Acaban de celebrar su trigésimo aniversario y en él Pretty Maids no se acomodan. Desde 2010 han sacado cuatro discos bajo el sello de Frontiers Records: dos álbumes de estudio, un doble CD/DVD de su directo en Suiza y este último Louder Than Ever, con el que incorporan cuatro temas nuevos a su repertorio y remasterizan algunos de la etapa de 1995 hasta 2006. Un total de doce canciones que van más allá del mero recopilatorio de grandes éxitos. Una continuación del sonido que se puede encontrar en Pandemonium o Motherland y que abre la puerta a una futura obra.
Este trabajo podría ocupar ese espacio intermedio, mantener la atención de sus seguidores hasta el próximo álbum. Sin embargo recuperar composiciones que acabaron en desgracia como las de Planet Panic, y prestarles un nuevo cariz tonal en los estudios de Jacob Hansen (que ha trabajado con Volbeat, Tyr o Amaranthe, entre otros) ha sido todo un acierto. Los daneses son supervivientes de una década que se llevó a muchas bandas de heavy metal por delante. ¿Por qué no hacer gala de ello y traer al presente un poco de su historia? ¿Por qué a partir de 1995? Ronnie Atkins lo tiene claro: “El material de los ochenta y principios de los noventa es sagrado”.
Ya a principios de los noventa, de una guitarra acústica en las manos de Ken Hammer y de la voz de Atkins despojada de cualquier arreglo digital nacía ‘Too late too loud’. En ese momento no eran conscientes de lo que era demasiado fuerte. Con Louder Than Ever es lo que se han propuesto: sonidos muy pesados, fuertes, cargados en una atmósfera densa rodeada de coros artificiales. ‘Deranged’ pertenece a las nuevas y te enchufa en una unión perfecta entre el golpeteo de René Shades al bajo y las incisiones de Morten Sandager al teclado. Hay momentos de descanso, pero siempre terminan en un in crescendo que se desborda.
A la hora de elegir las inéditas, han sido ecuánimes repartiendo los tiempos. ‘Deranged’ y ‘Nuclear Boomerang’ son las directas, de riffs rápidos y contundentes; metal en estado puro que se viste con un esmoquin de solapas progresivas. Pretty Metal. En el otro lado: ‘My Soul To Take’ y ‘A Heart Without a Home’, pausadas, calmadas. La primera de estas dos últimas es un claro ejemplo de que sigue habiendo un hueco para el AOR en Pretty Maids. Aun así, acaba siendo repetitiva y carente del calor que desprende ‘A Heart Without a Home’, mucho más elaborada. Sin embargo no nos encontramos ante una pieza trascendental de riqueza compositiva. No la hay en Louder Than Ever.
‘Snakes in Eden’ ha sido una gran reconquista, la más relevante de Planet Panic. Los ajustes hacen de ella una poderosa combinación de melodías corales y pesadas, señales de identidad de Pretty Maids. En ‘Playing God’ los arpegios limpios se enturbian. El tono de Atkins baja, y es que la edad en este caso le ayuda. ‘He Who Never Lived’ y ‘Virtual Brutality’ se benefician de ello con un sonido ambiental que las arropa. Con algunos de sus títulos más relevantes como Carpe Diem o Scream poco tienen que mejorar, incluso ‘Psycho Time Bomb’ pierde su encanto, el brillo de los coros originales o los saltos de ritmo casi bailables. ‘Tortured Spirit’ continúa enfatizando esta etapa moderna de los daneses, agresiva pero melódica.
La regrabada ‘With These Eyes’ es la balada. ‘A Heart Without a Home’ no puede con ella. Si la primigenia invitaba a cerrar los ojos, volar con el pensamiento y los recuerdos, la del siglo XXI se escapa de la imaginación. Distorsión controlada en un ambiente de sonidos orquestales. ‘Wake Up To The Real World’ también es otro de los puntazos que nos podemos encontrar en este excelente disco de segundas oportunidades. Además, la edición física viene acompañada con un DVD del tour de Motherland, entrevistas y material inédito. Pretty Maids han dado vida a ocho canciones casi olvidadas, añadiendo cuatro pistas que podrían pasar desapercibidas. ¿Quién sabe si serán rescatadas en un futuro? Las de ahora regresan. Regresan con más fuerza que nunca.
Pío Antonio Puente Bernáldez