ROSA NEGRA – Maadre (2021) Crítica

La mítica banda Rosa Negra, cuyos dos primeros discos publicados en los años 80, “Rosa Negra” y “El Beso de Judas”, forman parte de la banda sonora de muchos de los que peinamos canas (o ya ni eso), regresa con este cuarto trabajo titulado “Maadre”, tras su vuelta hace seis años con su tercer trabajo, RN19732015 que, siendo un buen disco, quizá no terminó por cumplir del todo con las expectativas, por lo alto que estaba el listón.

El disco ha sido grabado en los estudio SUP y la formación actual se compone de Tony León a la voz, guitarra y coros -quedando como único miembro original-, José L. Aragón al bajo y teclados, Miguel A. López (Cachorro) a la guitarra y Tony Montana a la batería y coros.

Comienza la obra con “Perros Viejos”, primer single, cuyo solo inicial de guitarra te engancha desde el primer segundo. Es un tema de aroma clásico, que nos devuelve a los mejores tiempos de la banda.

Continuamos con “Attila”, de buenas líneas vocales y con un estribillo pegadizo, cuyo coro contrasta con la temática de la canción.

Mismas sensaciones que el primer corte nos despierta “Los Caballeros de la Corte del Rock”. Canción más pausada en la que el teclado, de clásico sonido Hammond, goza de gran protagonismo. 

“Un infierno feliz” cambia de tercio, combinando el funky con el hard rock e, incluso, con la mayor parte de las estrofas rapeadas, destacando un fabuloso estribillo. Es uno de los temas que más me ha sorprendido.  

El primer momento para la calma y la melodía llega con “Una negra flor”. Medio tiempo cuya letra evoca sensualidad. 

Los dos siguientes, “La mejor persona de la tierra”, que lanza un mensaje positivo, que tanta falta hace en estos difíciles tiempos, reivindicando que aprendamos a ser las mejores personas que podamos y la potente “Qué ven en la luz”, en la que Tony demuestra que ha recuperado gran parte de sus capacidades vocales para este nuevo trabajo.

“We’re blinding our hearts”, tema en inglés y muy cercano al AOR, que quizá hubiera desentonado menos al final del disco, a modo de bonus track. Pero esta es una opinión muy personal. Me incomoda que en un disco se alternen temas en diferentes idiomas. Prefiero que, en su caso, sean consecutivos. Manía personal, simplemente.

La letra de “No, no te rindas” proyecta la esperanza, la lucha y resistencia en los malos momentos. Siempre hay que buscar una salida por difícil que parezca.

“Cantad, cantad, malditos”, una gran crítica a la corrupta clase política, hace de antesala a la revisión de aquel legendario “Espejo del agujero II (Madre)”, que formó parte de su primer disco y que ahora podemos disfrutar con un sonido más actual y contundente.

Llegamos al final con “Efecto y causa” que, sin perder la singularidad de la banda, actualiza su propuesta con un potente tema de estructura más compleja y sonido más crudo.

Este “Maadre”, cuarto trabajo de la banda Rosa Negra nos trae recuerdos de aquellos ya lejanos dos primeros discos que tanto supusieron para muchos seguidores de nuestro estilo, mejorando su anterior publicación y poniendo el nombre de la formación otra vez donde se merece. Gran disco. 

Daniel Arriero