Si hace muy poco decíamos que un disco y un artista en concreto sólo podían valorarse en su verdadera magnitud en directo, ahora vamos a decir casi lo opuesto. Black Butterfly, de Steve Walsh (Kansas, Streets, solo) es un álbum para escuchar en la intimidad y ponerlo una y otra vez para disfrutar de sus matices, su calidad y su variedad.
Steve está acompañado, en éste su cuarto trabajo en solitario, a la guitarra, teclados y composición, nada más y nada menos, que por el gran Tommy Denander (Talisman, Fergie Frederiksen, House of Lords y una interminable lista), el angelical Jerome Mazza (Pinnacle Point, Angelica) a las voces, el no menos genial Steve Overland (FM) a los coros; Brian Anthony al bajo y a cargo de los arreglos y Peter Yttergren (Bobby Kimball, Legends of Rock), a la batería y percusión. La producción corre a cargo de Tommy Denander y Khalil Turk. Sin olvidar el fantástico artwork obra de Eric Philippe. Muchos datos, necesarios en este caso para explicar la calidad del producto final. Por cierto, el propio Steve reconoce haber estado sin muchas ganas de grabar hasta que llegó Khalil, con un tema sin terminar de Denander (al que Walsh no conocía), y le dio el impulso que necesitaba para hacer un álbum en el que hace una mirada a su interior (según él , a veces bastante profunda), a las cosas que la han influenciado y que le rodean.
Con todas estas premisas está claro que, una vez más, no hablamos de un trabajo apto para los amantes del fast food musical. Esto es más bien food for thought, algo que merece ser considerado seriamente; cosa que hay gente que últimamente no desea, pero es así. ¿Quiere eso decir que se trata de un disco aburrido dirigido exclusivamente a intelectualoides del rock? En absoluto. Se trata de un trabajo variado que te entra a la primera con Born in Fire, un gran corte directo en el que Steve intenta interpretar, con su letra basada en los sueños, la potente composición de Denander. Se pueden hacer letras profundas sin aburrir a nadie, por supuesto, y este corte es una gozada. The Piper con la personalísima voz y los teclados de Walsh como base, cambia el registro sin desmerecer y mostrando los poderes del equipo más allá del estribillo. Grace and Nature es un tema profundo, en el que teclado y coros inspiran a la reflexión, mientras la calidad a raudales vuelve a mostrarse en la variación que da paso al solo. Dear Kolinda posee un toque personal. No sabemos si va dirigida a la presidenta de Croacia o a otra persona, pero la música arropa al mensaje con maestría y seriedad.
Hell or High Water, con sus sonidos electrónicos de inicio y Steve Walsh a la voz, es uno de los temas más representativos y distintos del álbum, por la forma en la que la estrofa, bien acompañada por la guitarra y la voz en off, que me recuerda a un tema que no citaré, porque aquél no me gustaba y éste sí, desembocan en el estribillo. Tanglewood Tree no se anda por las ramas, aunque sí que explora otros bosques musicales, profundos como los anteriores y en los que tristeza y alegría se muestran bien acompañadas por las voces y los instrumentos. Not Until Forever presenta un excelso Mazza que marca una composición que recuerda algunas de las mejores de su reciente trabajo con Pinnacle Point. Una voz así brilla hasta sin querer. Composición e instrumentos lo saben y se quedan ahí, detrás, ayudando sin molestar. Es, sin duda, uno de los temas que más impactarán a quien se haga con este gran álbum. A Polonia nos vamos con Warsaw , sus teclados con efectos y su estribillo omnipresente. Allí nos espera la guitarra de Denander para deshacer el frío. Nothing but Nothing tiene un toque oriental de esos que gustan y están apareciendo últimamente en muchas bandas. ¿Acercamiento a los millones de oyentes potenciales? ¿Inspiración? O, simplemente, dejar constancia del presente, para un futuro incierto. Es distinto dentro de un disco muy variado. El futuro incierto también queda claro en Winds of War. Y es que, nos guste o no, es lo que hay y, a partir de cierta edad, no podemos seguir hablando sólo de lo de siempre. Es otro de los grandes temas de Black Butterfly, por voces, composición e interpretación.
Billy Carbone Is Dead vuelve a la fuerza del comienzo del álbum para despedirlo con un corte algo más guitarrero y con la base rítmica más presente, pero con los sonidos y el eclecticismo que caracterizan Black Butterfly. Uno de los mejores en mi opinión. Antes Mercy on Me retorna a la voz cristalina de Jerome Mazza y los coros de Overland. ¡Qué tengamos piedad de él y sus pecados pide! No soy muy de confesiones y no soy sacerdote, pero desde aquí les aseguro eso y mucho más. Tal vez un pedacito de cielo, por este gran tema y este gran trabajo, que también nos llevará a todos un ratito al paraíso. Lo de quedarte allí o no es cosa tuya, porque, como ya sabes, muchos rockers prefieren el infierno.
Toño Martínez Mendizábal
Track list
1. Born In Fire (feat. Jerome Mazza)
2. The Piper
3. Grace And Nature
4. Dear Kolinda
5. Winds Of War (feat. Jerome Mazza)
6. Tanglewood Tree
7. Now Until Forever (feat. Jerome Mazza)
8. Warsaw
9. Nothing But Nothing
10. Hell Or High Water
11. Mercy On Me (feat. Jerome Mazza)
12. Billy Carbone Is Dead