STAN BUSH, músico y compositor americano, a estas alturas de la película creo que no necesita ningún tipo de presentación.
Una dilatada carrera plena de calidad, cargada de exitosos temas que le avalan como uno de los elegidos, por todo fiel amante del AOR que se precie, para ser inmortalizado en nuestro personal Paseo De La Fama del boulevard de los 80´s.
Además de sus grupos y su representación como solista, componía e inseminaba temas para bandas sonoras de películas como Transformers, Contacto Sangriento, Retroceder Nunca, Rendirse Jamás o Kickboxer, abonando “temazos” no solo a estos filmes, sino a nuestro tierno cerebrito abandonado a las endorfinas catódicas, quedando de esta forma, impregnado para la eternidad por el binomio insuperable de la década de las hombreras: el estímulo visual y sonoro en perfecta conexión melódica.
Vuelve a la carga el veterano con un nuevo disco, en este maldito 2020, titulado Dare To Dream y como sorpresa ante tanto sobresalto actual, siendo fiel a su estilo y sonido. ¡GRACIAS!
Canciones con añorados sintetizadores como en Born To Fight que abre el disco, guitarras exquisitas como sobre la que se erige el tema título del álbum, hasta medios tiempos donde siempre llega el ansiado momento de éxtasis y que posee nombre propio, Dream Of Love. Canciones que años atrás no tendrían que esperar mucho tiempo a tener respuesta filmográfica (Never Give Up), pasando por nostálgicas baladas atemporales cuyo ejemplo se traduce en Live And Breathe o incluso incursiones tan ochenteras y placenteras, que nos hacen despistarnos con otros temas del momento… (creía empezar a escuchar Run To You de Sir Adams en los primeros compases de The Times Of Your Life). Todo ello cubierto con el manto, diferenciado por el sello de la elegancia innata, de la voz de un veterano del combate, cuerpo a cuerpo, entre la composición precisa y el sentimiento necesario.
Para más inri, The 80´s hace un homenaje, para rizar el rizo, a esta permanente ofrenda al pasado, eso sí, de forma majestuosa, pero ajustada con rigidez a ese preciso tiempo pretérito, ni antes ni después, en el que atesoramos el sabor de los recuerdos como el de la teta de Sabrina, las carcajadas de fin de año con Martes y 13, un actor ejerciendo de presidente de USA, el Coche Fantástico, la panacea de la Coca-Cola o los videoclips musicales en las dos únicas cadenas de televisión en España. Ya nos la presentó el año pasado, pero, por mucho que la oiga englobada en este disco, consigue volar por sí misma directa a los más añorados rincones de nuestro cerebro.
Heart Of Attack parece sacada de sus inicios, como si fuera un tema descartado por tener tantos y tan buenos entre los que elegir al instante, así como Dream Big que incrusta 1986 en mi lóbulo temporal con sus samplers, programaciones y teclados “made in and for AOR”.
Cambia algo el tercio, añadiendo algo más de garra y fortaleza en True Believer, donde las pausas del vocalista para desgarrarse cuando la intensidad lo requiere, resaltan la pericia de la experiencia.
Y ya para cerrar el disco tenemos a Home, con aires muy acústicos, cociéndose a fuego lento, poco a poco, y que tiene su encanto, tranquilo y sosegado, perfecto para relajarnos y disfrutar de algo diferente dentro de este excelente plástico.
Resumiendo:
Estaba claro que Stan Bush tiene un don, pero, por si no había quedado ya claro a lo largo de su extenso periplo artístico, cabe recalcarlo nuevamente ya que, con la que está cayendo, hay que estar tocado por la barita mágica para facturar otro disco descomunal como este que os he relatado: tan despreocupado, tan enérgico, tan vital, tan nosotros en los ochenta. Tremenda producción, como último ingrediente, para colocar Dare To Dream entre los grandes discos de este aciago año en el que el AOR parece no padecer pandemia alguna, más allá de la inspiración de los muchos artistas y bandas que nos quieren poner difícil el top ten 2020. Excelente, muy recomendado.
RATE/NOTA: 8/10
Roberto Martínez «Pibe» (The Lux Team)