ALYANZA – Life, Human… (2020) Review

Reconozcámoslo, hay grupos que mezclan un montón de influencias y estilos diversos en su propuesta y les queda genial y hay otros en los que todo queda como un amasijo difícil de digerir y de disfrutar. En mi humilde opinión, ALYANZA entran en el primer saco. Si bien en sus orígenes, allá por el 2003, la banda se decantaba por el Power Metal, poco a poco fueron endureciendo su propuesta hacia el Thrash Metal, pero siempre aderezándolo con muchos registros que le dan una variedad mayor y que hacen que el resultado sea una propuesta fresca e interesante. ¡Sus teclados y voces rasgadas ayudan mucho!

Yo conocía de la existencia del grupo, porque les había visto en el Rock Fest, pero claro, a esas horas intempestivas que les ponen a las bandas locales (son de Santa Coloma). Me sonaron “decentes”, pero no les presté mucha atención, la verdad. Es el problema de tener tanta música a nuestro alcance hoy en día. Pero nuestro Máster, el gran Carlos Destroyer, que conoce bien mis gustos musicales, me recomendó escuchar su último disco, “Life, Human…”. Y tengo que decir que me parece un disco por encima de la media de lo que nos llevamos a nuestros oídos, con unas composiciones, una producción y sobre todo, una ejecución, muy reseñables.

Sobre una base sonora muy thrash-metalera, se desata la tormenta vocal de Andrés, omnipresente en todos los cortes, con una voz potente y rasgada, que muchas veces me ha recordado incluso a la de Alexi Laiho de los añorados CHILDREN OF BODOM. Y para mí, mano a mano, se sitúa el fantástico trabajo de Albert en las guitarras solistas, con unas ejecuciones que me han parecido sobresalientes.  Pero como he dicho, no se quedan ahí, y el disco tiene muchas más cosas, incluso hasta pinceladas góticas en temas como “Stars of Heaven” y “Something” donde brillan los teclados y voces limpias de Marta. También encontramos en algunos temas elementos progresivos y melodías muy herederas del Heavy Metal más clásico. 

El disco tiene también algunos momentos que me gustan menos, como por ejemplo en la inicial “Life, Human…”, el sonido de teclados del principio o el estribillo, que para mi gusto estropean un poco un tema que por lo demás, es un cañonazo. Como contrapunto, quizás mi favorita del disco sea la mencionada “Coexistence of evil”, donde se fusionan maravillosamente unas guitarras con un toque muy clásico (no consigo quitarme de la cabeza la melodía mientras escribo la reseña), con un trabajo apabullante en las voces (guturales incluidos). Un pelotazo de los de disfrutar en directo haciéndote unos buenos air-guitar y unos molinillos. Qué ganas de conciertos, joder…

Otro de los puntos altos del disco es “Directions”, una tremenda composición de más de 7 minutos, donde cabe de todo, desde un inicio instrumental tranquilo, con aires algo progresivos, a luego unos ritmos pesados, machacones, quizás diría que hasta con un regusto industrial, y donde el trabajo en los teclados es mi favorito del disco. Pena de estribillo, que por segunda vez, no acaba de llenarme, pero que sin duda no empaña un tema brutal.

Ese punto industrial, oscuro, engancha perfectamente con el rollo que le han dado al art-work del disco. Tanto la portada, como la contraportada y el libreto, tienen un aire futurista y casi apocalíptico. Como curiosidad, en el libreto explican que algunas canciones fueron escritas hace varios años, en concreto un par de ellas en 2009, otra en 2003 ¡y el tema título en 1993! Ha necesitado 27 años para encontrar la luz…

En la línea más cañera destacar también el contundente “Bad emotions”, a ratos rítmico y pesado, a ratos desatado (hasta en los teclados) y siempre envuelto en la potente voz de Andrés (¡tiene que acabar reventado en los directos!). Y sobre todo brutalisimo el final con “Lie, Rotten, False”, que en sus poco más de 2 minutos, amenaza siempre con destrozarme los altavoces del coche, como un tema Thrash sin piedad ni descanso. Un puñetazo en la cara para terminar dejando claras las intenciones.

Mucho más relajado es “Something”, que vendría a ser “la balada” del disco, más melódica y con unos solos muy inspirados. En las antípodas se encuentra el épico “For the glory”, cuya letra podría haber sido escrita por Joey Demaio, y donde se dejan llevar por su nostalgia más power-metalera. Aquí brillan más los teclados y sobre todo el trabajo de Alfons a la batería.

En resumen, un disco de Thrash muy potente y variado, con unas voces apabullantes y sobre todo un trabajo magnífico a las guitarras, tanto en los riffs como sobre todo en los solos. Típico disco que si viniera de Suecia, conseguiría una repercusión mucho mayor. Si no tienes el pelo largo, vete dejándotelo… o cómprate una peluca, porque este disco se merece un headbanging a la altura de la música. ¡Thrash till death!

Palabra de Metalson


RATE/NOTA: 8,2/10

Iñigo Metalson (The Lux Team)