Quienes hemos tenido la suerte de ver en acción a Praying Mantis sabemos la magia que poseen y que transmiten a la audiencia. Ese poder fuera de lo racional que emana de la música cuando sus intérpretes, armados de maestría hasta los dientes, se dejan llevar por su pasión sin más ataduras que el la duración de un concierto o, en este caso, de un álbum.
Gravity es el undécimo trabajo de la banda británica, tras su genial Legacy. Es también el segundo con la actual formación, con el gran John Jaycee Cuijpers a la voz y el virtuoso Hans in’t Zant a las baquetas, acompañando al guitarrista Andy Burguess y a los hermanos Tino y Chris Troy, miembros fundadores del grupo. Pero, además de lo anteriormente citado, es la demostración de cómo se puede hacer una obra maestra detrás de otra saliéndose de todos los arquetipos posibles. ¿NWOBHM? No. Mucho más y más allá.
Un Keep it Alive enérgico presenta el álbum y parece cuadrar con la definición de ese NWOBHM más melódica, con los coros (que la banda tan bien defiende en directo) acompañando al tremendo vozarrón de Cuijpers y las guitarras potentes sobre una base sin fisuras. Pero, mientras la mantis de la portada, obra de Rodney Matthews, parece querer devorar el mundo, el teclado anuncia Mantys Anthem, que hace honor a su nombre con un estribillo grandioso. “warriors of the future, guardians of the past” dicen. Pasado y futuro juntos con la brillantez como destino.
Time Can Heal proclama que el tiempo lo cura todo, cosa que viene a ser verdad. Si no lo es para ti, escucha este corte suave, positivo y sin ataduras estilísticas que te hará sentirse algo más feliz. ¿Unos años? No sé si tanto, pero 39 Years vuelve a la fuerza originaria de la mano de un frontman que se eleva a las alturas, guitarras dobladas, coros de primer orden y una base rítmica que actúa como una pantalla sónica. Es precisamente el bajo de Chris, muy bien tratado en la mezcla, el que abre Gravity, la canción. Un corte suave y melódico acorde con la temática y en el que las guitarras trabajan al unísono para transportarnos a otra dimensión. En ella tal vez encontremos nuestros fantasmas del pasado o tal vez no, pero seguro hallaremos un Ghost of the Past serio y de reminiscencias clásicas, sólo al alcance de músicos y voces de este calibre.
Destiny in Motion proclama el reinado de lo inestable sobre los efectos de las seis cuerdas de Tino y Andy. Sin embargo, es una vez más la voz de John la que termina por convertir el tema en un clásico. Está claro que las nuevas incorporaciones han encajado las piezas que faltaban a nivel compositivo e interpretativo y la nave Mantis despega una vez más hacia el éxito. The Last Summer y su estribillo evocan momentos a la pefección, ya que el lenguaje de Praying Mantis no tiene límites. Hasta la ruptura y la añoranza son dulces según presentan. Foreign Affair sigue en la línea fina y preciosista marca de la casa, en la que todos tienen su responsabilidad y rayan a un nivel muy alto. La baqueta sobre el aro marca el camino a la genial voz de Jaycee y la guitarra conduce el tema a su cénit.
Shadow of Love no deja ninguna sombra. El disco tampoco las tiene. No hay minutos de la basura ni cortes de relleno. Éste es potente y brillante sin perder la clase. “No reason to spend the night on your own”. No te encierres. Sal de las sombras amigo. Sal de ti y goza el presente. Parte hacia el destino final con Final Destination y su medida del tiempo. El ritmo y su progresión te llevará al mismo mundo pero en otra constelación. Allí encontrarás a Praying Mantis y su Gravity, por encima del todo y de todos; superando estereotipos, corsets e intereses sin más fronteras que la que preside Serafino Perugino.
Toño Martínez Mendizábal
01.Keep It Alive
02.Mantis Anthem
03.Time Can Heal
04.39 Years
05.Gravity
06.Ghosts Of The Past
07.Destiny In Motion
08.The Last Summer
09.Foreign Affair
10.Shadow Of Love
11.Final Destination