Si hay un tipo currante del rock en nuestro país ese es el puto Mafia Boy, tranquilos exaltados que estoy seguro que ahora el mismo está riéndose del adjetivo calificativo porque le mola aunque siempre queda más cool en inglés. Cuando te estas comiendo las uvas para entrar al nuevo año ya sabes que vas a tener un nuevo disco del madrileño en tus manos, lo de que te sorprenda ya es otra cosa, ahí sí que te digo que si pones un disco nuevo de SMB y te sorprende musicalmente, por estilo, es que, o no lo has escuchado en tu vida o tu otorrino curra menos que los reyes magos.
Vamos a analizar varios aspectos, el primero, el visual. En este “Permíteme que me presente” se nos presenta, valga la redundancia, un Mafia Boy muy satánico, algo que a la vista de la edición y maquetación queda muy impactante pero que quizás pueda llevar a engaño en cuanto a estilo musical. Si bien es cierto que las fotografías de J.M. Rivera son impecables así como el diseño de Fernando Navarro, por lo tanto, y puesto todo en la balanza, primer punto a favor del álbum, sí señor. Y más, si has tenido la fortuna de hacerte con la edición Digipack que se podía adquirir con el preorder a través de la web de The Fish Factory, un diseño y una edición muy cuidada, algo que por otro lado está a la altura de lo que se merece Mafia Boy.
Segundo aspecto: Producción. Ahí, pocos cambios, nuevamente grabado en Barcelona y una vez más bajo la batuta de Sue Gere, a excepción de “No way out”, que os veo venir y alguno me saltáis al cuello. Y digo yo, si algo funciona ¿Qué motivo hay para cambiarlo? Vale que hay veces que estaría bien asumir riesgos y salir de la zona de confort de uno mismo para explorar y ponerse en complicaciones, así se consigue mejorar y ver hasta dónde puede llegar uno, pero, los experimentos con Casera como decía mi abuela. El sonido es una vez más impecable y la masterizacion es limpia, dentro de la limpieza que puede adquirir ese rock sucio y pegajoso de SMB claro está, por lo tanto, nuevamente punto a favor. Vaya, parece la cosa no va mal ¿no? Dos de dos a favor de Star Mafia Boy.
Tercer y último aspecto: Musicalmente. Puede que seas de los de escuchar la música online, pues de primeras te digo que te jodes, el primer aspecto que es el formato físico te los has perdido, y me da que sobre el segundo no lo vas a poder apreciar en toda su extensión como se merece así que, te vuelves a joder, por no apoyar a los artistas. Este tercero sí que es para todos los públicos, y una vez más tenemos un Mafia Boy escupiendo verdades a la cara en cuestión de letras, el que quiera entender que entienda. El madrileño suele tratar de cuidar mucho las letras de sus temas pero lo que realmente le pone como una moto es crear un riff y metértelo hasta el fondo, sin anestesia, y es que, eso es Star Mafia Boy, riff machacones, sucios y agresivos unidos a unas letras y una voz glam/rock con toda la chulería de MadriZ. Nuevamente vamos a encontrar para cerrar el álbum un tema en inglés, algo que está volviéndose costumbre y que Mafia está regalando en píldoras a ese público anglosajón que tan bien le acoge cada vez que va allí a darles cera y demostrarles que el rock de aquí es mejor que su British Sound. Pero fijaros por donde, a mi esta vez el corte que me ha llamado muchísimo la atención ha sido “Cruces del Sur”. Él lo ha llamado así, yo le hubiera puesto de título “Estaba viendo Pulpo Fiction y me ha salido este temazo en homenaje a la música que puedes escuchar en las pelis de Tarantino”, vale, sería una puta mierda de título, pero es que me es un corte que si lo pilla el de lo Knoxville lo mete en su próxima película fijo, que gozada.
Resumiendo, que esto me está quedando largo y no me pagan por palabras, otro disco de Star Mafia Boy, otro disco que va a gustar mucho a sus seguidores, otro disco que debes tener si o si, si te gusta el Glam/Rock, otro disco que es un como un brownie, es un pedazo pequeño (solo son 32 minutos) pero que cuando lo escuchas del tirón te quedas satisfecho, y mejor eso que no quitarlo por aburrimiento. Ya lo tengo muy quemado este disco ¿Cuánto queda para el 31 de diciembre?
Raúl Blanco