Como el propio nombre del disco indica, II, es el nombre del segundo trabajo de los suecos Creye.
Vieron la luz por primera vez en 2017 y, tres años después regresan haciendo algún cambio en su formación con su nuevo vocalista, August Rauer, y Joel Selsfors a cargo del teclado. Del resto se encargan Fredrik Joakimsson y Andreas Gullstrand en las cuerdas de la guitarra (éste último a su vez fundador de la banda) y Arvid Filipsson dándole a la batería.
Cambio que no pasa desapercibido y que parece ser bastante significativo puesto que el disco tiene un toque diferente al primero. En comparación podríamos decir que éste es aún más suave, tiene menos toques rockeros y el teclado embriaga el ambiente.
No por ello quiere decir que sea un mal trabajo o que no merezca la pena, para nada, pero si lo que estás buscando es un poquito de “caña”, tendrás que buscar por otros lares.
Sin embargo, para todos aquellos que ansían temas bailables acercándose más al pop que al rock, tienen delante una buena dosis con éstos doce temas.
«II» es un torrente de fenómenos atmosféricos que se abre camino con la brisa de Broken Highway que nos mece el cabello suavemente, olamente interrumpido por algún solo de guitarra tímido, pero potente.
Carry On (nada que ver con el de Manowar, jijiji) se deja de brisas y empieza como el granizo, golpeando fuerte, para pegar un parón y pasar a la incertidumbre durante unos segundos carentes de instrumentos con el objetivo de confundir al oyente y continuar (carry on) elevando tonos.
Con una batería “tronando” ligeramente en la tormenta comienza Find a Reason, un poquito con la misma estructura que la anterior y que será casi una constante en casi todos los temas, que son las alternancias entre exposición de instrumentos y momentos meramente vocales. Truenos de tormenta leve de verano.
La que no os dejará fríos (como Burgos) será Siberia. Una canción que casi podría sonar en cualquier discoteca de techno-pop, pues la voz cantante la llevan el sintetizador, los efectos y los coros “oh oh oh”, que dejan al resto de instrumentos en un segundo plano. Con su avalancha de nieve sintética bloquea los sentidos y que te hace bailar hasta agotarte. Por lo menos a mí. Me flipa, es más pegadiza que el “super glue” y de las de darle al “play” una u otra otra vez. Como os enganchéis a ella, no vais a poder pararlo.
El arco iris aparece con Face to Face, una dosis de energía positiva con un ritmo rápido. Cabe destacar entre sus siete colores, el acompañamiento de guitarra a modo dúo en el estribillo y algún otro toque de pintura con un solo de guitarra muy bueno.
Con mucho teclado y empapada de romanticismo contemplamos la aurora boreal con Can´t Stop What We Started. Con poco acompañamiento instrumental en su comienzo, cobran protagonismo en la segunda parte de la canción donde voz y melodía suben algún tono aportando un matiz de intensidad.
Las lágrimas se convierten con Lost Without You en lluvia con un piano en su encabezamiento y en alguna otra estrofa que le da ese aporte de melancolía y tristeza a esta llovizna de corazones rotos.
Mensaje reivindicativo sobre las nuevas generaciones está presente en Hold Back The Night, que nos anima a unirnos a la revolución en un tornado de sonidos un poco más pesados, caracterizados por riffs algo más rudos.
También con mensaje decisivo, como un rayo irrumpiendo en el cielo, viene Let The World Know, con un ritmo fresco y constante transmitiendo con sus letras ganas de “que el mundo sepa” su firmeza y orgullo de haber conseguido lo que quería en la vida. (¿quizá se refiera a sacar este disco?)
La calima veraniega con dobles voces la transmiten con Closer, sin mucho que diferenciar de las demás.
The Greatest en su comienzo aparece como un nublado, aunque según va avanzando, deja pasar al sol para disipar esas nubes con la intervención de mensaje positivo, así como un ritmo más animado que en su principio.
Para concluir, tsunami. Arrastre y despliegue de instrumentos a lo largo de War Of Love, donde de manera muy discreta y a turnos se van presentando, para despedirse, el resto de músicos con sus mástiles o baquetas.
Por si os habéis perdido con el pronóstico del tiempo y ya no sabéis si coger el paraguas o las gafas de sol, os haré un breve resumen: la mayoría de las canciones tienen la misma estructura, podríamos decir que están divididas en dos partes, en la primera suelen empezar tímidas con voz y teclado y en su segunda suben algún tono que incrementa la intensidad de la voz y los instrumentos. Es en esta parte donde suele aparecer algún solo de guitarra manejado por Andreas Gullstrand (una pena que sus habilidades no se dejen ver más en los temas porque creo que tiene mucho que ofrecer). Teclas blancas y negras desde el 0 al infinito, buena producción, buenos sonidos, voz melosa a raudales, romanticismo vertiginoso, instrumentos muy tímidos, ritmos bailables, pero sobre todo muy entretenido con el que pasar un buen rato tranquilito sin efectos sorpresa.
Creo que de este disco van a salir dos grupos de oyentes bastante antagónicos: los que digan que no hay nada nuevo, que es monótono y repetitivo y otro bando que salga maravillado con su cariz súper pop y que lo ponga entre sus top 10 de 2021.
Para defender un lado o el otro…habrá que oírlo. ¿Qué te vas a poner tú? ¿Botas o chanclas?
Ya me lo contarás después de escucharlo.
RATE/NOTA: 7,5/10
Laura Grosskopf (The Lux Team)