RULO Y LA CONTRABANDA
Madrid, 20-21-23 de marzo 2017
Crónicas y fotos: Raúl Blanco
Como si de un anuncio de unos grandes almacén se tratara, Rulo, un artista cercano y afable como pocos salido de la obrera Reinosa, se enfrentaba a su propia “Semana Fantástica”. Hay que ser muy valiente y tenerlos muy bien puestos para lanzarse entre semana a montar tres conciertos seguidos en Madrid, eso, o saberse con el respaldo de un público fiel como pocos a los que este maravilloso tímido con gran labia les tiene ganado el corazón con unas letras que van más allá de ser simplemente canciones.
La primera de las citas, como el la definió “el día más nervioso de los tres”, seria para 150 afortunados en un ambiente íntimo “como si fuera el salón de mi casa”, en sus propias palabras, y únicamente acompañado de un piano y su colección de guitarras que iba alternando según requería la ocasión y el tema, así como sus púas, una más soft (la blanca) y otra más rígida (la negra). Tanta era la auto impuesta soledad del Cántabro que incluso su presentación tuvo que cambiar “desde Reinosa, Cantabria, Rulo…solo”.
No podía comenzar aquello de otra forma, enfrentándose a las temidas teclas de un piano que tanta destreza requieren, “Madrid”, ese tema de amor/odio escrito en sus tiempos de La Fuga. “Hacía mucho que no me descalzaba…para cantar” servía de preámbulo para temas que iban desgranándose como si de una reunión de Boy Scout se tratara en medio del bosque, todo muy informal y cálido. Lo que era inevitable era notar en alguno momentos esa sensación de nerviosismo ante algo nuevo incluso para Rulo, sensación que se demostraba también a la hora de hacer el Set List, dos veces estaban puestas para tocar esa noche “Me gusta” y “La reina del barrio”.
Es difícil trasmitir en un texto lo vivido en Siroco, todo era cuestión de sentimientos, cada uno a su forma y con su tema favorito, ese que le toca el corazoncito de alguna forma, a Rulo, sin ninguna duda es “La reina del barrio”, corte que aparece en su último lanzamiento, “El doble de tu mitad” y que está dedicado a Loli y a su abuela Julia, “estuvo mucho tiempo despidiéndose de nosotros, la compuse y llegue a tiempo al hospital ya que por nuestro oficio estas mucho tiempo fuera de casa y tienes que pagar ciertos peajes. Pude llegar a Reinosa al hospital y se la pude poner en bucle, imaginaros el percal, todos llorando. Aunque me cuesta mucho cantarla, hoy quiero cantarla aquí para ellas”. La voz se le entrecortaba, tenía un nudo en la garganta y de hecho, algunas estrofas, desde el más absoluto respeto y casi como un susurro, tuvo que ser recitado por las 150 almas que de alguna forma sentían esa letra como un pasaje de su propia vida.
Pero no todo fueron lágrimas, hubo momentos para la carcajada como el que genero la petición por parte de un asistente del tema “Primavera del 78”, que se ganó las risas y el comentario “Siempre hay algún desubicado, intentar no darle su sitio, porque es la calle. Que San Valentín se apiade de ti tronco”. Una hora y media que se terminaban con “32 Escaleras” y que dejaba el alma lleno de emociones y la sensación de haber vivido algo especial.
SET LIST: Madrid; Objetos perdidos; Me gusta; Mi cenicienta; Tu alambre; La balada del despertador; No sé; Por ti; Noviembre; Divididos; La flor 2; La reina del barrio; A solas¸ Por verte sonreír; Heridas del Rock and Roll; Por morder tus labios; La cabecita loca; 32 Escaleras.
Como si de un deja vu se tratara, ni veinte cuatro horas después me encontraba de nuevo sentado, esta vez en la mítica Sala Galileo Galilei con mi cerveza en la mesa y esperando a que el cántabro saliera de nuevo a escena a jugar con nuestros sentimientos. Y tal y como sucediera el día anterior, “Madrid”, interpretada en la soledad del piano, abrió la noche y esta vez sí “desde Reinosa, Cantabria, Rulo y la Contrabanda” comenzó su segunda cita de la semana en un formato semi acústico y acompañado de sus fieles escuderos, Fito, Pati y Charly.
Con la sala a reventar, 500 personas que agotaron las entradas en apenas dos días, llego la primera confesión, es sus palabras el de esta noche seria el concierto más especial por el marco en el que estábamos y nos hizo una proposición, “estáis en el sofá de vuestra casa, podéis hacer lo que queráis, lo que os salga de la vulva y del pene”. Y a fe que lo parecía, la calidez a la que Rulo dota sus temas en este tipo de conciertos se vuelve incluso más familiar cuando la banda deja el escenario tras una estremecedora “Noviembre”, nuevamente solo con piano y voz, para acomodarse en unos sofás a la derecha de la sala. Rulo descalzo y con acústica, Pati como escudero y Charly esta vez, con un pequeño xilófono y casi en la intimidad de la penumbra le dieron una vuelta de tuerca a “Buscando el mar”, “A punto de colapsar” y “Mi pequeña cicatriz”. La vuelta al escenario, tras un cariñoso y fraternal beso entre Rulo y Pati que demuestran que no estamos ante un solista, esto es una banda, casi me atrevería a decir, una pequeña familia.
Cuando llega “La flor 2” la audiencia femenina se prepara para intentar recoger el trofeo lanzado por Rulo, ellos igual, pero para utilizarlo como ofrenda a su chica y así ganarse unos besos extras. Esta vez el reparto tuvo sorpresa, demostrando una vez más su cercanía y en el paseo entre las mesas de platea Rulo no pude aguantar el cargar en sus brazos a un pequeño admirador al que paseo por media sala para posteriormente subirle al escenario y sentarle es su silla al frente del micrófono. Tras el aplauso y el beso de despedida al crio llego la disculpa, “Ojala me perdones lo que te acabo de hacer, perdóname”.
“Es que no me quiero ir a dormir carajo! Así que a ver que hacemos Ángel, cierra la puerta por dentro y de aquí no sale ni Dios!”, como si hiciese falta cerrar, de allí ni un alma tenía intención de moverse hasta que el escenario quedara vacío y para eso aún faltaban cerca de tres cuartos de hora en los que cayeron temas como “Descalzos nuestros pies” o “Como a veces lo hice yo” la cual aprovecho para presentar a la banda.
Como dijo una vez, las mejores canciones son las que duelen, y pocas le sangran tanto el alma como “La reina del barrio”, como ya sucediera el día anterior, respeto, el corazón en un puño y final regado de lágrimas. Se nos iba acabando la noche, la segunda de nuestras citas con Rulo, pero antes entre otros temas nos deleitó con una versión de “Fauna rara” con aires de bosa nova que la hizo aún más vacilona. “El vals del adiós” nos despide el martes, por hoy habíamos terminado pero aun nos quedaba un tercer round, el más grande y quizás menos personal.
SET LIST: Madrid; Como Venecia sin agua; Tu alambre; Me gusta; Me quedo contigo; No sé; M; Delirios locos; Buscando el mar; A punto de colapsar; Mi pequeña cicatriz; Objetos perdidos; La flor 2/ La flor; Descalzos nuestros pies; Como a veces lo hice yo; Heridas del Rock and Roll; Fauna rara; 32 Escaleras; La cabecita loca; El vals del adiós.
Como si de un Everest particular se tratara llegamos al jueves, el pico más alto, pasamos de 150 a 500, era momento de tocar la cima, 5.000 almas decidieron acompañar a Rulo y la contrabanda en esta última etapa en Madrid. El WiZink Center de Madrid en su modalidad de “El Ring” daba la bienvenida a la segunda descarga en formato eléctrico de la banda desde que lanzaran el año pasado su, hasta la fecha más éxito disco, “El doble de tu mitad”. Un corazón enorme de neón hecho para la ocasión presidia el escenario sobre el que al ritmo de unas palpitaciones cada vez más aceleradas hizo acto de presencia la banda al completo interpretando “Tu alambre”.
Al igual que las noches anteriores pidió que la gente se sintiera como en casa, aunque esta vez en un salón más grande. En esta ocasión me sorprendió lo variopinto de los asistentes, primeras filas para las habituales fans del cántabro y su banda pero mezclados entre esos 5000, gente más entrada en años, muy posiblemente por la reacción ante ciertos temas, de los que Rulo tenia metidos en el bolsillo en su anterior etapa con La Fuga y que posiblemente era el primer concierto al que acudían de su actual formación, no sé si por curiosidad o por la facilidad para hacerse con una entrada al ser un recinto más grande.
Momentos, me atrevería a decir inolvidables de alguna manera de la noche fueron, por ejemplo ese “Divididos” en el que un fan tuvo su momento de gloria al resultar ganador de un concurso lanzado a través de sus redes sociales, armado con guitarra acústica y harmónica demostró un desparpajo inusual para verse delante de una gran audiencia. Posiblemente si me tengo que quedar con un recuerdo de esta semana escogería lo que sucedió en “La flor2 / La Flor”. No solo por ver a Carlos Raya acompañando a La Contrabanda sino también por el impresionante solo que se marcó para cerrar el tema y que dejo absolutamente boquiabierto al personal, que bestialidad.
En esta gira se está convirtiendo en espectáculo incluso la forma de presentar a la banda a cargo de Rulo en mitad de “Como a veces lo hice yo”, recitando y rimando versos que terminar con el nombre del mencionado de tal forma que al público le cuesta muy poco jalear hasta que comienza la presentación del siguiente. Es curioso porque Rulo no es de los que lanzan indirectas sobre el escenario pero, quizás por el subidón propiciado por tanta tensión acumulada y los sentimientos vividos durante toda la semana tuvo un recuerdo un tanto extraño al presentar “Por verte sonreír”, “Me da igual quien la cante ahora pero el que la sufrió y la sangró fui yo”.
Por tercera vez consecutiva, el piano y “Noviembre” erizan la piel antes de que llegara el momento para saltarse los guiones, lo que debería haber sonado era “Por morder tus labios” pero ¿Cómo no iba a hacer un homenaje a su abuela en un concierto tan especial?, si, lo habéis adivinado, lo que sonó fue nuevamente la dolorosa “La reina del barrio” acompañada de las inseparables lágrimas. Cuanto más nos duele algo, más especial es y a su vez, parece como incomprensible las ganas por gritárselo al mundo una y otra vez.
Como ya sucediera en La Riviera de Madrid hace unos años, unos mariachis se hacen dueños del escenario ante la mirada de toda la banda desde un lateral del escenario que brinda y se abrazan sabedores del trabajo bien hecho. Costaba mucho abandonar el escenario, nadie quería que aquello acabara y como ya estaba todo rodado pues lo más fácil fue que Rulo agarrara un micro y alentara al jefe Mariachi con un “Leonardo toca la que te salga del pene, una tuya”. La alegría reflejaba los rostros de los asistentes cuando enfilaban el camino de la salida lentamente como si de una procesión de Semana Santa se tratara, o más bien, como cierre de la semana fantástica de Rulo y la Contrabanda en Madrid.
SET LIST: Tu alambre; Me gusta; Mi cenicienta; A solas; Como Venecia sin agua; Objetos perdidos; Me quedo contigo; Divididos; Por ti; M; Heridas del Rock and Rock; Mi vida contigo era un blues; Tranqui por tu camino; La cabecita loca; La flor 2 / La Flor; Como a veces lo hice yo; Por verte sonreír; Noviembre; La reina del barrio; Pa qui pa ya; No sé; 32 Escaleras; El vals del adiós.
Más fotos
(Pincha en ellas para ampliar tamaño)