DAMNATION FEST 2015 (Crónica)

DAMNATION FEST 2015
Leeds, University Union,  Gran Bretaña (7 noviembre 2015)
Crónica y fotos: Unai Endemaño

No acostumbra otoño a ser la época del año idónea para presenciar festivales. La estación en la que a las hojas les da por saltar desde las ramas, suele ser en la que más giras de bandas importantes se agolpan, dejando poco tiempo para que los eventos masivos encuentren espacios en los que celebrarse. Tienen lugar sin embargo, algunos de los certámenes más particulares que se conocen. Algunos incluso con el bagaje que aportan los años y años de buen hacer, apuntando carteles vistosos y contemporáneos, en medio de localizaciones ideales para el jolgorio. Como ejemplo claro de este último modelo, tocaría acordarse del Damnation que paso a relataros.

Se trata el de Leeds, de un festival de un único día que va desde mediodía hasta medianoche, sin un solo segundo en el que quedarse plantado si uno lo desea. Doce horas dedicadas al Metal que se desarrollan en un enorme edificio de la universidad local, entre cuatro escenarios de diverso tamaño, y con una audiencia que en ningún momento se hace excesiva. Unas mil personas tan solo, para disfrutar de algunas de las bandas más punteras del panorama metálico actual.

La edición del 2015-nuestra primera comparecencia, adelanto- comenzaría desde el momento mismo en que las puertas se abrían, otorgándonos la oportunidad de ser los primeros en deambular de un lado a otro por la laberíntica universidad de Leeds. Tardaríamos menos de veinte minutos en tener todo lo importante localizado, los cuatro escenarios, los dos puestos de merchan y las abundantes barras con que cuenta el endiablado recinto. Hasta tendríamos tiempo para probar un par de brebajes espumosos, antes de que la primera banda saltase sobre el Damnation.

 

Tacoma-Narrows-Bridge-Disas

Los encargados de romper las hostilidades serían los locales Tacoma Narrows Bridge Disaster, un conjunto de Post Rock mucho más fino de lo que cabría imaginar, por la posición que les correspondía en el cartel. Desplegarían sus instrumentales cortes en medio de un Eyestore Stage, que ya contaba con una afluencia generosa y atenta. Se mostrarían como una estupenda introducción para toda la avalancha de bandas que estábamos a punto de chuparnos.

 

Undersmile2

Elegiríamos después la opción que nos ofertaba el escenario más pequeño del festi. Acabaría siendo la primera y última vez que tendríamos opción a pisarlo, debido a la evidente coincidencia de bandas que todo el día llevaría consigo. En cualquier caso, podríamos disfrutar un buen rato de los lúgubres tiempos que allí andaban repartiendo Undersmile, un combo eminentemente femenino, que a ratos recordaba a Sub Rosa, pero sin la épica que a estos les otorgan sus violines. Se mostrarían interesantes, pero lejos de merecer posiciones más ilustres.

 

Wiegedood

Mucho más fulgurantes aparecerían ante nosotros los Wiegedood de Levy Seynaeve, uno de esos conjuntos que ha surgido dentro del monstruo de mil cabezas conocido como «La Iglesia de Ra», en la que Amenra funciona como banda principal, y el resto de proyectos o combos alternativos, orbitan alegremente sobre ellos. En el caso del conjunto que nos ocupa, se trata de una formación de Post Black que este mismo año ha debutado con uno de los trabajos más prometedores del año y que en el marco del Damnation, fueron capaces de incendiar el segundo escenario al tiempo que lo presentaban.
Para mí supusieron el gran descubrimiento del día, y uno de los mayores hallazgos en lo que va de año, situándose en líneas similares a titanes del rollo como Deafheaven, pero luciendo un admirable punto de cojones, que suele escasear en este tipo de bandas. Actitud incendiaria sobre luces rojas infernales, adornado unos riffs que cortaban la sobremesa de Leeds, nos dejarían ir con la primera sonrisa de oreja a oreja de la jornada. Compraríamos su álbum al poco de salir de la sala.

 

Damnation2015

Proseguiríamos nuestro particular vía crucis metálico, con un cara a cara frente a la nueva banda que han montado los que hasta hace poco eran conocidos como Akerckocke. El nuevo conjunto que han edificado, sin contar con Jason Mendoca pero siendo liderado desde los tambores por el inimitable David Gray destrozó el escenario Terrorizer a golpe de Black Metal técnico y chirriante. Multitud de contras, melodías asonantes y puesta en escena desafiante, se vislumbrarían entre las montañas de humo que nos llegaban desde el pequeño tablao. Intratables se nos antojarían los Voices, demasiado bizarros hasta para la inmensa minoría congregada en el Damnation. Definitivamente especiales.

 

Damnationfest

Algo más asequibles, aunque también notoriamente afilados, se nos presentarían  los Oathbreaker sobre el escenario Jagermmeister. Incendiarían con todos los honores tan lustroso recinto, dándole zapatilla a su hiriente Post Hardcore, en lo que presentaban una vez más su particular puesta en escena de pesadilla. Caro volvería a concentrar todas las miradas sobre ella, tomando el centro del escenario como si de una siniestra bruja greñuda se tratase, ahora arrodillándose, ahora desgañitándose sobre los ritmos disparados que la banda regalaba. Tan efectivo y poderoso como siempre, se nos mostraría este simbólico pedacito de la monumental  iglesia de Ra.

Tocaría elegir aventura a continuación, entre el Black Metal melódico de Vreid y el Post Rock refinado de Maybeshewill, quienes coincidirían en horario y nos acabarían dando nuestra primera bofetada de realidad de la jornada. Optaríamos por la última ocasión que tendríamos de volver a ver a los elegantes británicos, dejando un ratillo reservado, para contemplar los metálicos ademanes que planteaban los noruegos desde el escenario Terrorizer.

La de Maybeshewill sería otra nueva demostración de estilo, reforzando mi idea de que mientras han subsistido  como grupo, han llegado a ser una de las mejores bandas de Post Rock del planeta, habiendo editado hace un año el glorioso Fair Youth, y con una actitud en directo que nunca ha podido ser puesta en duda. Les echaremos de menos cuando echen la persiana dentro de unos meses.

DAMNATION3

La siguiente exquisitez que nos ofertaría el menú del Damnation, pasaría por los sugerentes aires que siempre nos brindan los alemanes The Ocean. Aparecerían más iluminados de lo que acostumbran, y con una fémina tocando el cello en uno de los costados del escenario. Esta sería la prueba inequívoca de que presentarían su nuevo y flamante «Quiet Observer», junto a un par de recuerdos del ya legendario Pelagial y un sorprendente guiño al inolvidable Precambrian, con el que saldrían al ruedo. Su comparecencia una vez más estaría marcada por el salto desde más de tres metros de su cantante, Loic Rosseti, una costumbre que continúa estremeciéndonos, a pesar de las múltiples ocasiones que hemos tenido la fortuna de contemplarla.

Subiríamos el listón de exclusividad con el conjunto encargado de suceder a los oceánicos alemanes. Se produciría en ese momento,  con los reunificados Altar of Plagues, el primer y único momento en el que el escenario Eyestore no daría a basto con toda la gente que pretendíamos acceder al recinto. Tendríamos que hacer una breve cola para presenciar los torturados ritmos que proclamaban los irlandeses, sobresaliendo de lo presenciado hasta el momento, más por la intensidad de su propuesta, que por lo acertado de su ejecución. Nos ofrecerían una lección magistral en lo que a Post Black se refiere, demostrando el porque son una de las bandas claves del estilo. Esperemos que su gira de despedida,  se acabe alargando lo suficiente como para que podamos volver a tenerlos a tiro.

Llegaría el momento del reencuentro con los cowboys islandeses, los estelares Solstafir quienes iban a protagonizar el concierto más masivo del certamen, junto al que se iban a marcar At The Gates cerrando el festi. Mucha gente por tanto, para ver de cerca a una de las bandas con más futuro que pululan actualmente por el viejo continente. Una de esas que se ve a kilómetros, que esta a solo un par de pasos de dar el salto hasta empresas de mayor enjundia, hasta recintos de mucha mayor capacidad, que las que han estado disfrutando hasta hace bien poco.

Solstafir

Su propuesta cada vez se ha ido alejando más de sus indudables raíces metálicas, y el protagonismo que alcanza a día de hoy su frontman, les sitúa en una posición tremendamente ventajosa desde la que llevar a buen puerto cualquier concierto que se tercie. Mucha pose y mucho gancho,  atesoran obras maestras como «Fjara» u «Otta», aunque su mayor potencial continúe descansando, sobre la exquisita singularidad de su sonido, a menudo melancólico, pero en todo momento vital y poderoso. Con su lengua natal como altavoz con el que gritarle al mundo, Solstafir continúan su imparable carrera hacía el star system metálico. La de Leeds tan solo sería una parada más en su ascenso, la ultima de esta gira concreta, y una de las últimas en las que podremos contemplarles lejos de los puestos de cabeza. La imagen de Adalbjorn Tryggvason dejándose ir sobre la gente para concluir el bolo, acabaría siendo otra de las grandes postales del Damnation Fest 2015.

 

DAMNATION2

Nos toparíamos con una dolorosa coincidencia en ese punto concreto, la que iba a hacernos decidir entre los tótems del Post Metal Amenra y los apabullantes Asphyx de Van Drunen. Escogeríamos la segunda opción, simplemente porque era la que más a mano nos pillaba, y tuvimos que dejar de lado a los agónicos belgas, para sucesivas ocasiones. Los holandeses nos premiarían con su habitual entrega y contundencia, haciendo buena la decisión que habíamos tenido que tomar hace un rato. Atacarían en un abarrotado escenario escenario Terrorizer pilares del género como “Scorbutics”, “Deathhammer” o “Death the Brutal Way”, sin olvidar su habitual filo Doom, con el que dar poso a la salvaje actuación que se traían entre manos. Absolutamente demoledores.

High-on-Fire

Desembocaríamos tras la correspondiente sudada, de nuevo en el escenario grande para contemplar las malas artes de los High on Fire de Matt Pike, uno de los combos más atronadores que se conocen, quienes presentarían a lo bestia su último monstruo sobre Leeds. Luminiferous es uno de los trabajos más redondos que se han editado este año, y los High on Fire no dudan en darle toda la cancha posible. Combinarían sabiamente la mitad de su repertorio en cortes de la mencionada criatura, y la otra mitad en himnos del grupo como “Rumors of War”, “Fertile Green” o “Snakes For the Divine”, con la que finalmente tirarían el escenario Jagermeister abajo. A ese volumen y distorsión muy pocos pueden hacerles frente.

Mono

Cambiaríamos de tercio por completo, escogiendo la quietud de MONO, en lugar de los ritmos encendidos que nos ofertaban Primordial desde el Terrorizer. Los japoneses mostrarían su conocido despliegue de sensaciones, haciendo que a más de uno se nos encogiera el corazón con cada nota que eran capaces de suspirar desde el escenario. Cada vez que Taka emprendía una de sus hirientes acometidas sobre la guitarra, la incuestionable sensación de estar presenciando algo único, volvía hasta nosotros de una u otra forma. La emocionante sensación de estar montados en una montaña rusa emocional se nos presentaba a cada minuto, dejándonos el alma tocada por la violenta dulzura con la que estos japoneses dibujan el mundo con sus instrumentos. Presenciaríamos su última suite, “Death in Reverse”, que han grabado junto a The Ocean en su reciente EP y un par de cortes de su anterior LP, entre los que sobresaldría la belleza sin par de “Kanata”, en la que Taka volvería a acompañar los tiempos con su brazo al aire, de la misma forma que un director de orquesta hubiese hecho. Sencillamente insuperables en su estilo.

 

Primordial

Aun tendríamos tiempo para saludar un buen rato a los Primordial en el escenario Terrorizer, desde la distancia y con la sala entera volcada ante ellos. Un gran número de músicos se acercarían hasta los laterales del concierto de los irlandeses, para ver como Alan Averill y los suyos, transformaban una vez más la épica guerrera en poesía pura. Llegaríamos a escuchar como “No Grave is Deep Enough” y disfrutaríamos mientras Roma ardía entre tiempos marciales de batalla. Se despedirían clamando que el imperio había caído, dejando en el Damnation la sensación que sigue a las brasas rugientes. La misma que queda después de que todo se muestre arrasado y conquistado.

 

atthegates2

Zanjaríamos nuestro particular festival otoñal de este año, con los padres del Death Melodico, tal y como hoy en día lo conocemos. Los mayores exponentes del sonido Goteborg durante los primeros noventa, sentarían catedra en Leeds una vez más, arrojando por tierra cualquier idea que pudiéramos tener sobre su puesta en escena. Se mostrarían para ello mucho más contundentes que como pudimos verles en Bilbao este mismo año, mucho más determinantes se mire por donde se mire. Asolando todo desde el primer minuto con “Death And The Labyrinth”, sacando a la palestra toda la artillería del Slaughter of the Soul, y rematando de manera implacable con himnos como “Kingdom Gone” o “The Night Eternal”.
Sonarían furiosamente perfectos, con los hermanos Bjorler comandando el barco desde uno de los lados del escenario y Tompa moviéndose de una punta a otra, como un delicioso majara con visera. Las hordas del Damnation no pararían de lanzarse una y otra vez contra el foso, en el que iban cayendo después de haber volado entre los aficionados. Los ritmos en ningún compas se detendrían los más mínimo, y la carnicería tan solo se acrecentaría a cada redoble que Adrian iba marcando desde sus parches. La locomotora sueca pasaría sobre nosotros sin ningún tipo de cortapisa y colocaría el digno broche que esta edición del Damnation se merecía. La del festival de un día más importante, que se celebra cada otoño en medio mismo de Inglaterra.

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