La banda catalana Mescaleros regresa con un cuarto trabajo, titulado “No Fear, No Limits”, publicado en esta ocasión a través del sello The Fish Factory y que, como viene siendo habitual en la formación, promete traer una buena dosis de hard rock de estilo clásico.
Esta nueva obra, grabada y producida por Manu Reno en Rusty Soul Studios, con portada y libreto realizados por Fernando Navarro y fotografía de Lucas Korneyá, es quizá su disco más completo y variado hasta la fecha. Tal y como indica el título, se percibe que no ha habido miedo alguno a plasmar toda su creatividad e influencias.
La banda está formada por el vocalista Amadeo Digón, Alfonso Digón a las guitarras, Manu Reno al bajo y coros y Sergio Gavín a la batería.
Desde el primer corte, “Dreams” escuchamos ese añejo rock and roll que nos lleva a épocas pasadas y que no nos cansamos de disfrutar. La personal voz de Amadeo Digón, grave y con un matiz oscuro, sello característico del grupo, nos atrapa y ya no nos deja ir.
Algo que me ha llamado la atención no solo en este disco, sino también en otros que han sido publicados este año, es que se nota claramente que el tiempo extra que muchas formaciones han tenido debido a la pandemia, ha permitido un mayor cuidado en la composición y arreglos de los temas.
“The Feeling”, de tempo más acelerado, directo y accesible, contiene además de un fantástico y pegadizo estribillo, perfecto para disfrutar en directo, un breve interludio que contrasta con el resto de la canción y que enriquece enormemente el tema.
El tercer corte, “Away” habla a través de su letra y sus notas de esos momentos en los que nos gustaría alejarnos de todo y de todos. A destacar especialmente el solo de guitarra que, sin alardes innecesarios, logra transmitir esa mezcla de desazón y esperanza que se apodera de nosotros en esas ocasiones.
“So Many Clouds”, que comienza con una voz ligeramente distorsionada, como si nos llegara a través del auricular de un teléfono, es un rock and roll de toda la vida, con una magnífica base de piano y un estribillo de los que se meten en la cabeza durante días.
Las dos siguientes, “Night Is Where I Belong”, en la que se atreven a incluir -de forma magistral- hacia la mitad del tema unas líneas funkys previas a un gran solo de guitarra y “The Dark Side Of My Soul”, de atmósfera oscura y cuyas densas estrofas contrastan con la intensidad de puente y estribillo, dan paso a “Invincible”, que incluye uno de los mejores solos de guitarra de todo el trabajo.
“Wiser”, perfecto para directo, me ha recordado por momentos a la banda Kiss, sobre todo en su formidable estribillo.
Con “The Perfect Show” y “Demons” retorna el rock and roll más clásico, guitarrero y algo macarra.
“Light My Way”, que mantiene la línea de los anteriores, incluye un fantástico interludio instrumental y, de nuevo, una extraordinaria melodía en el solo de guitarra.
Todos los miembros hacen una gran labor durante todo el disco, pero esas guitarras que guardan el perfecto equilibrio entre virtuosismo y sentimiento son merecedoras de ser destacadas. A veces se olvida que lo mejor de la música es lo que nos llega a transmitir, más allá de la cantidad de notas que se pueden tocar por segundo.
“Sueños”, estupenda adaptación acústica al castellano del primer tema y que, como amante del rock en castellano agradezco, sirve para despedir este grandísimo trabajo. He de reconocer que me encantaría tener la oportunidad de disfrutar de un trabajo completo de Mescaleros en el idioma de Cervantes.
Mescaleros vuelve con su mejor disco hasta el momento, titulado “No Fear, No Limits”, en el que han dado rienda suelta a toda su creatividad. Totalmente recomendado.
Daniel Arriero