BATTLE BEAST – Battle beast (2013)

Battle Beast está de vuelta. Una banda que, a pesar de su juventud, no necesita ya presentación (si no conoces la banda, deja de leer esto, y hazte ya con su debut en 2011, Steel). Con las expectativas en su nivel más alto, y tras unos cortos adelantos con los que la banda ha amenizado la espera, las incógnitas son básicamente dos: ¿estará Noora Louhimo a la altura de la sin par Nitte Valo? Y la segunda, ¿será este disco, como lo fue el primero, uno de los mejores trallazos del año?Empecemos por el final: “Battle Beast” es un disco de puro (y duro) heavy metal, a caballo entre la vieja escuela y la joven vanguardia. Puede que cope algunos de los tops del 2013, y lo hará gracias a un trabajo que se nota, de principio a fin, mimado en su composición y en su producción. De pocas nuevas bandas se puede decir que hayan patentado un sonido de forma tan contundente como lo han hecho estos fineses.

“Let it roar”, corte con el que dan el pistoletazo de salida (y, creedme, la metáfora va como anillo al dedo), es un trallazo ya “marca de la casa”, riffs rápidos y un estribillo para gritar a plena garganta. La nueva incorporación, Louhimo, da la talla, pero no disipa las dudas completamente. Estamos ante una voz con fuerza y carisma, pero que no llega a las excelencias de su predecesora.

“Out of Control” vuelven a mostrar que el sonido “battle beast” es ya una realidad, pero no se estancan ahí, ni mucho menos. “Out on the Streets” ofrece un punto de originalidad que rompe con el metal habitual, acercándose a sonidos más ochenteros, parecidos a los que Within Temptation exploraron en “The Unforgiven”, siempre, eso sí, con unas dosis extra de metal. Y algo parecido se puede decir de la fabulosa “Neuromancer”, que cuenta con unos ritmos y una base bastante particulares, demostrando de nuevo el abanico de sonidos que puede guardar una misma etiqueta musical. Atención especial para un solo simplemente sensacional, que da paso a un in crescendo que puede ir para clásico.

“Raven”, “Machine Revolution” o la ya conocida “Into the Heart of Danger” nos devuelven el sonido ya conocido de la banda: omnipresentes teclados (que, a veces, todo sea dicho, parecen de juguete), riffs cañeros y melodías de voz no siempre imprevisibles. Ante la variedad del álbum y la calidad que rezuma, el single escogido puede que no haya sido la mejor de las opciones.

Ya terminamos la primera mitad y la respuesta a la primera pregunta parece clara: el eco de Nitte Valo es demasiado duradero, y demuestra que lo que escuchamos en Steel fue un fenómeno muy poco habitual. La nueva vocalista da sin duda la talla, pero se esconde en tonos bajos, escasos agudos y el apoyo (mucho más constante que en el debut) del guitarrista Anton Kabanen, cuyos coros cercanos a lo gutural son en no pocas ocasiones (como en el tema que abre, o en “Over the Top”) los que sostienen buena parte del peso de los estribillos. Con todo, no significa que estemos ante una mala cantante. Todo lo contrario: Louhimo fue correctamente escogida, y cuando gane la suficiente confianza dará mucho más de sí. Su mayor inconveniente está en la sustitución que ha venido a cubrir, un papel que quedaría grande a casi cualquiera (hombre o mujer).

El ritmo vertiginoso de la primera parte se relaja con “Golden Age”, una suave introducción de dos minutos con sonidos de flauta dulce que dan paso a “Kingdom”, uno de los temas menos llamativos del conjunto, igual que la que le sigue, la mencionada “Over the Top”.

El vuelo se retoma en los tres últimos trallazos. Un riff rapidísimo da la entrada a “Fight Kill Die”, clásico heavy metal con un solo ciertamente inspirado. Battle Beast sigue dando más, y no sólo lo de siempre. “Black Ninja”, probablemente una de las mejores del álbum, es un tema muy variado que combina voces de cristal, buenos agudos en el estribillo y un solo pretendidamente exótico sobre una base pesada y novedosa.
Acaba el disco como empezó: “Rain Man” nos trae otro trallazo con estribillo para gritar con el puño en alto.
En definitiva, un trabajo muy notable cuyos temas, en el peor de los casos, son sólo buenos, y en el mejor y más común de los casos, son excelentes. Nada falta ni sobra en estos trece temas de puro (y ecléctico) heavy metal, y sólo las odiosas comparaciones con “Steel” deslucen un título a tener en cuenta a final de año.