¿Está ardiendo el mundo? Eso es lo que parece en muchas ocasiones y en muchos temas. Desde luego Slash, Myles Kennedy & The Conspirators intentan echar más leña al fuego con el lanzamiento de su esperado World on Fire. Quienes, en su momento, consideramos Apocalyptic Love como disco del año, sabíamos que es difícil sacar un disco después de un precedente de tal envergadura. Lo es porque la mayoría tiende a analizarlo desde un punto de vista comparativo, en lugar de por su propio contenido. Desconocemos si ese mismo fantasma ha revoloteado sobre Slash y sus compinches, mientras daban forma al álbum durante la gira del Apocalyptic Love. Lo que sí sabemos es que, los diecisiete temas y setenta y nueve minutos de disco, surgieron en ensayos y habitaciones de hotel.
Se trata de un trabajo largo porque Slash, enamorado de todos y cada uno de sus temas, no ha sido capaz de dejar ninguno fuera. Es también un disco muy elaborado en el que el Sr.Hudson ha disfrutado enormemente, tanto en la composición como en la grabación. Pequeños detalles en los sonidos de sus guitarras; una implicación total por parte de su alter ego, Myles Kennedy,que firma letras más que interesantes, y la base tremenda que proporcionan Todd Kerns y Brent Fitz; son demasiados pros como para que el resultado no sea el esperado. Por si acaso, la producción de Michael «Elvis» Baskette (al que Slash conoció por su trabajo en el Fortress de Alter Bridge) y una magnífica portada, surgida de un cuadro de Ron English, se encargan de poner la guinda al pastel.
World on Fire tiene de todo. El tema que abre y da nombre al álbum, es, tal vez, el más directo y asimilable a los de su anterior trabajo. Le siguen otros trallazos como Shadow Life, Automatic Overdrive, Wicked Stone o 30 Years to Life. Canciones muy potentes en las que sonidos típicamente Slash y otros, menos reconocibles, se fusionan con las enormes posibilidades de Myles. Nos relajamos, relativamente, con otros como Battleground o Bent to Fly que, creada en un camerino justo antes de un bolo, y evocadora como pocas, parece anunciar un álbum que es como un hotel con 17 habitaciones distintas y llenas de detalles. Adornos traídos de aquí y de allá, de todas partes y de ninguna en concreto.Temas que recuerdan , en cierta manera, a algunos de los Guns. Otros en los que la influencia de un Myles, totalmente instalado en el hotel, parece emular registros de los Alter Bridge, en cortes más oscuros y llenos de arreglos, como Beneath the Savage Sun. En todos reinan las guitarras de Slash, que siguen sus caminos sin perderse, recorriendo salas y escalas; creando armonías y melodías, que son marca de la casa, y demostrando que el mástil y los trastes son una prolongación de sus dedos.
En la planta intermedia, otro incendio con Withered Delilah, un gran tema abierto por un riff inconfundible, de los que Saul Hudson es maestro, y con un estribillo temprano y quedón, que sube la temperatura para encarar la parte final con ánimos renovados.Dirty Girl, Iris of the Storm…; cortes en los que queda claro que la pasión de Slash por las cualidades de Myles está más que justificada. Referencia histórica para Avalon, un tema que no pasará inadvertido en los directos. Comienzo curioso y sonidos de teclado para un The Dissident sin complejos y marcado por un estribillo coreado, que demuestra que Slash hace lo que siente, sin importarle lo que los puristas opinen. A estas alturas, solo faltaba. El instrumental Safari Inn, de cuidado sonido y comienzo jazzístico, tampoco nos descubre nada. Slash puede no ser el pistolero más rápido y técnico del orbe, pero domina sus armas a la perfección, gana a cualquiera en el cuerpo a cuerpo y todo el mundo sabe de quién son las balas que suenan. El final de la estancia es Unholy, tema deliberadamente oscuro, concebido cinematográficamente por el señor de la chistera y para el que Myles aporta una letra muy sugerente.
Worl on Fire es, en definitiva, un gran disco. Para los amantes de las comparaciones, tal vez no tan directo como el Apocalyptic, tal vez carente de alguno de sus himnos más geniales; pero con un nivel medio fantástico y muy variado. ¿Que es largo? A ver si ahora vamos a ser tan tiquismiquis que nos vamos a quejar si nos dan más por el mismo precio. Bueno,os dejo, que mi reproductor está on fire.
Toño Martínez Mendizábal
Tracklisting
1 World On Fire
2 Shadow Life
3 Automatic Overdrive
4 Wicked Stone
5 30 Years To Life
6 Bent To Fly
7 Stone Blind
8 Too Far Gone
9 Beneath The Savage Sun
10 Withered Delilah
11 Battleground
12 12Dirty Girl
13 Iris Of The Storm
14 Avalon
15 The Dissident
16 Safari Inn
17 The Unholy
Estoy de acuerdo con la crítica, aunque sólo en parte. Tiene buenos temas pero es un disco tan, tan largo que es difícil escucharlo entero sin parar. No es una cuestión de que nos den "más por el mismo precio", sino de equilibrar un trabajo que debe constar de cierta unidad y empaque. Una hora y cuarto de riffs (casi) sin cuartel resulta abrumador.
La producción, por otro lado, me parece tan desagradable como, efectivamente, el Fortress de Alter Bridge (y sus discos anteriores, en realidad). Supongo que irá en gustos, pero para mí se pierden en este disco matices y dinámicas que en el anterior se apreciaban con facilidad.
Con todo, hay muchos buenos temas y Slash y Kennedy son una pareja para conservar.
Gracias por tu opinión Julen. Lo primero es pedir disculpas, pues olvide teclear la d final en World, en el principio del último párrafo. Lo segundo decirte que, tras muchas escuchas, estoy de acuerdo en lo de la producción. Para Alter Bridge me gusta, casa con su sonido y mensaje; pero para Slash prefiero la del Apocalyptic. No en vano, «Elvis» era la segunda opción