¡Cuidado, perros peligrosos! Desde Amberes (Bélgica) llega esta jauría rabiosa lista para despedazarnos hasta no dejar nada.
Con una corta vida como grupo (su primer trabajo data de 2015), nos regalaban en este pasado 2020, justo antes de finalizar, esta maravilla digna de estudio.
Desde luego, si algo muestra este álbum es hambre. Hambre por hacerse camino entre las bandas emergentes y convencer al público de que el material que nos hacen llegar es fresco, potente, agresivo y de una calidad sorprendente. Hambre por no encasillarse, por hacer lo que les venga en gana con la única premisa de que sea violento y directo al hígado.
Con pasajes del más auténtico Thrash, pasando por el Groove, incluso habiendo gente que les califica de Death ‘N´ Roll… se puede llegar a la conclusión de que los mismos Bark clasifican su propuesta como [INSERTE SU ETIQUETA MUSICAL AQUÍ] metal. Es decir, se saben con la superioridad suficiente para tocar varios palos, mezclarlos y devolver unos cortes que te arranquen un trozo de piel de un mordisco y que se peguen a tí como un perro hambriento.
La portada es un buen ejemplo de lo que se encuentra dentro. Aquí no hay descanso, aburrimiento, sosiego. Acá lo que hay son perros con dientes afilados buscando su presa. Una lucha dura y sangrienta es lo que se puede hallar.
El comienzo nos brinda una trepidante muestra de Thrash del bueno llamada “I’m a Wreck”. Como bien dice su letra “¡Caos! ¡Locura!”. Dos palabras que resumen bien lo que nos vamos a encontrar en el resto del trabajo.
Siguiendo con «Hitman», que con su ritmo machacón puede hacer dudar un poco. ¿Van a ser estos Bark tan «insistentes», por decirlo de alguna manera? ¿Quizá sea este un trabajo sin demasiadas ideas? Reconozco que este corte es de los menos inspirados desde mi punto de vista.
Por suerte, “They Are All Dead” viene para recordarnos, desde los primeros segundos, que aquí hay caña para parar un tren. Unos coros que nos ponen a mil, nos adentran junto a un riff bien molón y a la voz de Ron Bruynseels (del cual hablaremos después) en un temazo que no necesita velocidad para ponernos a tope. Esto va muy bien.
Pero es que llega “Mass Lobotomy” para que Bark nos demuestren de lo que son capaces. Este es un tema pegadizo, potente, que toca un tema más actual que nunca: el lavado de cerebro que sufrimos por parte de los medios de comunicación. Grandiosa canción que una vez te muerde ya no te suelta.
Esto ha cogido la directa para chocar contra “Devil Inside”. Aquí sí que nos movemos a velocidad del sonido a través de un riff endiablado y con la misma agresividad de siempre. El tema desacelera por momentos, pero solo para coger fuerzas y estamparnos contra un muro. El “berrido” final es un buen resumen de este tema jaja.
Aparece la canción que titula el trabajo “Written in Stone”. Desde mi punto de vista, mantiene la estructura más clásica del disco, pero sin dejar de sonar fresca. Los justos, pero exactos punteos a cargo del enorme Martín Furia a lo largo de ciertas partes del tema, y en general en el total del disco, nos llevan cabalgando hacia las mismas puertas del infierno. El día que disfrute a los Bark en directo (¡espero que dentro de poco!) gritaré esta canción con todas mis fuerzas. 100% coreable. La labor del voceras Ron Bruynseels me parece sobresaliente. En este corte no escuchamos su voz más violenta ni sus gritos más endiablados, pero es uno de los temas en los que más consigue transmitir.
“The Count of Monte Fisto” nos brinda ritmos más “noventeros” (por llamarlos de alguna manera) para mantener el nivel en el disco. Pese a ser un tema disfrutable, me parece más previsible que el resto.
En “Fistful of Diamonds”, Bark hace de nuevo que nos demos cuenta de que este grupo va en serio, que han venido para quedarse y que, mientras disfrutamos de este trabajo, debemos estar atentos a todos sus movimientos. Sin ningún artificio innecesario y dando protagonismo de nuevo a la voz de Ron, “Fistful of Diamonds” es directa y eficaz. Otro mordisco que te has llevado.
Lo mismo podemos decir de “The Spirits of the Streets”, Thrash a más no poder pero con algún guitarreo Death de los buenos que nos despedaza en poco más de dos minutos a velocidad límite.
Otro muy buen corte, “Chain Reaction”, nos lleva con ritmo y calidad hacia el final del disco donde está, “It Won’t Last Forever”, “Last Breath” y “To the Grave”.
La primera es otra de las pistas que se hacen un poco monótonas. Sus riffs más pesados piden algún cambio o aceleración que no acabemos de encontrar. Sin ser mal tema, es otro de los puntos bajos de este disco.
En cambio “Last Breath” nos vuelve a recordar a qué hemos venido aquí. Ron haciendo de las suyas, riffs envenenados, velocidad y una batería bien potente. Temazo.
“To the Grave” brinda un fin muy pesado y oscuro. Muy buen tema el elegido para cerrar este disco.
En definitiva, Bark nos presenta un excelente trabajo con este «Written in Stone». Capaz de partir cuellos desde el primer minuto, será del gusto de todos los amantes de la caña. Auguro un buen futuro a esta banda y buenos “moshpits” en sus directos.
¡Allí nos vemos!
RATE/NOTA: 7,5/10
David González Albendea
(Asociación Burgos Heavy Metal)