RIPOLLET ROCK 2015 (Crónica)

RIPOLLET ROCK FESTIVAL 2015
Ripollet (Barcelona) 28/08/ 2015
Texto: Toño Martínez Mendizábal – Fotos: Alba Martínez Semper


Ripollet. Barcelona. Rock. Hard. Metal. Voluntarios. La Olla. Asociación. Organización. Amistad. Buen rollo. Economía. Profesionalismo. Fiestas. Luz y sonido. Variedad. Facilidades. Ron de Kaña, Stained Blood. Alquimia, Iron Savior, Jorn, Éxito total. Veintitrés items que podrían definir y resumir la vigésimo tercera edición del Ripollet Rock Festival.

Y es que, celebrar la 23ª edición del Ripollet Rock Festival es algo extraordinario. Llegar a las veintitrés primaveras es algo poco común en esto de los festivales de rock. Hacerlo siendo  gratuito, pensado y montado por voluntarios, es casi un milagro. Eso sí, un milagro forzado por el trabajo, la humildad y el saber hacer.

En esta ocasión, hay que señalar que el público respondió de lo lindo, llenando el Parc dels Pinetons desde que se abrieron las puertas y deambulando por los puestos de camisetas, parches  y otros abalorios, la zona de merchandising oficial-firmas y, como no,  la de bebidas. Hubo oferta también para los que no habían cenado, aunque la celebración de las fiestas patronales allí mismo, con una gran cantidad de puestos de todo tipo, hizo que la mayoría de la gente llegase ya cenada al evento. Tanto respondió el público que acabó con alguna de las bebidas y largas colas te recibían en el bar. Sin embargo, el sistema de los tickets y los vasos conmemorativos a un euro, dieron sus frutos y, al final, nadie se quedó sin beber, aunque debiese esperar unos minutos para ello. También fue un éxito la venta de camisetas y púas conmemorativas, destinadas a la autofinanciación de un evento que, también en estos aspectos, es ejemplar.

Un detalle de la organización hizo justicia y permitió que la banda local Ron de Kaña, nacida en el año 1998 y liderada por Cunil a la voz y a la guitarra, formara parte del evento. El grupo, que el año pasado cumplió quince años y grabó su segundo trabajo, No Me arrepiento, demostró que en el tema de rock and roll urbano son tan buenos como el que más y que, sin desdeñar su actual estatus, podían haber alcanzado otro, por tener, al menos, el nivel de algunos que han sonado más. En cualquier caso, con una base rítmica fiable y en la que Karlos, además de tocar, canta algún tema, Ron de Kaña demostraron su rodaje, actitud y buen hacer, llamando la atención del público, todavía algo despistado, con temas como Contra la Pared, Ten Cuidado, Son tus Ojos, Besos, Voy a Tocar el Sur o el No Me Arrepiento que da nombre a su segundo álbum. Engancharon al personal y demostraron lo acertado de la elección.

 

Ron3

Stained Blood con Rou a la voz, Raúl al bajo, Borja y Miquel a las guitarras y Salva a la batería no dieron respiro. La banda barcelonesa de Death, formada en 2006 y que ya ha sonado mucho dentro y fuera de España, hizo gala de su sonido atronador y también hizo las delicias de sus incondicionales, que terminaron montando su particular pit, mientras Rou no se dejaba hacer una foto en condiciones, yendo de un lado a otro con su potente voz gutural. Guitarras rápidas, cargando mucho en graves y contundencia rítmica, para temas como Stargazer o The Mask, con protagonismo para su último trabajo, Hadal. Con lo que mueve este estilo, no dudamos que ellos también lo harán de ahora en adelante.

StainedBlood2

 

Alquimia salió en la mejor hora de la noche y con la explanada completamente llena de fans, locos por ver a las huestes de Rionda. Su power metal elaborado, lleno de sentimiento, con la guitarra de Alberto y la voz de Isra como banderas, cautivó a la audiencia que, en gran cantidad, no paró de cantar sus temas. Empezando por El Lobo y el Arca, hasta terminar con Sacrificio, todo el mundo sabía lo que tenía que cantar y cuándo iba a venir alguno de los fantásticos solos del asturiano que es, sin duda, un fuera de serie y lo demuestra dentro y fuera del escenario. Xana, Sol Negro, Aliento…El timbre personal y la técnica de Isra marcaban la noche mientras Chez se daba sus paseos en la zona delantera, con el teclado colgado. Los temas iban cayendo: Divina Providencia, Pelayo, Claro de Luna…Quedaba claro que Rubén y Leo completan un combo de enorme calidad para recrear el metal alquímico. Una gran actuación que permanecerá como una de las más exitosas del festival.

 

Alquimia4

Iron Savior irradiaban felicidad cuando salieron a darlo todo ante un público un poco menos numeroso, conforme avanzaba la noche, pero muy entusiasta. Piet Sielk, cantante multiinstrumentista e ingeniero, fundador de la banda en el Hamburgo de 1996, demostró sus cualidades como frontman, cantante y guitarrista, interactuando continuamente con la audiencia y consiguiendo la reacción deseada en todo momento. Con una discografía inicial con la presencia de Kai Hansen y basada en la historia de una nave espacial autoconsciente (de la que toman el nombre) contada en varios álbumes, lograron un prestigio con un sonido a caballo entre Judas Priest y Queensrÿche, pero con su propia forma de componer e interpretar el metal.

IronSavior2

En Ripollet se presentaban con un directo recién editado, la reedición de su Megatropolis, los ecos de su último álbum, Rise Of The Hero (2014) y con una nueva formación. Con Piet como único fundador, el cuarteto se completaba con Joachim “Piesel” Küstner a la guitarra, el gigantón Uwe Seeman (Marcia Bloom) al bajo-coros y Sören Teckenburg (Paragon) a la batería. Un equipo potente que alternó auténticos himnos con temas más tranquilos  o típicos. Hicieron un repaso a su discografía, con cortes como Starlight, I’ve Been To Hell, Condition Red, Hall Of The Heroes y la demostración de que poseen himnos como Last Hero y, sobre todo, Heavy Metal Never Dies (verdad como un templo), para acabar, como suelen, con su cover del Breaking The Law, cantado por todo el personal. Una gran actuación para una gran banda, liderada por un cantante, guitarra y compositor de muchos quilates que, probablemente, en su momento, no ascendió al podio del metal, porque estaba ocupado por dos o tres que se resistieron a bajar, pero a la que, tal vez, habría que haber hecho un hueco más arriba.

IronSavior
Eran algo más de las tres de la mañana cuando Jorn Lande excelentemente acompañado por Trond Holter a la guitarra, Thomas Bekkevold (Wild Willy’s Gang) al bajo y Christian Hapnes Svendsen (Tsjuder) a la batería, acababa con nuestra espera y nos regalaba su única y ansiada actuación en España. Ya antes nos había concedido una interesantísima entrevista de casi una hora de duración, que en breves podréis disfrutar en la web, y, muy educadamente, había firmado, posado para fotos y merendado más tarde que el resto de la banda por cumplir con todos. No es fácil ver a uno de los mejores frontmen de tu generación por estas tierras, pero Ripollet sabe hacer posible lo que casi parece imposible.

 

JornLande6

Desde su paso por Ark, Masterplan y Millenium (quién no recuerda el espectacular Hourglass), sus diferentes colaboraciones con los mejores, su proyecto con Allen, hasta su trabajo en solitario como Jorn o su Dracula Swing Of Death; la obra del noruego despliega la calidad, maestría y buen gusto de todo un fuera de serie. Naturaleza, entorno familiar, formación y actitud han hecho de él uno de los cantantes más reputados en el estilo desde hace años.

 

JornLande14

Durante la entrevista, en la que nos obsequió con respuestas inteligentes, comprometidas y sinceras, ya supimos que su show estaría centrado en su trabajo en solitario y que, incluso la posibilidad de interpretar el Walking On Water, de su álbum junto a Trond Holter, anteriormente citado, había sido descartada, no por falta de coincidencia estilística con el resto del setlist, sino por el tipo de formación que el noruego presentaba en Ripollet. Con ella, y ante la tremenda expectación de gran parte del público, dio comienzo un actuación en la que, una vez más, el personaje se apoderó del señor Lande, tomando la típica postura aparentemente encogida y el rictus de aspecto maligno, que realza el ligero toque nórdico de sus ojos. Así dio comienzo a su show con Carry The Black y las bocas y los ojos se abrieron, para apenas cerrarse durante, aproximadamente,  hora y cuarto. Legend Man, Below, con final apoteósico…  Con Time To Be King llegó el único guiño al resto de su carrera (en este caso a Masterplan) de toda la noche y la emoción del personal creía haber alcanzado su tope. Él cantaba con esa aparente facilidad y la “rabia” tan características. O interactuaba buscando a un público que, en alguna ocasión, no terminaba de entender las preguntas y contestaba al revés para su hilaridad. Un solo de Trond Holter, pleno de maestría y con guiño a Van Halen incluido, marcaba, más o menos, el ecuador de la actuación. The Inner Road, Stormcrow, The Last Revolution, Lonely Are The Brave…, una selección de lo que más le gusta interpretar, en estos tiempos, a Mr. Lande. Un buen puñado de canciones que, a pesar de la unidad estilística, permitieron disfrutar de lo lindo de su prodigiosa voz y personalidad sobre el escenario. Tras una broma, sobre acabar el concierto o no como paso a los bises, llegó el momentazo de la noche para muchos, cuando Jorn recordó a Dio con un tremendo Rainbow In The Dark, cantado por todos, que pudo haber sido el cierre de un show que, sin embargo, llegó con War Of The World. Sueño cumplido para muchos.

 

JornLande7

Así llegó el momento de la despedida de la 23ª edición de un festival que es único en España y, probablemente, de los pocos en Europa de estas características. Un festival con muchísimas virtudes, entre las que están sus voluntarios, el saber hacer grandes carteles con bandas locales, nacionales y extranjeras y contar con el apoyo de un público compuesto, también, por una nutrida representación de músicos de Barcelona, con los que da gusto juntarse y que mantienen la llama de nuestro estilo en lo más alto. Enhorabuena un año más. Rock on Ripollet!