Jørn Lande no sólo es uno de los mejores frontmen, compositores y letristas de finales del siglo XX y lo que va del XXI; es también un creador prolífico que en dos años se ha sacado de la chistera un magnífico Dracula Swing of Death (junto a Trond Holter) , una colaboración en el álbum y gira de Avantasia , Heavy Rock Radio, un brillante disco de versiones y, finalmente, este magnífico álbum que hoy os presentamos. Todo ello sin dejar de lado sus propios conciertos, de los que hemos podido disfrutar alguno, y la extraordinaria atención a los medios y fans, de la que hemos sido testigos.
Jørn es una figura indiscutible que, como la mayoría de los grandes, sabe rodearse muy bien de lo mejor de cada casa. Así es que, para este trabajado proyecto se ha hecho con un equipo de categoría. Con el ubicuo y genial Alessandro Del Vecchio a la producción y los teclados; Mat Sinner (Primal Fear, Sinner, Kiske/Somerville) al bajo; Francesco Jovino (Primal Fear) a la batería y Alex Beyrodt (Voodoo Circle, Primal Fear) a la guitarra, las posibilidades de alcanzar la excelencia se multiplican.
Life on Death Road comienza con el tema que le da nombre y el noruego, presentado por los cuervos, brillante en su registro y personaje habitual. Un tema rotundo, potente y, al mismo tiempo, lleno de detalles. La maestría del vikingo para crear melodías y estribillos geniales, marca de la casa, se muestra en todo su esplendor. La guitarra virtuosa de Beyrodt evoca sonidos “voodoo” y genialidad compartida con el dream team. Hammered to the Cross (the Business) de tono oscuro y con un Lande reflexivo, como suele, retrata al cantante en su faceta más heavy que le acercó a Dio y la melódica que le acompañó en alguno de sus primeros proyectos. Gran composición que pasa de los tonos menores a los mayores y de la tristeza a la gloria en segundos. En este mundo de desesperanza, en el que el negocio lo es todo, Love is the Remedy pone el contrapunto con las guitarras de Alex y el teclado de Del Vecchio sobre el motor de F1 Sinner/Jovino. “Never to believe in love,never to believe in peace is the crime…” dice Jørn. No añadiré nada más para no estropear el momento. Temazo.
El teclado de Alessandro es el pistoletazo de salida para Dreamwalker, un suave corte con toques whitesnakianos. Bueno, todo lo suave que puede ser un tema con Jørn a las voces. Justa medida, en cualquier caso, y un punto épico y grandioso que el solo de Beyrodt eleva a su máxima expresión y remansan las voces finales. Fire to the Sun reparte estopa desde el principio con un estribillo que me parece una extraordinaria simbiosis entre el Lande más puro y algunos de Voodoo Circle, influenciados por la serpiente blanca. Letra rebelde, potencia muscular y perfectas rimas para una gran canción. Insoluble Maze (Dreams In The Blindness) comienza con una guitarra arcana y un teclado misterioso. Ese es el tono que marca una composición con el antestribillo in crescendo. La desesperanza que deja la impronta en este tema oscuro que, no obstante, tiene su variación en positivo, con un gran trabajo rítmico y de guitarra. Lande, poderoso, se exhibe. Luego se aleja hacia I Walked Away. Lo hace con un toque bluesy y setentero en el que se desenvuelve con la misma maestría. Creo que este corte le gustaría mucho a un gran señor del género al que el noruego veneró. Los coros black le dan el punto. La guitarra de Alex suena más Voodoo Circle que nunca. Acertada subida de tono. Me encanta.
Empezamos el bloque final de temas con The Slippery Slope (Hangman’s Rope). Con el verdugo hemos topado. Con el verdugo y con la batería de Francesco, que destaca en un tema con potencia y melodía en su justa medida. ¿Un himno? Sí. Él sabe cómo hacerlos y sus amigos como armarlos. Es lo que hay. Devil You Can Drive y el frontman mentando al diablo. El lado oscuro que tanto transita le llama inexorablemente y él acude con un brillante riff del hacha germano, bien secundado por el italiano errante. Con el diablo de compañero o no, menudo tema se marca esta superbanda europea. Clase a raudales. The Optimist es un corte que destaca por su diferente tratamiento del sonido, su inicio acústico, la voz más suave de Jørn de todo el álbum y su categoría dentro de un nivel muy alto. Degusta este otro Lande, si te gusto su paso por Millenium y, si no, también. Disfruta y encara la vida con una sonrisa. Felicítate por tener este disco en casa.
Nos acercamos al abismo del final con el primer vídeo de Life on Death Road, Man of the 80’s. Otro himno, acertadísimo, histórico, autobiográfico. El genial cantante es testigo de su tiempo y así como otros, muy lícitamente, cantan a la juerga y el desenfreno, él quiere dar un paso más, vivir su música y poner música a su vida. Tema de tono alegre para variar, reforzado por la guitarra y los coros.
Cuervos, rapaces nocturnas, murciélagos y finalmente mirlos. La fauna del noruego vuela y él lo hace con otro precioso tema con un inicio de estilo coverdaliano: Blackbird que, tras una suave introducción se desata. La forma con la que Jørn encaja los versos a la perfección, rescata el pasado e incorpora la actualidad está al alcance de muy pocos. Aquí lo hace con maestría y la producción le acompaña. Como lo hacen sus cuatro guardaespaldas que en esta ocasión caminan junto a él, aunque su larga cabellera rubia y su encorvada figura de negro siempre estarán en primer plano y su voz en el Valhalla.
Toño Martínez Mendizábal
Track list
01 Life On Death Road
02 Hammered To The Cross (The Business)
03 Love Is The Remedy
04 Dreamwalker
05 Fire To The Sun
06 Insoluble Maze (Dreams In The Blindness)
07 I Walked Away
08 The Slippery Slope (Hangman’s Rope)
09 Devil You Can Drive
10 The Optimist
11 Man Of The 80’s
12 Blackbirds