VANDERBUYST + BLIKSEM
Sala Excalibur, 09/11/2013
Redacción: Julen Figueras – Fotos: Diana Gaftoneanu
¿Qué se necesita para una invasión ibérica? Una banda holandesa, otra belga, y unas cuantas salas esparcidas por toda la península. Así es como se ha conformado la gira que Vanderbuyst y Bliksem están llevando a cabo a lo largo y ancho de España.
En Madrid, fue la vallekana sala Excalibur la que acogió el evento, con los locales Nigromante como banda invitada. Cuando la sala estaba prácticamente desierta –cinco o seis fotógrafos más otros tantos rockeros-, los madrileños cargaron con la labor más pesada, la de animar al público, todavía más pesada cuando no hay público al que animar. Con todo, le echaron ganas y se manejaron muy bien tocando unos temas de heavy metal clásico, además de un par de versiones: el God of Thunder de Kiss y Soy un Macarra, de los Ilegales. ¿Qué más podemos pedir en estas circunstancias? Nada, un poco de caña para ir abriendo el apetito para lo que estaba a punto de llegar.
BLIKSEM
Con el aforo ya un poco más ajustado a lo que se espera de un evento de estas características (algo intermedio entre el lleno absoluto y la bola de paja), Bliksem salieron a por todas, con una tralla que no se benefició del sonido de la sala. Al fin y al cabo, las condiciones de la Excalibur, sin ser malas, acogerían mejor un evento más calmado, mientras que Bliksem, responsables de los tonos más duros de la noche, apenas dieron descanso durante las nueve canciones que descargaron. Los belgas navegan por aguas thrash, pero su música –desde los riffs hasta los estribillos- está claramente impregnada por aromas de puro y clásico heavy metal.
El cartel de la gira los presenta como “female fronted thrash metal”, pero la banda es mucho más. Músicos experimentados con una contundencia que no está de más destacar (formado por dos hachas y una base rítmica bien sólida), que complementan al portento de Peggy Meeussen, un derroche de fuerza y una voz con un carisma y unos matices poco comunes en las voces femeninas del género.
Añadámosle, como guinda, una versión de la nunca mejorable Stand Up and Shout, de Dio, que puso en alto los puños de quienes allí nos congregamos, y nos queda un resultado más que notable para una banda a la que le quedan muchas cosas que gritar por los locales de Europa.
VANDERBUYST
El aforo ya había llegado a un nivel aceptable a eso de las 22:15, hora en la que las luces se apagaron completamente para dar paso al plato fuerte de la noche. Vanderbuyst tienen ya el culo pelado de hacer conciertos, habiendo girado por toda Europa desde el 2009 como teloneros de otras bandas o afrontando shows solitariamente. Sin ir más lejos, dos años atrás los tuvimos junto a Saxon, y sólo hace un año desde la última vez que pisaron la Sala Excalibur.
El mundo necesita, según dicen ellos mismos, que alguien devuelva la diversión del sexo, drogas y rock and roll. Pues bien: ahí no hubo ni sexo ni drogas, pero el rock abundó durante la hora y media de concierto que el trío holandés nos regaló. Desde el principio dejaron claro que habían “venido a pasarlo de puta madre” (unos pocos días en la península dan para aprenderse las mejores expresiones), y así fue. Con una alegría contagiosa, se marcaron un concierto rápido, compacto y con muchísimo ritmo. Los Vanderbuyst (palabra sacada de la conjunción de los apellidos de sus miembros), demostró que para una invasión ibérica en condiciones hay que sangrar, sudar y llorar, clavando cada concierto un día tras otro.
Con la frescura de los novatos pero con la calidad de los veteranos, cada tema sonó como un himno y cada riff como un cásico. Y, aunque los tres músicos (sólo tres, y cómo sonaban) estuvieron perfectos, no podemos dejar de hacer una mención especial para el guitarra Willem Verbuyst, no sólo autor de la mayoría de temas de la banda, sino todo un maestro con su instrumento.
El setlist, equilibrado entre los temas más cañeros y los temas cañeros-pero-no-tanto, conjugó sin problemas temas de sus tres álbumes, como Flyin’ Dutchman, que da título a su más nuevo trabajo, o las muy celebradas KGB e Into the Fire, de su In Dutch. En realidad, cualquiera de los cerca de treinta temas que han compuesto hasta la fecha hubiesen encajado en esta noche de rock and roll. Y, por si fuera poco, aún nos esperaba una última versión, esta vez con la colaboración de Peggy, de Bliksem, que subió a cantar Beer Drinkers & Hell Raisers, de ZZ Top, en una versión metalizada a dos voces que hizo del momento algo un poco más especial.
En definitiva, Vanderbuyst demostraron que, una vez más, que éxito y calidad están cada vez más reñidos, pero nos dieron uno de esos conciertos que esperamos poder repetir (con algo más de público) por mucho tiempo.
(pincha en las miniaturas para verlas en tamaño grande)
PRÓXIMAS FECHAS DE LA GIRA:
(entrada anticipada 12€, taquilla 15€)
13/11/2013 Loui Loui Club, Estepona
14/11/2013 Sala Trinchera, Málaga
15/11/2013 Supersonic club, Cádiz
16/11/2013 Sala Utopía, Zaragoza
17/11/2013 Azkena Zarata, Mungia
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