Este ha sido el primer año de Rock Angels en uno de los mayores festivales del mundo. El objetivo de esta crónica es poner en situación a todos aquellos que no hayáis acudido nunca o aunque lo hayáis hecho, os podáis hacer una idea de todo lo que vivimos durante los 4 días que ya de antemano podríamos resumir en: barro, lluvia y heavy metal.
Wacken 2016 es la vigésimo séptima edición de un festival que se encuentra al norte de Alemania y a una hora de Hamburgo, al que acuden 75.000 visitantes cada año, y al que para que os hagáis idea, las entradas se suelen agotar a los pocos días de salir a la venta sin apenas haber anunciado bandas. El área total del recinto es de 250 hectáreas, cuenta con más de 100 puestos de comida y bebida, trabajan allí más de 5.000 personas y tocan una media de 120 bandas divididas en 8 escenarios.
Allá vamos.
Jueves 4 de Agosto
Ya que tanto Carlota y yo trabajamos y no pudimos coger días libres adicionales, tuvimos que llegar al festival el día después de su comienzo. A las 3:45 suena el despertador, después de asearnos y revisar contenido de maletas, mi madre nos acercó aeropuerto después de haber dormido en su casa ya que vive muy cerca y tenía que salir a la misma hora que nosotras para ir a trabajar. Después de facturar nuestra tienda de campaña en la terminal 2 y desayunar algo, el vuelo a Hamburgo nos esperaba a las 6:40.
Una vez aterrizadas y con los nervios de esperar llegar bien al festival, nos dispusimos a coger el tren del aeropuerto a la ciudad, y de ahí otro tren hasta un pequeño pueblo llamado Itzehoe, donde nos esperaría el bus lanzadera hasta el festival. Tras enlazar todos los transportes correctamente, al llegar a Itzehoe enseguida vimos banderas de Wacken y un puestecito para comprar el viaje hacia el festival, así que por 10€ tienes el trayecto de ida y vuelta. Ya en la parada había gente pero no tanta como nos imaginábamos, seguramente porque la mayoría de público ya se asegura de llegar el día antes. Después de un trayecto de aproximadamente una media hora atravesando campos de trigo, maíz y vacas, el bus nos dejó en pleno recinto ya en pleno ambiente festivalero.
Aunque llevábamos un mapa con el camino para llegar al check-in donde nos darían las acreditaciones, ya una vez te dejan en el punto de información, de todos los mapas que hay allí (y no será por mapas, todo hay que decirlo), ninguno te explica como acceder a la carpa de prensa. En información nos dieron otro mapa distinto al que teníamos y en cuanto nos decidimos a ponernos a caminar ya vimos que no iba a ser fácil. Preguntamos a diferentes personas de seguridad y uno te decía que a la izquierda, otro que a la derecha, otro que estábamos locas porque el check-in estaba a 4kms de donde nos encontrábamos… después de caminar sin rumbo durante una hora decidimos volver al punto donde nos había dejado el bus y coger un taxi, ese día habían bandas que había que ver y no era plan de pasar el día vagando y menos con maletas y tienda a cuestas. Efectivamente, el taxi tardó sus 10 minutos en llegar a la carpa donde debíamos recoger las acreditaciones, además de coger caminos en medio de bosques, nos hubiera sido imposible encontrar nada andando. Ya con un alivio considerable en el cuerpo, fuimos capaces de recoger nuestra pulsera y aunque pensábamos que ya estábamos listas para montar la tienda, todavía tuvimos que caminar otros 30 minutos entre bosques y caminos sin asfaltar, así que para cuando llegamos al camping de prensa estábamos ya exhaustas. Primera nota mental del día: si vas al Wacken, ves en coche y el día antes.
Una vez plantada la tienda en un descampado donde por no haber no había ni duchas y sin intentar pensar mucho en ello, nos dirigimos hacía el recinto del festival sin pararnos ni un segundo ya que a todo esto se nos habían hecho casi las 3 de la tarde. La primera buena noticia del día fue que justo delante del camping paraba un autobús lanzadera gratuito para prensa y vips que en apenas 10 minutos te dejaba justo en la puerta en la carpa de prensa y ya no teníamos que pegarnos más excursiones, de momento. Una vez situadas y después de asimilar que por fin nos encontrábamos allí, a nuestro alrededor había un par de bares, un par de puestos de comida y una carpa grande de prensa donde se realizarían las ruedas prensa, donde puedes cargar tus dispositivos, dejar lo que necesites en taquillas… todo muy cómodo la verdad. Justo nos estábamos situando y viendo como llegar al primer concierto al que íbamos a atender cuando nos topamos con los miembros de dicho concierto, The Dead Daisies se encontraban realizando entrevistas y a punto de ir a prepararse para tocar.
Con media hora de margen nos dirigimos hacia el Headbangers stage, compartido con el WET stage debajo de una gran carpa. Nada más atravesar el puente de prensa y salir al recinto del festival, es cuando realmente te das cuenta de donde te has metido… puedes ver los dos escenarios principales a lo lejos pero más allá de eso mires donde mires no hay fin, solo carpas y carpas de comida, bares… realmente nos llevó unos 15 minutos el encontrar en Headbangers stage, pero el ambiente y el hecho de toparnos con la estatua tributo a Lemmy lo hizo todo bastante llevadero, además de un clima que de momento acompañaba.
The Dead Daisies salieron al escenario delante de un público relativamente escaso para la cantidad de gente que vimos por el camino, pero en cuanto empezaron a sonar los acordes de “Midnight Moses” no hicieron más que llegar más y más espectadores. La verdad es que con un grupo con apenas 3 discos a sus espaldas y unos pocos años de vida te podrías llega a llevar alguna decepción, pero el simple hecho de tener a alguien como John Corabi a la voz, Marco Mendoza al bajo o Doug Aldrich a la guitarra, hacen de una actuación así una apuesta segura. Y así fue, después de escuchar temas como “Long Way To Go”, la famosa versión de la Creedence “Fortunate Son” o uno de sus últimos singles “Make Some Noise”, lo que consiguieron es que ahora esperaron con ansias su próxima visita a nuestro país con un set list más extenso.
Foto: Rolf Klatt (Wacken official site)
Con apenas 5 minutos de margen nos dirigimos hacia el Black Stage para disfrutar de Foreigner, uno de los grupos que más esperaba pues no los había visto nunca. Primer disgustazo de la noche: llego al foso y pese a tener photo pass no me dejan pasar a hacer fotos. Acababa de hacer fotos a The Dead Daisies sin problemas, y ahora en los escenarios principales no me aceptaban el acceso. Resulta que para fotografiar en los tres escenarios principales debes ir a la carpa de prensa y pedir los grupos que quieres fotografiar ese mismo día (5 como máximo). Perdiéndome los primeros acordes de “Double Vision” y volando hacia la carpa de prensa para pedir acceso al foso, una vez llego allí me dicen que para ese día ya no les queda nada. No me podía creer que no iba a ser capaz de fotografiar a Whitesnake o a Maiden, estábamos tan agotadas tanto Carlota como yo de dar vueltas, que después de este chasco decidimos tomarnos la primera cerveza del día viendo lo que quedaba de Foreigner desde la carpa. La verdad es que se agradecía un poco de calma después de todo lo que habíamos llegado a andar, y eso que solo eran las 18.30 de la tarde.
Como ya sabía que no iba a poder hacer fotos a Whitesnake, que eran el siguiente grupo, me fui a intentar disfrutar de la primera fila, para no perder la tradición de cada vez que veo a mi banda favorita. Una vez conseguido mi sitio me limité a disfrutar e intentar olvidarme de todo por lo que habíamos pasado, mañana sería otro día. En cuanto empezó a sonar la intro de “My Generation” de The Who (una de las canciones preferidas de David Coverdale, junto con “Welcome To The Jungle” de Guns N’ Roses), mis problemas comenzaron a desaparecer, para terminar desapareciendo del todo al escuchar los primeros acordes de “Bad Boys”. Si es verdad que Whitesnake no realizan cambios drásticos en su set list desde que sacaran el disco Good To Be Bad, el concierto fue básicamente un repaso a sus grandes éxitos y sin sorpresas. Mientras disfrutaba de los últimos temas “Give Me All Your Love” y “Here I Go Again” e intentando recuperarme del hecho de que David se percatara de mi presencia en medio de todo ese público, la lluvia que temíamos que llegara comenzó a hacer acto de presencia mientras la banda se despedía con su “Still Of The Night”. Llamémoslo acto de presencia, llamémoslo diluvio universal. Iron Maiden tocarían a la media hora de acabar Whitesnake, así que decidimos aguantar el chaparrón y esperar a que comenzaran en lugar de ir hacia Michael Monroe que tocaría a la misma hora, ya que sabíamos la distancia que había de un escenario a otro y nuestro agotamiento a esas horas era ya muy considerable.
Foto: Patrick Schneiderwind (Wacken oficial site)
Con el logotipo de Wacken en llamas, comenzó la actuación del cabeza de cartel del festival. La lluvia nos dio pequeñas treguas, pero para cuando Iron Maiden pisaran el escenario, el suelo era ya puro barro y nuestros pies se hundían en él inevitablemente mientras sonaba la famosa intro “Doctor Doctor”, seguida de “If Eternity Should Fail” de su último disco. Si hay algo que me encanta del show de los británicos en esta gira es el momento en el que, durante la canción “The Book of Souls”, Bruce Dickinson le arranca el corazón a Eddie en plan Indiana Jones. Uno de los momentos más espectaculares de la noche y para mi del festival, fue el poder escuchar a toda esa multitud coreando los comienzos de “Fear Of The Dark” mientras la lluvia no cesaba y mientras esa calavera gigante de búfalo seguía en llamas. Un momento mágico para cualquiera que haya crecido como una banda como esta.
Todavía quedaría el tributo a Lemmy “Born To Lose, Lived To Win”, pero nuestro agotamiento era tal que decidimos cargar pilas y dirigirnos hacia la tienda de campaña. Al día siguiente nos queríamos levantar temprano para estar a las 10 en punto en la carpa de prensa y poder coger las dichosas acreditaciones adicionales para los escenarios principales, con suerte mejoraría el tiempo. Mañana sería otro día.
Viernes 5 de Agosto
En cuanto sonó el despertador a eso de las 8 de la mañana, sabíamos que nos esperaba otro día duro: había llovido toda la noche y aun podíamos escuchar las gotas impactando contra la tienda. Tras desperezarnos y dirigirnos al shuttle para confirmar a qué hora pasaba el primero, nos confirmaron que pasaba a las 10, justo a la hora a la que abrían la carpa de prensa. Después del disgusto del día anterior, y como eran aún eso de las 9:15 de la mañana decidimos no arriesgarnos a esperar e ir caminando hacia la zona de prensa dando un paseo matutino. Primera mala idea del día.
Lo que iba a ser un agradable paseo, pues había parado de llover, acabó siendo una excursión matutina de 45 minutos entre filas de tiendas infinitas, esquive constante de charcos y barro hasta los tobillos. También el hecho de que aún no habíamos probado bocado desde el desayuno del día antes en el aeropuerto tenía algo que ver con que ya tuviéramos poca energía de buena mañana, pero nada que una cerveza y unas patatas fritas en la carpa de prensa no pudieran arreglar.
Con ya mis acreditaciones (simples post-its con nombres de grupos) para las bandas principales de ese día, decidimos volver a la tienda para terminar de asearnos y esperar a que la lluvia, que por poco nos pilla de nuevo, nos diera un nuevo respiro.
A las 14:15 harían aparición Loudness en el True Metal Stage, y yo orgullosa con mi papelito, me dirigí hacia lo que iba a ser mi primer foso en un Wacken. La primera pega a primera vista es lo exageradamente alto que se encuentra el escenario, y que para los tapones como una servidora, como los miembros de la banda no se acerquen lo suficiente al borde, es realmente complicado sacar fotos decentes, y ya no hablemos de cuerpos enteros , o de baterías. Yo como buena novata que era, miraba con cara de idiota a todos esos fotógrafos profesionales con sus taburetes, sin preocupaciones, mientras intentaba averiguar como sacar algún plano mínimamente decente. Sin intentar darle demasiada importancia y con la seguridad de haber hecho lo que buenamente pude, me dispuse a disfrutar del concierto aprovechando que la lluvia nos daba una tregua.
Decididas a comer algo más consistente que unas patatas fritas, nos dimos un respiro hasta que fueran las 16:45, hora de nuestra cita con Axel Rudi Pell una vez más, en el True Metal Stage. Hace unos meses tuve la oportunidad de ver al enorme Johnny Gioeli con su banda Hardline en Madrid, y si bien es cierto que siempre he preferido ese proyecto, siempre es un lujo disfrutar de la que para mí siempre ha sido una de las mejore voces del panorama musical. Su voz, siempre intacta, no deja de sorprender, además de su energía incansable encima del escenario. Después de abrir con “Fire”, el show prosiguió con temas como “Fool fool”, “Nasty Reputation”, y Bobbi Rondinelli nos deleitó con un solo de batería que precedió a la que se ha convertido en una de mis preferidas “Mystica”. Después de cerrar con la gran “Rock The Nation”, procedimos a ir a recargar pilas a la carpa de prensa para posteriormente dirigirnos al Headbangers Stage.
Orphaned Land harían aparición a las 19:40 bajo una carpa abarrotada para mi sorpresa, pues era la primera vez que iba a disfrutar de esta banda en directo. Abriendo con “All In One” y con un público entregadísimo, a los pocos temas hizo aparición una bailarina oriental que sin duda alegró a más de uno. También colaboraría con ellos una cantante invitada con la que el escenario se convertiría en una gran fiesta acompañada de canciones como “Sapari”, “Norra El Norra” o “Olat Ha’tamid”. No me importaría poder tener la oportunidad de ver un show completo en nuestro país la próxima vez, sorprendentemente me dejaron con ganas de más.
El siguiente plan era ver a Tarja en el Black Stage seguida de Blind Guardian en el True Metal Stage, pero dado que no disponíamos de equipo suficiente para proteger la cámara por si llovía, y la distancia hacia los escenarios principales era considerable, decidimos esperarnos de nuevo en la carpa de prensa para ver si las nubes decidían desaparecer. Una vez “apalancadas”, nos encontramos a nuestro querido Mike LePond, bajista de Symphony X, con quien tuvimos una pequeña charla y nos comentó en primicia que ya está trabajando en su segundo disco en solitario, que una vez más contará con la ayuda del maestro Michael Romeo, y del cual nos comentó que pronto podría desvelar más detalles pero que aún estaba en proceso de grabación.
Puesto que la lluvia volvió a hacer aparición y el barro seguía por nuestros tobillos, para dar por terminado el día nos acercamos brevemente a ver a Testament, último grupo del día en el True Metal Stage. Nos acompañaron unos nuevos amigos alemanes que cuidaron de nosotras lo que quedaba de noche, puesto que al llegar para disponernos a ver a Testament, a Carlota se le rompió la suela del zapato al quedársele tantas veces atrapada en el barro. Eran aquello de las 3 de la mañana cuando nos veíamos en las duchas del camping para que pobre Carlota pudiera limpiarse el pie y volver como buenamente pudiéramos a nuestra tienda. Lo mejor de la noche fue que hasta nuestros vecinos de en frente, pensando en la penita que dábamos, nos ofrecieron vodka para amenizar nuestra “desgracia” nocturna, y es que Carlota solo tenía ese par de botas para sobrevivir todo el festival.
Sábado 6 de Agosto
Último día de festival en cuanto a música se refería. Por suerte yo disponía de otro par de botas para dejarle a Carlota y el incidente de la noche anterior podría haber sido bastante peor. El primer grupo que queríamos ver ese día era Dragonforce, así que como el día anterior, después de ir a las 10 en punto a por los dichosos papelitos para hacer fotos, volvimos a la tienda para terminar de arreglarnos e ir para allá. Volvía a llover…
Tras perdernos media actuación de Dragonforce por la lluvia, pudimos ver los últimos temas que por supuesto incluían la ya imprescindible “Through The Fire And The Flames”, esta vez con un invitado especial, el Youtuber PelleK. Igual ni os suene, pero yo empecé a seguirle después de escuchar las versiones metal que hacía de canciones Disney. También tiene varias versiones de clásicos heavies y de canciones de anime, aunque servidora no es muy fan de este último género.
Apenas con 15 minutos de margen empezarían Symphony X en el True Metal Stage, así que sin apenas darme cuenta ya me encontraba de nuevo en ese incómodo foso intentando sacar alguna captura decente. Aún con lo que yo consideraba poco público, puesto que eran apenas las 2 de la tarde, los primeros y atronadores acordes de “Nevermore” comenzaron a sonar y la banda salió a darlo todo. Russell Allen hizo aparición con una de las máscaras de la portada del primer disco de la banda, que posteriormente cambió por otra, para terminar finalmente mostrando su rostro. Lo malo de este tipo de bandas progresivas es que con temas tan largos apenas da tiempo a disfrutar de 8 o 9 temas cuando se trata de actuaciones tan cortas, aún así no pudieron faltar temas como “Kiss of Fire”, “To Hell And Back”, “Set The World on Fire”, “Sea Of Lies” o ”Of Sins And Shadows”. Si hay alguien que nunca deja de sorprenderme, ese es Michael Romeo, quien con una técnica impecable, hace que parezca fácil cada uno de sus riffs y cada uno de sus solos, así como Mike LePond, uno de los bajistas más brillantes del género.
Sin haber aún desayunado ni comido, nada más terminar la actuación de Symphony X, nos dimos una pequeña vuelta para acabar por primera vez en el Party Stage y esperamos a que empezara DevilDriver. Desgraciadamente y pese a ver a un público muy entregado, diría que fue el grupo que más problemas técnicos tuvo y eso no ayudó a disfrutar de su actuación tanto como me hubiera gustado. Al principio nos encontrábamos en cuarta fila, y un problema con lo que parecía ser el bombo, no permitía escuchar apenas nada que no fuera un acople infernal. Nos intentamos ir un poco hacía atrás, pero la pantalla izquierda, donde intentábamos ver la actuación, no funcionó hasta el último tema “Meet The Wretched”.
Decididas a tomarnos un respiro después de tres bandas seguidas, nos dirigimos a la carpa de prensa, en la cuál pudimos charlar con el veloz Herman Li de Dragonforce, para después charlar de nuevo con Mike LePond, quién nos invitó a pasarnos por la carpa de firmas dónde iban a estar en un rato. Una vez allí y por fin aprovechando el buen tiempo, pudimos ver una carpa donde nos esperaban ya Symphony X para firmar a sus fans, de entre los que vimos público español, mejicano e incluso un fan japonés que solo venía a verlos a ellos.
Después de otra breve pausa, nos esperaban Gloryhammer en el Headbangers stage, grupo que vió Carlota mientras yo me dirigía hacia el True Metal Stage para ver a una de mis bandas preferidas, Steel Panther. Me sorprende que aún haya gente que no entienda este tipo de humor, teniendo en España bandas como Los Mojinos Escocíos, y me sorprende aún más leer comentarios diciendo que es una banda que no respeta a la mujer, es más, que la humilla. Me gustaría recordar que las mujeres que suben al escenario lo hacen voluntariamente, y me gustaría recordaros videoclips de bandas como Mötley Crüe, que abiertamente en conciertos como los de la gira de Carnival Of Sins eran los que pedían al público femenino que enseñaran sus encantos. Lo que hace Steel Panther es satirizar aquellos años 80, aquella época de chicas, alcohol, drogas y rock n’ roll. De hecho el show que llevan es básicamente el mismo desde la última vez que pisaron el Wacken, y así lo hicieron saber, incluyendo en su monólogo la frase: “¡Levantad la mano los que ya nos hayáis visto en el Wacken! Tenemos una noticia, y es que traemos el mismo show que la última vez, así que para los que nos hayáis visto, que sepáis que vais a ver lo mismo, y para los que no nos hayáis visto nunca, buenas noticias, ¡tenemos un nuevo show para vosotros!”. Como ya nos tienen acostumbrados, el concierto acabó siendo una fiesta, especialmente con “17 Girls In A Row”, donde hicieron subir a exactamente 17 chicas al escenario a bailar y contonearse. Yo pude ver el show desde un lado del escenario, y juro no haber visto nunca tanto crowdsurfing como vi aquel día, y con eso me refiero a ver gente cayendo al foso cada 2 segundos. Sin duda fue una de las bandas con más público del festival teniendo en cuenta que no eran cabezas de cartel y que tocaban por la tarde, y sin duda fue una de las más aplaudidas pues el público del Wacken sabe que Steel Panther es igual a fiesta.
Después de la mítica “Death To All But Metal” me dirigí hacia la carpa de prensa de nuevo donde había quedado con Carlota para comer algo y así ver a Twisted Sister desde allí, puesto que el cansancio después de tres días imparables ya hacía mella en nosotras. Fue divertido ver la cara de la gente que se encontraba allí en ese momento viéndonos corear “huevos con aceite”, preguntándose seguramente de donde habíamos salido. Fue un momento especialmente mágico, como ya ocurrió en el Rock Fest, el momento en el que la gente saca sus móviles durante “The Price”, simplemente que ese recinto masivamente más grande y simplemente yo no pude evitar la lagrimilla.
Esperamos como pudimos para ver a Dio Disciples, pero estábamos tan agotadas de caminar, dormir fatal, y apenas comer, que dimos por terminada nuestra primer a experiencia Wacken. Al día siguiente desmontamos la tienda de campaña como pudimos, despidiéndonos de todos los amigos que habíamos hecho durante esos días de locura y buena música, y temíamos tener que volver a repetir todo el camino del primer día, esta vez sin taxis ni ayudas adicionales. Cargadas de paciencia y con la poca energía que nos quedaba, nos despedimos del recinto del festival, hasta la próxima edición que esperamos que sea pronto, ahora que ya sabemos como funciona todo.
¡Hasta la próxima Wacken!
Yadira Zamora
