Para sus detractores, un grupo excesivo y exagerado, incluso forzado. Copias de todo lo mejor (véase Zepellin, AC/DC, Queen…) y creadores de nada.
Con un frontman estrafalario e hiperactivo que abusa de forma casi permanente del falsete.
Para sus defensores (entre los que me hallo muy orgullosamente) básicamente lo mismo.
Excesivos y exagerados, SÍ, pero de esto va el Rock `N Roll, ¿no?
Con influencias indudables de los más grandes, pero sabiendo tomar lo mejor de cada uno, una vez pasadas por la original y fresca visión «The Darkness», son capaces de crear temas eléctricos, pegadizos, eclécticos, sensibles…
Por último, es verdad que Justin Hawkins (voz, guitarra, teclados) es un frontman estrafalario, hiperactivo, que abusa del falsete…pero también es verdad que hace que todos los asistentes a sus shows (detractores y defensores) acaben patas arriba, cantando sus canciones a pleno pulmón y deseando que ese concierto no acabe nunca. Hablar de sus directos supone tocar el tema fuerte de este cuarteto.
Yo era uno de sus detractores. Bueno, igual no tanto. Haber oído únicamente sus singles más conocidos me produjo más bien indiferencia hacia ellos. Eso sí, el día que por casualidad pude catar las delicias de su directo, solo quise escuchar más y más y disfrutarlos al máximo.
Para el que tenga curiosidad y quiera adentrarse en este maravilloso viaje “Darkness”, ¡qué mejor manera de empezar a hacer los deberes que disfrutar de este regalo inesperado llamado «Permission To Land»!
En su momento, este trabajo supuso un bombazo reconocido a todos los niveles. Apareció en lo más alto de las listas de ventas (más de 4 millones de discos vendidos, ahí es nada), pese a haber tenido que ser autofinanciado (20.000 libras que costó su producción).
El típico sueño de toda banda que empieza y vive las penurias del comienzo, pero de repente alcanza el éxito de una manera estratosférica.
La portada, muy old school, nos invita a aterrizar cuanto antes en la primera pista, “Black Shuck” que nos ofrece un comienzo eléctrico y potente el cual nos indica claramente de qué van estos The Darkness.
Sin que se te haya quitado el tembleque de las piernas y aun pensando qué ha sido eso que te ha pasado por encima, llega “Get Your Hands Off My Woman”. Aún más eléctrico, aún más excesivo, con un Justin Hawkins mostrando todo lo que a sus detractores les corroe y a sus seguidores nos apasiona: exageración, sentimiento, teatralidad y una colección infinita de falsetes. Bravo por él y por todos sus compañeros. No soy objetivo, lo sé, pero este comienzo debería poner en pie a todo el mundo.
Los siguientes tres temas son los que, en gran parte, catapultaron a The Darkness al éxito masivo. No son otras que las “radiofónicas”: “Growing On Me”, “I Believe in a Thing Called Love” y “Love Is Only a Feeling”. Como ya comenté antes, uno de los grandes talentos de esta banda es la capacidad para hacer canciones de muy distinto tipo con muchísima calidad. Aquí es cuando se ponen pegadizos y sensibles. Y lo hacen muy bien. Estos temas son brillantes por sí mismos, pero se engrandecen aún más escuchando “Permission to Land” en su totalidad.
“Growing On Me”, “I Believe in a Thing Called Love” y “Love Is Only a Feeling” ofrecen música directa, llevadera, con la justa cantidad de sentido del humor. Por resumirlos de alguna manera, son de ese tipo de canciones que se te quedan metidas en la cabeza semanas y que te arrancan una sonrisa de vez en cuando… Una maravilla, vaya.
Habrá quien diga que los dos siguientes cortes bajan el nivel de las anteriores. Pese a que no tendré problema en batirme en duelo con quien se atreva a soltar esa afrenta, creo que las dos son capaces de defenderse por sí mismas.
“Givin’ Up” o cómo tener una letra dura (sobre la adicción a la heroína) y crear una canción festiva, coreable y juguetona. Temazo perfecto para ser cantada cuando estás disfrutando de la fiesta.
“Stuck in a Rut”, rock n’ roll puro con más falsetes y guitarreo del bueno para que no bajen las revoluciones ¡que estamos de fiesta, leches!
Nos acercamos a las tres últimas pistas, pero no penséis que esto va a peor. Creo que he sido claro desde el principio: este disco no decae en ningún momento. No busques fisuras porque no las hay.
“Friday Night” nos acerca una letra inocente y dulce mediante una suave y tranquila melodía. Una delicia de canción.
“Love on the Rocks With No Ice” nos obliga, sí o sí, a desempolvar nuestra “air guitar” empotrándonos un riff en la cara que nos avisa que esto es “solo” Rock `N´ Roll. Disfruta porque la ración de guitarreo es bien potente y de calidad y te va a ofrecer un buen chute de adrenalina antes del cierre del disco con “Holding My Own” y su emotiva despedida.
Resumiendo, no dudes que “Permission to Land” es un regalo para tus oídos. Quítate todos los prejuicios de la mente y déjate llevar por este excelente trabajo que The Darkness, en su mejor momento, fueron capaz de crear.
Después vino algún bache en la formación debido a los excesos y una vuelta de los hermanos Hawkins digna de estudio y mención. Pero eso, amigos, es otra historia…
RATE/NOTA: 9/10
David González Albendea
(Asociación Burgos Heavy Metal)