CRASHDÏET / SHIRAZ LANE / KING ZEBRA – Sala Caracol, Madrid (2022) Crónica

Fotos: Raúl Blanco

Si estamos a mayo…seguimos recuperando las giras aplazadas, y lo que nos queda aún. Esta vez llegada desde Suecia, os energéticos jóvenes y descarados Crashdïet venían acompañados de otros aún más energéticos y descarados si cabe Shiraz Lane a los que precedían unos King Zebra que trataban de poner el punto cabal y maduro de una larga tardes noche.

Y con esas premisas salieron a escena King Zebra, con un Hard Rock más clásico y una actitud más seria que sus compañeros de cartel, trataron de meter en ambiente a la chavalada, algo que fue más sencillo que hacerlo con el publico femenino que no estaba ahí para verlos a ellos precisamente, todo dicho desde el mas profundo respeto, que no se malinterprete. Y es que muy posiblemente la muestra poblacional que pueda mover King Zebra no es la misma que la de sus compañeros, lo que no quiere decir que el concierto que se marcaron, un poco inferior en cuanto tiempo al del resto fue técnicamente el mejor de la noche. Los suizos llegaron hicieron su trabajo y se fueron sin hacer más ruido del estrictamente necesario, quizás se lleven algo de reconocimiento en cuanto a nombre con la gira, pero estoy casi seguro de que no será lo mismo a nivel de seguidores por que todo lo que les rodea no encaja muy bien en el cartel.

 

 

No tengo muy claro, si hubiera realizado una pequeña encuesta en la sala, que grupo hubiera quedado en la primera posición a la pregunta “¿A que grupo has venido a ver?, y es que el numero de camisetas de Shiraz Lane era ligeramente superior al de los cabezas de cartel. Y a tenor de lo visto sobre el escenario, los nombres del poster estaban cambiados. Lo Fineses se merendaron a Crashdïet ahí donde más duele, sobre el escenario que es donde hay que hacerlo. Empezando por Hannes, el joven vocalista se metió a todo el publico desde el primer estante en el bolsillo con su energía y su tremenda cercanía. Y es que incluso llego a mezclarse con la audiencia para que le sintieran más cerca aún. Con una actitud arrolladora y llevado en volandas por el público sin lugar a duda se convirtieron en los grandes triunfadores de la noche.

 

 

Después de una hora en la que paso un tren de mercancías por la sala llegaba el turno del nombre más grande del cartel, muy difícil lo tenían si querían llevarse el primer puesto del podio y…evidentemente no lo consiguieron. Crashdïet es una banda muy divertida y disfrutable, mucho, sobre todo si sabes lo que vas a ver, esta claro que no son unos Dream Theater, hasta el punto de que puede sucederte que al poco de comenzar de te rompa una cuerda del bajo…y no pase nada, tu sigues con el todo el tema y no se aprecia en el tema. Ya había tenido oportunidad de ver a la banda con su anterior vocalista Simon, y he decir que el grupo ha ganado, y mucho con el cambio a nivel calidad, claramente menos impactante visualmente pero igual de claro que con mucha mejor técnica y calidad en las cuerdas vocales.

 

 

Otro de los cambios en la formación es a la batería, Lacu toma el relevo de Eric, ahí poco que decir, Eric ya era el mejor, técnicamente hablando, del grupo y su sustituto pues mas de lo mismo, calidad para dar y regalar. La hora y diez minutos que nos regalo la banda sueca fue, como no podía ser de otra forma, muy entretenida, sin llegar al nivel de su colega Hannes, pero sin quedarse muy lejos, de hecho, Gabrielle debió pensar que él no iba a ser menos que su predecesor de la noche y también bajo a compartir micro con un publico entregado a la banda. Fue una noche de maquillaje, laca y sudor mucho sudor. Bendita juventud.

Crónica y fotos: Raúl Blanco