To be, or not to be: that is the question. Ser, o no ser: esa es la pregunta. Los británicos lo saben; nosotros también. The Treatment no iban a ser menos. Por eso, cuando los hermanos guitarristas Tao y Tagore Grey, el bajista Rick “Swoggle” Newman y el batería Dhani Mansworth separaron sus caminos con el del frontman Mitchel Emms, la cuestión era ser o no ser y cómo ser.
La sustitución del cantante de una banda no es tarea fácil. Al final suele ser la parte más reconocible por el gran público y, muchas veces, marca estilo y composición. Si, además, el tipo en cuestión es Mitchel Emms la cosa se complica, por ser una de esas voces que todo el mundo quiere y a todo el mundo gusta y que lo mismo sirve para un roto que para un descosido.
En cualquier caso, las opciones siempre son las mismas: intentar conseguir un cantante que suponga un simple cambio de pieza (cosa nada sencilla), o aprovechar la ocasión para hacer un giro de sonido y hasta de estilo, que sabes que una parte de tus fans acogerán entusiasmados.
Evidentemente, The Treatment han optado por lo último, haciéndose con los servicios de Tom Rampton. Su voz potente y carrasposa era ideal para el cambio de estilo que una parte de los seguidores, y suponemos que de la banda, propugnaban y, con ese capitán, han alzado su cuarto vuelo con Power Crazy. Un título que no engaña. Caña con aires australianos y la calidad que atesora la banda desde sus comienzos. Let’s Get Dirty nos pone guarretes desde los primeros acordes. Estilo crudo y potente voz acedeciana. Simpleza pero perfecta ejecución y diversión. Estribillo y melodías a favor de la composición. Rising Power eleva algo más el listón y el metrónomo, pero con las mismas virtudes para hacer canciones redondas, que giran en tu cabeza una y otra vez. On the Money no está todo. Si fuera así nadie estaríamos ya en este negocio. Este tema, más rítmico y pausado, da un respiro con clase y toques más blueseros y una variación muy bien metida.
Si te muerden, muerde. Bite Back devuelve la ofensa y vuelve a las antípodas con un estribillo de contestación, prontamente introducido, y sigue la fiesta de la cerveza acedeciana a tope. Con un sonido e interpretación por parte de todos excelente, por cierto. Cosa que sabemos mantendrán en directo, para regocijo del público, como pudimos comprobar. Coros, guitarras y base rítmica sonarán tal cual. El blues Luck of the Draw demuestra lo apropiado de la voz de Tom para estos ¿nuevos? The Treatment. Hand Them High se muestra enfurecida. No sé a quién hay que colgar alto, pero aquí están ellos para hacerlo con un tema de hard rock crudo y al estilo australiano.
Scar with Her Name es un testimonio de las heridas que deja el amor en jóvenes y mayores. Cicatrices en el alma que grandes cortes como éste ayudan a llevar mejor. No pienses mucho más. Déjate llevar por el ritmo que la base y las guitarras marcan. Disfruta de Tom y olvídate del pasado, que no volverá. Para bien o para mal. Who knows? Y, si te sientes el rey de la ciudad, puede que lo seas. Al menos escuchando King of the City. Porque es lo que, a estas alturas, esperas y deseas. Ya no quieres detalles ni finuras. Quieres continuar la fiesta. En tonos menores y algo más tristones; pues bien me vale. Waiting for the Call espera la llamada, calmadito por blues, y Rampton me recuerda un poco al gran Pontus Snibb de Bonafide.
Laying it Down vuelve a los acordes rotundos contestados por la voz y tu dejas tu mini descanso para volver al duro curro de levantar jarras. Sal y lucha con The Fighting Song. Motivos no te han de faltar, pues el mundo entero parece venirse abajo por momentos. Este himno de directos mantendrá arriba los estandartes del rock. Pero, como siempre, alguien caerá. ¿Daños colaterales? Falling Down vuelve a la estructura del rock clásico con acierto y desparpajo.
Finalmente, y si te has hecho con el álbum, tendrás el regalito de una acertada versión acústica del Bite Back que te hará disfrutar hasta el último momento.
La transformación, en mi opinión, ha sido enorme; pero bien hecha. De un grupo de hard rock melódico, que entroncaba por calidad, voces y composiciones, con lo más florido de las tierras nórdicas a una banda que se baja al rock directo de las antípodas, más cercano a AC/DC o Airbourne y lo hace, como hacía lo anterior, perfecto. Yo, como tengo la suerte de que ambos palos me van, he disfrutado muchísimo de este gran álbum. Parece que el resto del mundo también lo hace, a tenor de los datos de Amazon. Me alegro. Rock on The Treatment!
Toño Martínez Mendizábal
Track list:
1 Let’s Get Dirty
2 Rising Power
3 On The Money
4 Bite Back
5 Luck of the Draw
6 Hang Them High
7 Scar with Her Name
8 King of the City
9 Waiting for the Call
10 Laying It Down
11 The Fighting Song
12 Falling Down
13 Bite Back (Acoustic) (Bonus Track Physical)