LYNCH MOB – Sound Mountain Sessions (2012) Review

Noveno trabajo, en este caso un EP, del proyecto que George Lynch emprendió en el 90, tras su paso por Dokken.
Corto pero intenso. No deja de llamar la atención que alguien tan importante como Lynch se rodee de compañeros de tanta clase y sólo graben cuatro temas. Supuse que era una cuestión de tiempo o una prueba de fuego para algo mayor. Y lo cierto es que, más valen cuatro buenas canciones que doce malas. Y estas cuatro son cuatro temazos. Él mismo dice haberse juntado en un estudio, en las montañas de Los Ángeles, llamado Sound Mountain, para llevar a cabo ensayos, que después grababan y así darle un toque distinto a lo que supone una grabación tradicional. Las canciones surgieron de esta forma, sin venir ya escritas de antemano y como producto de la convivencia de la banda desde la salida del sol hasta el ocaso. Y lo mejor es que prometen grabar un trabajo completo de la misma forma.

El producto: hard rock basado en el blues y, como el propio Lynch reconoce, sin limitaciones. Por ello tiene toques de blues, R&B, funk y un poco de todo. Ellos lo dicen y es así. Una obra de madurez que les aproxima, en ciertos momentos, al AOR.

Slow Drag está enraizado en el blues evolucionado al estilo Lukater. Es un extraordinario trabajo instrumental conjunto. El solo de guitarra demuestra la clase a raudales que atesora Lynch, en un tema que plasma a las claras la importancia de una buena composición. 5:12 sin complejos
En World of Chance destaca el estribillo y los coros. Otro tema de más de 5 minutos para disfrutar. Letra con fondo para hacer pensar y guitarras a favor de la canción y no al revés.

City of Freedom expresa la versatilidad vocal de Logan y tiene un bajo de esos que no olvidas fácilmente. Probablemente representa el estilo más redondo de la formación, de alguna manera cercano a Toto o lo último de Journey (por orientar a quien no conozca este trabajo) aunque, evidentemente, con personalidad propia.

Sucka es hard rock total, riff guitarrero y oh yeah! como carta de presentación. Reminiscencias del Lynch de Dokken y de todos los más grandes y una voz de lo más rockero. Una vez más, destaca el brillante (pero sensato) trabajo de guitarra de George Lynch. Y, lo dicho, con letras muy pensadas y consejos de buen amigo: “no seas tonto, es tu vida”. Hazles caso; este disco merece la pena para llenar algo menos de media hora de buen rock.

Toño Martínez Mendizábal

 

 

Formación:

George Lynch: Guitarras
Oni Logan: Voz
Robbie Crane: Bajo
Brian Tichy: Batería