaboración de TONY MARTIN en la no menos soberbia Past The End Of Time. Pero, dentro de esa nebulosa más o menos maléfica, también se dejan sentir pequeños retales de luz solar que acceden a senderos más mundanos y realmente atractivos como en la neoclásica Fools, nuevamente con sabor oriental y unas guitarras dobladas que estallan en un enganchador estribillo, el tema por excelencia del disco, World On Fire y su principio acústico muy en la onda de los primeros WHITESNAKE que posteriormente muta en una Power Ballad de alto standing y con una sensibilidad al alcance de pocos grupos, quedando coronada por un final “made in Maiden” de los que prevalecen. Tirando de este hilo, Sands Of Time procede con dulces caídas en melodías atmosféricas plenas de belleza y estallidos de furia en riffs más propios de unos BLACK LABEL SOCIETY o nos damos de bruces con la maestranza Heavy ochentera, con claro viso comercial y coros mortíferos de Shine.
En la recta final del disco nos dejan un muy potente Eternal Heroes (Last Days Of Babylon), más metálico y con cierto poso progresivo y sinfónico que me recuerda ligeramente a SYMPHONY X y con gran acierto la verdad. Para redondear esta odisea más encaminada al Power Metal cuentan con la ayuda en la composición de un experto en los géneros que predominan en esta larga duración y en el de este tema en concreto, Apollo Papathanasio (ex FIREWIND, SPIRITUAL BEGGARS).
Antes de cerrar el calendario de 2021 debería haber prestado atención a esta maravilla que habría entrado en mi top ten personal sin duda, pero, como todo tiene remedio en esta vida excepto la muerte, me he redimido de mi ignorancia en aquellos momentos dándole prioridad frente a muchos de los más aclamados discos de este 2022 que aún está arrancando y que, poco o mucho, algo tendrán que envidiar a este magnífico Last Days Of Babylon. Sobresaliente.
Jesús Alijo Lux