Llamada del “capo” Jesús Alijo Lux: “hey! Te voy a mandar un encargo de mucho nivel… chequea mañana el email…”.
Nervios… me como la cabeza durante un buen rato… pienso: algún trallazo de Thrash, seguro…
Al día siguiente descubro en mi buzón el nuevo trabajo de ROBERT RODRIGO BAND y pienso… “si yo no tengo ni idea de técnica de guitarra… cómo voy a hacer una crítica de nuestro guitar hero español!?”.
Tras muchas escuchas ya tengo claro que este no es un disco para solo amantes de las carreras de dedos por el mástil… Este es un discazo de Hard-rock, que cualquier amante del género disfrutará, cual cochino en el barro… o rockero en el Azkena. No sé si Robert Rodrigo es el guitarrista español con más talento, pero sí es el que más talento y técnica tiene de los que yo conozco. Tanto sus discos en solitario, como los discos con AIRLESS, como los discos con su ROBERT RODRIGO BAND, son una constatación de que es un guitarrista distinto y que está a otro nivel.
Gran parte de que este disco sea un pelotazo de Hard-Rock, lo tienen los acompañantes de Robert Rodrigo: Miguel Manjón al bajo y Pako Martínez a la batería, que hacen un trabajo muy efectivo, se les nota muy compenetrados. Es una banda en condiciones. También asoma en muchas canciones un Hammond que dota a los temas de mucho color y calor. En mi humilde opinión es un instrumento que bien utilizado engrandece las canciones. Pero si alguien brilla (sin llegar a eclipsar a Robert) es sin duda el gran Johnny Gioeli (de los enormes HARDLINE y AXEL RUDI PELL). Johnny nos regala una vez más un trabajo enorme a las voces: es sin duda uno de los grandes cantantes del Hard-Rock actual y por lo tanto, una dupla perfecta para Robert. ¿De dónde saca el tiempo este hombre para tanto proyecto??
Creo que lo que nos podemos encontrar en el disco, lo podemos resumir en los 4 ó 5 primeros temas, que no es que sean los mejores, pero que sí engloban la diversidad que tiene este discazo. Rompe el fuego “Living for louder”, que para mí es el mejor tema del disco, muy rockero, muy directo, con un gran puente y magnífico estribillo. Por supuesto en el solo, Robert ya deja unas pequeñas joyitas, para que tengamos claro desde el principio quién es el que manda. Solo muy limpio y marca de la casa.
Continuamos con “Southern skyes” y aquí ya desde el principio manda Robert con unos riffs de guitarra muy originales, entre Country-Bluegrass-Funk, que nos llevan por un tema con mucha melodía y muy rockero también. Me encanta como entra el estribillo soportado por el Hammond… Segundo pelotazo!!!
El tercer tema, “Lifeline” tiene un deje en mi opinión, muy a los míticos Mr. Big, tanto por las melodías (más tranquilas esta vez), como por las guitarras que aquí me suena muy a lo Paul Gilbert. Johnny Gioeli se sale en el tema, cantando de maravilla… parece mentira que lleve 40 años en el rock y siga manteniendo estas aptitudes. Acaba el póker de ases de inicio con la primera instrumental, de un ritmo que ya se deja claro en el título: “Anita’s boogie”. Escuchando el tema te puedes imaginar en un garito de Nashville, con una hierbecilla en la boca y una birra fría en la mano mientras los pies se te mueven al ritmo de la música. A mitad del tema, entran unos teclados que le dan otro aire al tema, más atmosférico. Lo dicho, en 4 temas, tenemos todos los ingredientes del banquete ya presentados sobre la mesa.
“Break it out” lleva unos derroteros algo más lentos, pesados, duros, como si a Tomy Iommi le hubiera dado por escribir un temazo de hard-rock, convirtiéndose en uno de mis temas favoritos del disco. Johnny Gioeli cambia de registro, pero una vez más, sale más que airoso.
Y la siguiente, “Worn out” nos trae a un Robert aún más heavy, con un sonido de guitarra más potente, cortante, aunque por supuesto con mucha melodía en el estribillo, una vez más magnífico.
Para el final del disco Robert se deja 3 instrumentales: “Blue”, que baja las revoluciones, siendo un blues instrumental que entra muy bien y continúa con esa variedad que hace el disco tan entretenido. “The land of the seven colours” que es el tema más suave y melódico del disco. Una gozada de tema donde Robert se luce, no solo por su excelso nivel técnico, sino sobre todo porque el tema tiene muchísimo sentimiento… Una joyita que enlaza con el último tema del disco, “High dose rate”, donde Robert, Miguel y Pako se desatan y nos noquean con el tema más cañero del disco. Ritmos muy heavys y la banda sonando a cañón. Perfecto para acabar el disco moviendo las melenas… o la cabeza para los que no lucimos mucho pelo…
En resumen, un disco muy variado, muy entretenido… con unos musicazos mayúsculos… sobre todo 2 músicos de otro nivel: Robert Rodrigo a las 6 cuerdas y Johnny Gioeli a las otras cuerdas… vocales.
MUY recomendable… Puede que lleva ya 15-20 escuchas seguidas… ¿Algo que añadir?