A veces los pormenores y accidentes de la vida unidos a fallidas iniciativas provocan iniquidades que se escapan de nuestro control; seguramente son fruto de fundamentos caprichosos o arbitrarios y acostumbran siempre a estar lejanos de los objetivos que se pretenden y, aunque siempre se dice que la suerte es algo que uno mismo se busca, me resulta complicado hallar una relación causa efecto del porqué esta banda, que como Accept indicaba en su tema “Aiming High”, tenía todo para asestar y dirigirse hacia lo más alto y pasó a esfumarse en la época en la que podrían haber tenido más gloria. Recuerdo el caso de Magnum que, hastiados hasta la médula, se quedaron prácticamente fuera del espectro musical tras la publicación de “The Eleventh Hour” por los aparentes desaires y desprecios y, claro está, también falta de presupuesto de su compañía Jet Records; y que hasta culminó en la marcha momentánea de Mark Stanway para apoyar a Phyl Lynnot en Gran Slam… Pero la perseverancia dio sus frutos, cuando todo estaba prácticamente perdido, y pudieron firmar por FM records lo que sería su eclosión a nivel internacional con ese maravilloso “On A Storytellers Night”
La banda PRAYING MANTIS, a pesar de estar incluida dentro de la NWOBHM, se formó mucho antes (a mediados de los 70) por los hermanos Chris y Tino Troy; pero, fue en el momento en el que el Punk empezaba a dar sus últimos coletazos en la escena musical británica, cuando un elenco de nuevas bandas iba a impulsar una nueva movida con espíritu renovado y vanguardista entre las cuales Praying Mantis ya se había posicionado al mismo nivel de grupos como Iron Maiden, Saxon, Tygers of Pan Tang. De hecho, la relación con Iron Maiden era tan estrecha que, al margen de salir a girar juntos en la gira “Metal for Muthas” (álbum recopilatorio publicado por EMI Records), también editaron un EP con 3 temas “The Soundhouse Tapes pt.2” que se inspiró obviamente en el EP de similar título de la doncella de hierro.
“Time Tells No Lies” iba a ser el primer álbum de esta banda, lanzado en 1981, cuando Arista Records decidió contratarlos, pero, fue ahí, dónde empezaron a fraguarse los primeros infortunios. La inestabilidad en la formación no daba garantía alguna a la compañía que acabó por dejarlos en el más profundo abandono. Justo 1 año después, Praying Mantis iba a firmar por Jet Records (sí, queridos lectores, los mismos que dejaron a Magnum a dos velas) pero, de nuevo y luego de sacar 2 singles con dicha compañía, no se produjo el éxito esperado. Lo más curioso de todo es que Jet Records ofreció a la banda la oportunidad de grabar el famoso tema “I Surrender” de Russ Ballard, pero, ya os podéis imaginar lo que pasó: inicio de conflicto con Rainbow al que también se le ofreció la golosina y quienes fueron más avispados adelantándose a los acontecimientos. Imaginaros lo que hubiera pasado si ese tema lo hubieran editado ellos a priori. De ahí mi comentario inicial acerca del mal fario general de esta banda que finalmente ya no les iba a permitir volver a levantar el vuelo hasta los 90. Ese single jamás se editó por tanto jamás sabremos lo que hubiera pasado, aunque, también es verdad que, Rainbow, por aquel entonces, era una banda ya más que consagrada e imbatible.
Lo que me sorprendió del “Time Tells No Lies” fue precisamente el hecho de que no llegaba a capturar esa escena NWOBHM del todo, al menos al respecto a la contundencia con respecto a otras bandas del género como las anteriormente mencionadas, y dónde se apreciaban varias influencias de bandas más Hard Rock como Nazareth, U.F.O, Thin Lizzy y los primeros Def Leppard. Temas con preciosas armonías vocales y de guitarras dobladas, muy elaboradas, y con mucho gancho. Quizás fue esa la infundada causa por la cual no acabaron de despegar y que acabaran siendo fruto de ese desafecto y poco reconocimiento.
Luego llegaron los 90 (desperdiciaron toda una década bajo el nombre de la mantis religiosa) y, para celebrar los 10 años del nacimiento de la NWOBHM, volvieron a unir fuerzas con formaciones variadas entre los que se incluyeron desde los ex Maiden Paul Di Anno, Denis Stratton pasando por Tony O´Hora, Gary Barden, Colin Peel, Mike Freeland, grabando hasta el álbum que vamos a reseñar hoy, ya 12 álbumes y donde se han movido en el terreno del Hard Rock melódico, incluso rozando el AOR en algunos de sus temas pero, siempre dando mucha relevancia al desempeño vocal y coral y con unas guitarras poderosas y contundentes.
La formación actual de Praying Mantis la conforman su base británica, los hermanos Troy, por descontado, y el guitarrista Andy Burgess que se unió a la banda hace ya ocho años. Más adelante se unieron el batería Hans In ‘T Zandt y el cantante John ‘Jaycee’ Cuijpers (ex Ayreon) oriundos de Holanda y con los que grabaron los álbumes Legacy (2015) y Gravity (2018) al margen del directo Keep It Alive (2019) y con los que creo han llegado a consolidar una formación sólida que está dando sus resultados y de la que podremos disfrutar durante muchos años.
Bajo esa portada, al estilo más puro Death Metal, Katharsis, sigue fiel al estilo de sus 2 álbumes predecesores. Me agradó muchísimo tanto su anterior álbum Gravity como el Legacy. Siempre abanderados por ese sonido Hard Rock clásico, pero ofreciendo también un toque de modernidad en su sonido.
“Cry For The Nations” es pura y bella melancolía con esa simple pero efectiva introducción de piano que deriva en un sonido más actualizado, pero no exento de melodía y con una muy voz expresiva y de alto rango por parte de John ‘Jaycee’ Cuijpers. Se escuchan esas guitarras solistas muy típicas de Praying Mantis confirmando que mantienen esa esencia que los sigue haciendo únicos (como precursores en su momento del sonido de muchas bandas que sí pudieron cuajar y tomar nota de esa especial influencia).
“Closer To Heaven” es un puro tema AOR directo y perfectamente ejecutado. Empieza con un piano muy Pop que luego deriva en un poderoso y a la vez melódico tema con una grandísima voz de John y una muy buena base rítmica. Una perfecta elección como segundo single por descontado y con una parte instrumental que demuestra la grandísima clase de estos músicos. No se puede sonar más compacto, aunque quizás no sea el sonido que muchos de los fans de la banda esperan.
Con “Ain´t No Rock´N´Roll In Heaven” hay un cambio de tercio hacia lo chulesco, con ese toque Funky y ese ritmo Hard Glam Rockero juguetón tan presente. Me viene a la mente la banda canadiense Helix. Buen tema a pesar de no ser lo mejor de la placa.
“Non Omnis Moriar” (no moriré del todo) es un buen ejemplo de la labor de los guitarristas de la banda con esos constantes arreglos sonando de fondo mientras el bajo va dibujando unas preciosas líneas acompañando la melodía de la voz y apoyado por unos coros perfectos. Es sonido Praying Mantis. Rock melódico de alto standing con grandes armonías.
“Long Time Coming” tiene un ritmo muy sureño volviendo a ofrecer un aspecto diferencial respecto al resto de temas (cosa que es de agradecer). Es un tema muy a la 38 Special y en el que se puede escuchar en el estribillo como enuncian su dogma de fe “It´s been a long time coming…getting ready to rock the nations…rock´n´roll is here to stay”. Está claro que los hermanos Troy van a morir con las botas puestas en el escenario…tenemos Praying Mantis para rato.
“Sacrifice” es una poderosa balada con una pequeña introducción de percusión inicial y colofón final muy a la TOTO. Muy bien acompañada de nuevo por esos arpegios de guitarra y un estribillo precioso y emotivo. Que buen gusto el del dúo Troy /Burguess a las guitarras mientras su hermano Chris no deja de aderezar el contenido con su enorme toque al bajo.
Debo destacar sobremanera como Praying Mantis es capaz de ofrecernos un producto variado, tocando todos los palos, siempre dentro del Hard Rock melódico, aunque quizás más endulzado que en trabajos previos.
“Wheels In Motion” es un ejemplo de lo mencionado en el párrafo anterior. Praying Mantis en un estado de lujuria melódica con un John cambiando su registro vocal para hacerlo suyo; en un tema muy en la onda de los últimos trabajos de Strangeways aunque con un sonido más pulido y limpio.
“Masquerade” tiene un inicio muy a lo Vinnie Vincent Invasion con un John en su máximo esplendor vocal y unas guitarras melódicas muy clásicas y contundentes rítmicas. Lástima que no tenga un estribillo con más gancho porque es un gran tema y de nuevo la labor del tándem Troy/Burgess es excelente
“Find Our Way Back Home” vuelve a ponernos en la senda del mejor AOR ochentero con esos sintetizadores que puedo percibir de fondo. Tema perfecto para poder aplicar a cualquier cantautor americano de los 80´s (hasta incluso os podríais imaginar a Cher cantándola (“Heart Of Stone”) y unos coros poderosos finales en plan himno que la elevan al Olimpo.
“Don´t Call Us Now” se desvía de nuevo bastante de la sonoridad de Praying Mantis, aunque vuelve de nuevo a vislumbrar una alteración ante este, ya de por si variado, Katharsis. La pieza con esa introducción melódica inicial nos lleva a un sonido añejo (muy 70´s) a la Uriah Heep. Tiene un interludio instrumental interesante en plan folk con un toque de guitarra muy a la Gary Moore.
La banda se despide con “The Devil Never Changes” de nuevo con un trabajo de guitarra espectacular y una gran base rítmica. Que melodía de guitarra tan maravillosa que enlaza con este portento vocal holandés entonando las primeras estrofas. La variación antes del estribillo de órdago y, a pesar de que los Whoa -oh-ohs» quizás resulten ser un recurso ya muy utilizado en este estilo, sí que me quedo con un gran sabor de boca al acabar de escuchar esta pieza final.
En resumen: Un magnífico retorno de la mantis, quizás más melódica que nunca, pero manteniendo esa sonoridad instrumental que la hace única; y que merece ser considerada como lo que es: una banda precursora de muchas otras que tuvieron mejor suerte y que, ahora a ciencia cierta, ya ha encontrado el lugar que merece entre los grandes.
José Luis Gutiérrez 3ZKS!