Desde que en 2015 publicaran su álbum homónimo, “Def Leppard”, los chicos de Sheffield estaban en el dique seco. Tenían a los fans a la espera de que se produjera el milagro de su vuelta y así ha sido. Hemos tenido que esperar a 2022 a que Joe Elliot, Rick Savage, Rick Allen, Phill Collen y Vivian Campbell (la formación de las formaciones) para que nos traigan este “Diamond Star Halos”. Bajo el sello Universal, lanzaron el 27 de mayo este álbum de quince temas y en casi todos los formatos: CD en blanco y negro, cassette de edición limitada, Picture disc en vinilo, vinilo doble transparente y doble vinilo. Un lanzamiento a lo grande y por todo lo alto como este grupo legendario se merece. ¿Estará este nuevo trabajo a la altura de los grandes “Pyromania” o “Hysteria”?
Queda poco para la gira “The Stadiums Tour” que los llevará junto a Mötley Crüe, Poison y Joan Jett por todos los Estados Unidos (por favor, ¡que vengan a Europa!). Desde luego que si están en esta forma física y de voz se van a comer el escenario y a la presentación le auguro muchos éxitos, aunque intentaré ser lo más objetiva posible ya que estos cinco “lords” son uno de mis grupos de cabecera. Desde que Freddie Mercury nos dejara nadie ha llevado la Union Jack Flag por el mundo como ellos.
En el título de álbum encontramos una referencia a los grandes T. Rex y a su canción “Bang A Gong (Get It On)” y hasta el momento han lanzado tres temas, a modo adelanto, que son tres trallazos: “Kick”, “Fire It Up” y “Take What You Want”, lo que hace intuir que nos encontramos ante uno de los discos de este 2022, que se está haciendo bastante prolífico.
Lo primero a destacar es sin duda la portada. Además del mítico logo, (la de veces que copié esa letra para grabarme cintas TDK…) tiene un grafismo que si te sumerges en él parece que estás ante “El Jardín de las delicias” de El Bosco, pero en versión Rock. El diseño ha sido creado por los hermanos Joshua y Oliver Munden, reconocidos tatuadores. Ya se trate de murales, interiores o piel, estos dos artistas de la tinta han hecho una obra de arte con la carátula e interior del “Diamond”. A cada centímetro que recorres con la mirada encuentras algo nuevo que antes no habías visto: una rana tocando un banjo, una mariposa que se acerca peligrosamente a una llama, un genio saliendo de una lámpara, fantasmas… Siempre hay algo nuevo, por lo que recomiendo que lo tengáis en físico para poder tenerlo como un cuadro de un gran artista colgado en el salón.
Podría decir que estamos ante un trabajo “vintage” que recupera el sonido que tenían al principio de su carrera, pero sin olvidar todo lo que la tecnología les brinda ahora. A estos chicos les gusta la fiesta y no dejan duda de ello a cada corte del disco, salvo algún tema más calmado; todo es puro Hard Rock, motero y fluido, tal como les enseñó su productor de los 80 Mutt Lange.
Y aquí lo empezamos a desgranar poco a poco. El primer tema, el que abre es “Take What You Want”. La voz de Joe Elliott sigue igual de en forma que siempre. Es una canción potente, digna del mejor Hard Rock. Esos riffs de guitarras pegadizos y machacones la hacen que este a la altura de las mejores composiciones de “Pyromania”. Es a mitad de la canción cuando cambian el Rock por un claro homenaje al gran David Bowie, siempre presente e influyendo a grandes bandas. El solo de guitarra es rápido, corre como el agua, en los que los dedos más que pasar por las cuerdas, flotan.
Con “Kick” se marcan una canción totalmente rocanrolera, que intuyo se convertirá en uno de los himnos de este “Diamond”. Es un divertido tema que nos habla de los amores tóxicos, con unos coros pandilleros (“nananás” y diversión) que podría decirse que se acercan al estilo Glam de los 70. Sonido sexy y divertido sin lugar a dudas. Aquí el solo de guitarra queda casi en segundo plano acompañado por la percusión de Allen y eso coros gamberros que copan todo el tema.
El tercer corte nos viene de la mano de “Fire It Up”. Un tema que podría ser perfectamente el nuevo “Pour Some Sugar On Me”. Esa forma de medio rapear de Joe Elliot que tanto éxito le dio en sus anteriores trabajos vuelve cual Kiedis de RHCP. Otro tema super pegadizo, muy súper producido en voces, pero que ese maravilloso solo de guitarra, donde combina movimientos lentos con rápidos y llega al final a sus notas más agudas, salva el escollo de la tecnología mezclada con el Rock.
La primera balada de este álbum llega de la mano de un dueto con la cantante Country Alison Krauss, que se desenvuelve estupendamente al lado de Elliott. De hecho, no es la única canción que adorna con su voz. “This Guitar” es un canto de amor a la guitarra, ese instrumento que tantas cosas transmite y tantos buenos ratos nos da. Narra la historia de un chico que desde los 17 años vive una historia de amor con su guitarra, la que le sirve para llorar, la que es su mejor amiga, la que es su familia y le prende fuego en los dedos y el corazón. Un tema elegante, precioso, delicado, con notas de orquesta sinfónica y guitarras en sus dos versiones: acústica y eléctrica que nos trae un solo corto pero hiriente. Un tema con el que se hace un descanso para coger fuerzas para el siguiente: “SOS Emergency”.
Comienza con riffs sucios, casi con sonido industrial, que acompaña todo el tema. Un tema clásico Leppard con esos coros característicos de ellos contestando a Elliot. La voz de este luce genial en este tema, como si los años no pasaran por él. La sección rítmica no se queda atrás, porque los baquetazos de Allen son potentes y marcan el ritmo de principio a fin.
Y siguen los homenajes a los grandes con este “Liquid Dust” inspirada en el gran David Bowie, que sin duda la cantaría genial porque parece que está compuesta para el Duque Blanco. Un corte suave, un medio tiempo que los Def saben controlar perfectamente. El bajo de Savage suena detrás de los demás instrumentos, pero es casi el protagonista junto con sonidos de violines. La originalidad en el tema sigue con esas guitarras de corte oriental que nos sumergen en una espiral psicodélica de la que no nos dejan escapar. Una canción que sorprende por estos sonidos y por enlazarla rápidamente con “U Rok Mi”.
Cuando hay bandas que salen juntas de gira, unas acaban influenciando a otras y viceversa, y parece que esto es lo que ha pasado con los Leppard y Europe cuando se recorrieron toda Europa junto con Whitesnake en 2004. Y llego a esta conclusión porque el inicio de este nuevo tema es muy similar al “Drink And Smile” de los suecos, con ese ukelele que comienza la canción. El protagonista es el potente bajo de Savage, mientras se van sumando más instrumentos al tema. Es una composición en la que se te van los pies solos y que es muy fácil de tararear, se te queda pegada como un chicle al zapato. Otro homenaje a la banda de Glam, Slade, sin duda lo que encontramos aquí.
Quizá entremos en un tramo de tres temas más flojos, pero no por ello menos interesantes. Lo componen “Goodbye For This Time”, “All We Need” y “Open Your Eyes”. La primera es una balada con cortes sinfónicos, gracias al maestro Mike Garson y con coros de fondo que se compenetran perfectamente con el sonido de violín. La nota buena de este corte es ese solo acústico entre Campbell y Collen que le dan un toque muy original. “All We Need” sorprende porque sus primeros compases te hacen creer que estas ante U2, pero ya llega Joe Elliott para confirmar que es una más de los ingleses. Un tema más relajado, con notas me atrevería a calificar como Pop, donde lo que más destaca es la sección rítmica de Allen y Savage, presente en todo el fondo de la composición. No deja de ser pegadizo, con el sello Leppard, pero quizá es de esas canciones que pasarán sin pena ni gloria.
Muy pesada gracias al trabajo de Savage llega “Open Your Eyes” acompañada de unos coros que normalmente no se dan en esta banda. El ritmo va creciendo hasta que las cuatro cuerdas se terminan de hacer protagonistas por encima de las hachas de sus compañeros. Un gran trabajo del bajista Rick que se sale en este tema.
Y volvemos al buen Hard Rock con “Gimme A Kiss”. En esta producción, la voz de Joe suena casi al mismo volumen que los demás instrumentos, dejándola un poco plana, en la que no faltan coros de lo más Glam. ¿Quién no les daría un beso a estos chicos si te lo piden de esta manera?
Nos encontramos ante otra balada y en esta ocasión la última, típica del sello de los ingleses. “Angels (Can’t Help You Now)”. Empieza un poco lenta (obvio si es una balada) que va creciendo en intensidad hasta que llega su punto álgido con ese piano y esos violines de fondo que crean una atmósfera agobiante a la vez que agradable, gracias a la colaboración del teclista Mike Garson que ya tocó con el camaleónico David Bowie. Seguro que si un ángel se cae del cielo esa es la música que sonaría de fondo. Te hace meterte en una espiral de miedo y esperanza a la vez. Lo mejor de este tema sin duda.
Y aquí vuelve la colaboración de Alison Krauss en “Lifeless”. En esta ocasión, en vez de dueto, las voces se fusionan en una, muy al estilo de la mejor época de Fleetwood Mac, cuando Stevie Nicks le replicaba en memorables canciones a Peter Green. ¿Es quizás otro homenaje a otra gran banda?
“Unbreakable” anuncia lo que ya va siendo el final de este nuevo álbum. Es una canción que, aunque empieza suave, hace que después las guitarras reinan potentes y donde esos coros inconfundibles casi se pelean con la voz principal. Es casi una montaña rusa creativa, con altos, bajos, potentes bombos a cargo de Allen y un solo que enlaza con un Joe Elliott que da la sensación de alegre y positivo. Y toda esta positividad nos lleva a una larga “From Here To Eternity”. Esta canción es tan emocionante como la película de la que toman su nombre. Es quizá el mejor corte de este disco. Tiene de todo, suena tan épica, tan Def Leppard, que la hacen elegante y brillante a la vez. Entra en un bucle entre Elliott y esos coros adornados por potentes guitarras que te hacen que le vuelvas a dar al play una y otra vez. Parece que estos chicos han guardado lo mejor para el final…
Ahora es tu turno de escuchar esta maravilla y decir que te parece.