Suenan los cerrojos oxidados de un castillo en Suecia y aparecen los caballeros Crowne, armados por primera vez y preparados para la batalla con sus espadas resplandecientes y sus escudos a estrenar sin abolladuras.
En el frente sueco tenemos a Alexander Strandell (Art Nation), al guitarrista/teclista/productor Jona Tee (H.E.A.T.), bajista John Levén (Europe) y a la batería Christian Lundqvist (The Poodles), además de con la colaboración en solos de guitarra/espada de Love Magnusson (Dynazty). Si a alguien se le ocurre una mesnada medieval con más talante, que me lo diga.
Y en el otro frente…Todos nosotros… Preparados para escuchar este debut de Crowne. El resultado de la batalla, amigos/as mías, lo tengo claro, vamos a quedar rendidos a sus pies y con la espada apuntándonos a la yugular.
Con Kings in the North, estos reyes del norte suecos, se adentran en el castillo medieval, dispuestos a asediar. Con paso firme en cada nota de guitarra, de golpe de voz. Nos demuestran su fuerza con cada instrumento que tocan con esos gritos a cargo de Strandell con la que nos avisan que esto va a ser una contienda cruenta. Por dios, qué manera de empezar el disco, una se queda casi sin fuerzas.
Sin ningún tipo de miramiento, ensillan al corcel más veloz que tienen, llamado Perceval. Cómo han sido capaces de musicalizar un combate a uña de ballo, incluso en el solo de guitarra que suena a trote total, no me lo explico. No han necesitado de ningún tipo de efecto especial para hacer sonar las herraduras del caballo ni las armas golpeando. Prestad atención, lo consiguen todo a base de instrumentos.
La joya de la corona se la lleva el barco Sharoline, el duelo más pegadizo de todo el disco. Estos vikingos están dispuestos a darlo todo por tierra y por mar. Cabe destacar la gran influencia del batería de The Poodles en Esta canción, con ritmos casi clavados de su estancia en la banda e incluso el video del tema muy muy similar al tema “Seven Seas” de la mencionada formación. Si alguien es capaz de no tararear esto después de escucharlo se merece un espadazo, jajaja.
Por si teníamos dudas de lo indestructibles que eran, Unbreakable nos lo recuerda. Más melódico, con más carga de teclado e incluso se podría comparar con el primer disco de los también suecos, Creye.
El punto más melancólico del combate se lo lleva Mad World, el que fuera primer adelanto del disco que a mí ya me dejó con la boca abierta. Canción repleta de nostalgia, de melodía, de algo que te encoge el corazón. Para llorar de la emoción de la muerte que nos espera.
Cargado de teclas viene One in a Million, que podría ser la más, por así decirlo, la que más influencia “H.E.A.T” tiene, pudiéndose comparar al Living On The Run. Sin duda su melodía y tratamiento podría confundirse con una pista de los archiconocidos. Pero, si he de ser sincera, aunque H.E.A.T sean de mis bandas favoritas, Crowne no tienen absolutamente nada que envidiar, es más, me atrevo a decir que si siguen así, les desbancan. Ahí lo dejo.
Nos liamos a guantazos de nuevo con Sum of all Fears con unos redobles de bombo, con un ritmo incansable desde que empieza hasta que acaba. Rápida, concisa.
Set Me Free le añade el ingrediente “popero” al trabajo. Ese toque de efectos de teclado que ya no sabes si son violines o qué es lo que es, hace de ella una canción totalmente diferente con un punto romántico muy grande.
Esencia más rockandrollera en manos de Make a Stand, que a mí es de las que menos me dice, y no porque no sea buena, pero es que lo escuchado hasta entonces deja el listón demasiado alto y esto casi sabe a poco…
También muy “H.E.A.T” es Cross to Bear, llena de detalles en riffs de guitarra, alternando diferentes subidas y bajadas de voz y cambios de ritmo en instrumentos que la hacen bien elaborada.
Creo que la batalla ha estado tan descompensada que en Save Me From Myself nos piden perdón por haber sido tan sumamente “crueles”. La lenta, o medio lenta es la que cierra la refriega entre Crowne y oyentes.
Yo no sé vosotros/as, pero yo me he quedado agotada. Me quito el sombrero, la armadura, tiro el escudo al aire y clavo la espada en la tierra. Si éste no va a ser uno de los discos del año, abro mis brazos y que Crowne me sacrifiquen a ojos de todos. No sé si puedo añadir más alabanzas, podría hacerlo, pero en forma de palabras, no me salen.
Sublime. Fantástico.
Laura Grosskopf (The Lux Team)