La fecha madrileña de los británicos comenzó con inconveniente, el cierre de la sala Caracol a última hora nuevamente por parte del ayuntamiento de Madrid hizo que nos encontramos con un cambio de sala urgente que se solvento gracias a la rápida y eficaz gestión por parte de la promotora Kivents, y es que la experiencia es un grado y se demuestra en circunstancias como esta cuando te vienen mal dadas pero sabes reaccionar con precisión para no dejar a los fans sin un concierto que llevaban tiempo esperando, afortunadamente. Tras esto, ya nada podía salir mal, y no lo hizo.
Solo hare un pequeño apunte al respecto, Stones: 120 euros, Dr.Feelgood: 18, diversión y calidad en ambos casos, ya sabéis la respuesta, pero hay grupos que no son mainstream por no sonar en las emisoras a nivel nacional. Con un retraso de media hora debido a la cortesía de esperar por esa gente que se hubiera enterado tarde del cambio de sala aparecieron en escena con la calma y la tranquilidad de la experiencia de una banda que no tiene absolutamente nada que demostrar y que se sabe triunfadora de la noche porque, ¿alguien conoce un cuadro feo de Dalí? Pues en eso quedamos, no hay duda de que absolutamente nadie se va a ir descontento esa noche, no cabe la más mínima duda así que, para que pisar el escenario nervioso.
Tal vez por aquello de la educación británica, para no decir tacos me refiero, lo de Robert (vocalista) no es precisamente lo de contarnos historias antes de los temas, se limita a unas breves presentación y solo algunas veces, tampoco hay que pasarse, pero es que, tampoco es necesario por que su expresividad es mas que evidente y a lo que habíamos ido allí era a ver autentico y puto Rock and Roll, del de siempre, de ese en extinción por que no hay muchas bandas con las pelotas como las de estos señores para hacerlo con esta calidad. No fallaron ni una nota, Kevin (batería) técnico y serio, a lo suyo, sin espavientos ni alarmas, Phill (bajo, en su rincón, lo único que le faltaba era el frac, pero es que una cosa es la elegancia y otra pasarse, que estamos hablando de rock and roll.
Igualados a puntos, en combate nulo, por un lado, Robert (vocalista) tremendamente enérgico, como comenté anteriormente, además de perfecto con sus cuerdas vocales y con esa maravillosa colección de harmónicas, una bolsita con unas 6 unidades que iba alternando y pasándoles la lengua de modo insinuante, cómico, antes de comenzar a sacarles el máximo rendimiento. Y, por último, pero no menos importante, el señor Gordon a las guitarras, tanto con su slide como limpias, lo de este señor es un auténtico escándalo, que manera de hacer hablar, llorar, reír, en definitiva, sentir a un instrumento, por un lado, están los músicos de conservatorio, perfectos técnicamente y con un trabajo detrás abrumador, y, por el otro, esta clase de músicos que tienen ese don especial, están tocados por la barita mágica del talento.
La media de edad de los asistentes no era la de universidad ni mucho menos, y aunque la banda alargo mas de lo previsto, salieron a hacer dos bises que no estaban incluidos en su repertorio, aquello no podía irse más allá de los noventa y cinco, cien minutos, por que se nos iban a desencajar las caderas y la cabeza. Joder, que hasta yo me descubrí por momentos bailando como si fuera el puto John Travolta en fiebre del sábado noche, debe ser por eso que esto ahora con luxación de cadera, por que lo otro os aseguro que no es, ya me entendéis.
Han sido muchas veces las que Dr.Feelgood ha venido a visitarnos, muchas también las que su exlíder Wilco lo ha hecho, pero me voy a permitir la indecencia de daros un consejo, si os gusta el rock and roll clásico, el de toda la vida, ese que se disfruta como nunca, el de mover las caderas, el que hace que se te vayan los pies, que no puedas estarte quieto, aunque lo intentes por todos los medios…no debes perderte a estos británicos. Ahora ya es demasiado tarde señora, como diría aquel, pero no pierdas de vista las redes, o mejor aún, nuestra página, para estar atento al próximo aterrizaje de estos jovenzuelos en nuestro país, reserva 18 euros de esos 120 que tienes de presupuesto para un concierto, reserva una de las noches de niñera al año para que puedas disfrutar de una velada vestid@s que será inolvidable, hazme caso, hay vida es esas salas pequeñas, y quizás puede ser mejor a veces, pero también mucho mas cara.
Crónica y fotos: Raúl Blanco