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Prólogo:
Me voy a permitir empezar esta crítica explicando una pequeña anécdota de abuelo Cebolleta: en la última visita de Rage a Barcelona, en febrero de 2020 ―Joder! Parece que haya pasado una eternidad y en realidad fue antes de ayer―, recuerdo haber visto a las puertas de la sala Bóveda el clásico autobús de gira de la banda. Me llamó la atención que los limpiaparabrisas estaban extendidos hacia delante a modo de tendederos y que había un par de prendas de ropa colgadas en ellos secándose al aire de la noche barcelonesa. Por su tamaño, bien podrían pertenecer al propio ‘Peavy’ Wagner. En ese momento pensé: la vida en la carretera, incluso para una banda de la larguísima trayectoria de Rage, no es ni fácil, ni glamurosa. Si a estas alturas de carrera, este hombre sigue recorriendo toda Europa para tocar en pequeñas salas como esta, es evidente que la música le corre por las venas y necesita su dosis como quien necesita una droga. En ese momento me dije a mí mismo: mientras Rage siga sacando discos medianamente decentes, y hasta ahora nunca me ha fallado, o viniendo de gira por estos lares, yo pienso corresponder comprando sus discos y las entradas para sus conciertos. Me parece lo menos que puedo hacer por una banda que me ha dado en el pasado, y me sigue dando en el presente, tantos ratos de felicidad.
Por otro lado, si algo nos tendría que haber dejado claro la maldita pandemia, es que no debemos dar nada por sentado. Trasladado al mundo de la música, que para algunos de nosotros es algo casi tan importante como lo que más, y a este caso concreto, una de esas cosas que parecen eternas, y que quizás por eso no valoramos como deberíamos, es la carrera musical de Peter “Peavy” Wagner y sus Rage, que desde mediados de los 80, llueva, truene o haga un espléndido día de sol, siguen al pie del cañón publicando disco tras disco y realizando gira tras gira.
Capítulo I. Rage; un banco con cuatro patas.
Estamos en el año 1999. Justo después de la publicación del disco Ghost, la banda, que lleva con una formación estable y exitosa varios años, explota en mil pedazos, y además de forma bastante poco amistosa. ‘Peavy’ Wagner manda al paro a los hermanos Efthiamiadis y al guitarrista Sven Fischer. Desde entonces, aún con diferentes músicos en la banda, Rage ha sido durante más de 20 años un trío, con Peavy cantando y tocando el bajo, un batería y un guitarrista.
Tras la sorpresiva salida de la banda del guitarrista Marcos Rodríguez, aparentemente por voluntad propia, Rage se presenta en este nuevo disco con dos nuevos y jóvenes guitarristas: Stefan Weber (ex-Axxis) y Jean Bormann. El batería sigue siendo el fenomenal ‘Lucky’ Maniatopoulos, que graba con este su cuarto disco con la banda. Huelga decir que el bajo y la voz solista corren a cargo del enorme, en todos los sentidos, Peter ‘Peavy’ Wagner.
Volver a funcionar como un cuarteto no es algo tan fácil como pudiera parecer, y más tras tantos años. Aparte de acoplar a los nuevos miembros en la banda, la forma de componer los temas es totalmente diferente cuando tienes a dos guitarristas en lugar de uno. La propia banda lo considera como una nueva era y se siente orgullosa del trabajo realizado durante los últimos 18 meses hasta conseguir que este nuevo trabajo vea por fin la luz.
Capítulo II. The Spanish Connection.
¿Sabemos y valoramos quién es Pepe Herrero? Los que escuchéis metal español quizás lo conozcáis por ser el guitarrista de los madrileños Stravaganzza. Pero este artista es tremendamente polifacético y lo mismo compone bandas sonoras para películas, que ejerce de director musical en giras de artistas tan populares y alejados del metal como Monica Naranjo o el fallecido Camilo Sexto, que dirige orquestas como la de Radio Televisión Española entre otras.
Su relación con Rage viene de lejos, y por ejemplo, los que tuvimos la suerte de ver a la banda alemana interpretando íntegro su disco XIII en la última edición del Rock Fest Barcelona, pudimos verlo dirigiendo a la orquesta que acompañaba a la banda encima del escenario. También ha dirigido a la Lingua Mortis Orchestra en nada menos que el mayor festival de metal del mundo, el Wacken Open Air.
La contribución de Herrero en el disco engloba las orquestaciones en cuatro de los temas, además de la introducción inicial. Según comenta el propio ‘Peavy’ Wagner “la aportación de Herrero eleva estas canciones a una nueva dimensión, dotándolas de más profundidad y expresividad”.
Y no solo a eso se reduce la conexión española en este disco. Resulta que el trabajo está mezclado por el asturiano Daniel González Suárez, que ya era el responsable del sonido en directo de la banda.
Capítulo III. Las canciones.
Con una intro orquestal que parece sacada de cualquier superproducción cinematográfica de Jerry Bruckheimer se inicia este Resurrection Day, para dar paso sin solución de continuidad al tema que da título al disco. Resurrection Day ―la canción―, es a la postre una de las mejores canciones del disco, y pese a que es un tema rápido y cantado con rabia, el hecho de que los arreglos orquestales se mantengan de fondo durante todo el tema, le da un toque épico que les ha quedado estupendamente. En la parte de los solos de guitarra apreciamos con claridad por primera vez la diferencia que supone contar con dos guitarrista y todo lo que enriquece el sonido de la banda.
Muy parecido en cuanto a intensidad y mala leche, pero esta vez sin orquestaciones, es Virginity, primer single que escuchamos ya hace unas semanas de este disco. Buena canción que roza por momentos el Thrash Metal.
Más a Power Metal centroeuropeo suenan los dos siguientes temas; A New Land, con un estribillo típico de Rage y una temática que nos habla de un mundo sin fronteras cuya letra podría perfectamente estar inspirada en la visión inicial del mundo que tienen los Flags-Smashers en The Falcon And The Winter Soldier. En Arrogance And Ignorance, en cambio, destacan más las estrofas y el tremendo riff de guitarra sencillo pero muy efectivo, que el propio estribillo, que me parece un poco edulcorado, quizás buscando convertir el tema en un próximo single. Eso sí, la letra define perfectamente la época en la que vivimos y en ese sentido enlaza con la anterior perfectamente, aunque yo las habría puesto en orden inverso.
Man In Chains es otro tema más de puro metal, como todos los escuchados hasta ahora. Aunque al principio me pareció de los menos inspirados del disco, con las escuchas le he cogido el gusto también.
Para Age Of Reason reaparecen las orquestaciones de nuevo, aunque de una manera muy sutil y sólo en momentos puntuales como el inicio o el estribillo.
El segundo single de adelanto del disco fue Monetary Gods ¡Buena elección! No sabría decir que tiene, pero el caso es que la canción funciona mejor que otras más directas escuchadas anteriormente. De nuevo, la letra hace hincapié en otro de los grandes males del mundo actual; la codicia desmesurada de quienes acaparan riqueza sin límites.
Mind Control, que posee unas guitarras muy del estilo Accept que prometen mucho en un principio, es un tema que se diluye un poco en un estribillo bastante insulso.
Traveling Through Time es la canción del disco que más nos retrotrae a la época de discos como XIII o Ghost, con mucha presencia de los arreglos orquestales. Es un tema inspirado en una composición del artista renacentista Giorgio Mainerio, titulada Schiarazula Manazula. Evidentemente Rage la han llevado completamente a su terreno y la verdad es que les ha quedado bastante bien el experimento.
La balada del disco es Black Room. A mí particularmente no me aporta gran cosa, aunque a ‘Peavy’ le sirve como la coartada perfecta para meter todas esas orquestaciones y arreglos de música clásica que a él tanto le gustan.
Extinction Overkill es un tema mucho más directo que nos devuelve a los Rage más básicos y ‘speedicos’ de sus inicios.
Capítulo IV: En resumen.
¿Es este disco mejor o peor que anteriores trabajos de la banda? Pues es difícil decirlo. A mí me parece que está muy en la línea del anterior trabajo Wings Of Rage (2020), con la diferencia mencionada de contar esta vez con dos guitarras. Esto le resta quizás algo de virtuosismo al trabajo, pero le añade más de riqueza al sonido de la banda, aunque evidentemente será en sus conciertos donde más se note el cambio de formación.
Otra cosa que quiero destacar es la forma de cantar de ‘Peavy’ Wagner. Él nunca fue un virtuoso de la voz, más bien al revés, en sus primeros discos era un poco un desastre, pero con los años ha aprendido perfectamente a conocer sus limitaciones y modular su voz. A día de hoy se ha convertido en un cantante perfecto para la música de su banda.
En cuanto a sonido y producción nada que objetar. El disco suena perfecto y contundente, como debe ser.
Capítulo V: Epílogo
Como decía al principio, nada ni nadie nos puede asegurar cuantos discos ni cuántas oportunidades tendremos en el futuro de escuchar a Rage en directo. Por desgracia, nada en esta vida es eterno, ni los músicos, ni por supuesto, nosotros mismos. Así que mi consejo es que os compréis el disco. Suena a lo que tiene que sonar un disco de Rage, ni más, ni menos, y nadie que conozca o siga a la banda se va a sentir decepcionado.
Además este otoño está anunciada una gira europea de la banda que visitará cuatro ciudades españolas; Valladolid, Granada, Vitoria y Barcelona. Si la situación lo permite y finalmente la gira se lleva a cabo, allí estaremos, rindiendo pleitesía a ‘Peavy’ Wagner y sus chicos, y de paso, intentando echar una mano a las pequeñas salas de conciertos que tan mal lo están pasando.
El disco está a la venta desde el viernes 17 de septiembre en los formatos habituales de CD, vinilo, vinilo coloreado y descarga digital. También se ha hecho una edición en formato Boxset de lujo para coleccionistas y fans más acérrimos, que incluye varios objetos de memorabilia, fotos, posters e incluso la versión en cassette del disco.
Alberto Lozano
https://www.facebook.com/alberto.lozano.750
ENGLISH REVIEW
Introduction:
Allow me to start this review by explaining a little anecdote, an oldtimer’s story you may say: on Rage‘s last visit to Barcelona, in February 2020 – Fuck! It seems like an eternity ago when it was actually just 19 months ago-, I remember seeing parked in front of Sala Bóveda’s the band’s classic tour bus. It caught my attention that the windshield wipers were stretched forward like a makeshift clothesline from which a couple of pieces of cloth were air drying in Barcelona’s night air. From their size, they could well belong to “Peavy” Wagner himself. At that moment I thought: life on the road, even for a band of Rage‘s very long trajectory, is neither easy nor glamorous. If, at this stage of his career, this man is still touring all over Europe to play in small venues like this one, it’s obvious that music runs through his veins and he needs his fix like someone who needs a drug. That’s when I promised myself: as long as Rage keeps releasing halfway decent albums, and so far they have never let me down, or coming on tour in my neck of the woods, I will keep buying their albums and tickets for their concerts. It seems to be the least I can do for a band that has given me in the past, and continues to do so, so many happy moments.
On the other hand, if the damn pandemic should have made something clear to us, it is that we should not take anything for granted. The same is true in the world of music, which for some of us is something almost as important as life itself, and in this particular case, one of those things that seem eternal, and perhaps that is why we do not value as we should, is the musical career of Peter «Peavy» Wagner and his Rage, who since the mid 80’s, they continue to step up to the challenge releasing album after album and touring continuously, no matter rain, shine or splendid sunny days.
Chapter I. Rage; a four-legged bench.
The year is 1999. Just after the release of the Ghost album, the band, which enjoyed a stable and successful line-up for several years, explodes into a thousand pieces, and in a rather unfriendly way. «Peavy» Wagner sends the Efthiamiadis brothers and guitarist Sven Fischer out the door. Since then, even with different musicians in the band, Rage has been for over 20 years a trio, with “Peavy” singing and playing bass, a drummer, and a guitarist.
After the surprising departure of guitarist Marcos Rodriguez from the band, apparently of his own free will, Rage is presented on this new album with two new young guitarists: Stefan Weber (ex-Axxis), and Jean Bormann. The drummer is still the phenomenal “Lucky” Maniatopoulos, who records his fourth album with the band. Needless to say, bass and lead vocals are provided by the enormous, in every sense of the word, Peter «Peavy» Wagner.
Getting back as a quartet is not as easy as it might seem, especially after so many years. Apart from fitting the new members into the band, the way of composing the songs is totally different when you have two guitarists instead of one. The band itself considers it as a new era and they are proud of the work they have done during the last 18 months to get this new work to finally see the light of day.
Chapter II. The Spanish Connection.
Do we know and appreciate who Pepe Herrero is? Those of you who listen to Spanish metal may know him for being the guitarist of Madrid’s band Stravaganzza. But this artist is tremendously multifaceted. He not only composes soundtracks for movies, but he is also the musical director in tours of artists as popular and removed from metal as Monica Naranjo or the late Camilo Sesto, and he conducts orchestras like the one of Radio Televisión Española among others.
His relationship with Rage goes back a long way, and for example, those of us who were lucky enough to see the German band performing their album XIII in its entirety at the last edition of Rock Fest Barcelona were able to see him conducting the orchestra that accompanied the band on stage. He also conducted the Lingua Mortis Orchestra at no less than the biggest metal festival in the world, the Wacken Open Air.
Herrero’s contribution to the album includes orchestrations on four of the tracks, plus the opening intro. According to «Peavy» Wagner himself, Herrero’s contribution elevates these songs to a new dimension, giving them more depth and expressiveness.
And that’s not all the Spanish connection is reduced to on this album. It turns out that the work is mixed by Asturian Daniel González Suárez, who was already responsible for the band’s live sound.
Chapter III. The songs.
With an orchestral intro that seems to be taken out of any Jerry Bruckheimer‘s movie super-production, Resurrection Day begins, giving way to the theme that gives title to the disc. Resurrection Day -the song-, is ultimately one of the best songs on the album, and although it is a fast-paced song sung with rage, the fact that the orchestral arrangements are kept in the background throughout the song gives it an epic touch that works great. In the guitar solos, we clearly appreciate for the first time the difference two guitarists bring to the table and how much they enrich the sound of the band.
Virginity, the first single from this album that we listened to a few weeks ago, is very similar in terms of intensity and fury, but this time without orchestrations. A good song that borders on Thrash Metal at times.
The next two tracks sound more like European Power Metal; A New Land, with a typical Rage chorus and a theme that speaks of a world without borders whose lyrics could well be inspired by the initial vision of the world that the Flags Smashers have in The Falcon And The Winter Soldier. In Arrogance And Ignorance, on the other hand, the verses and the tremendous guitar riff, simple but very effective, stand out more than the chorus itself, which seems to me a bit sweetened, perhaps looking to turn the song into an upcoming single. Of course, the lyrics perfectly define the times we live in, and in that sense, it links perfectly with the previous one, although I would have put them in reverse order.
Man In Chains is another pure metal song, like the previous ones. Although at the beginning it seemed to me one of the least inspired of the album. After a few more listenings, it grew on me.
For Age Of Reason, the orchestrations reappear again, although in a very subtle way and only from time to time like at the beginning or the chorus.
The second advanced single of the album was Monetary Gods, a perfect choice! I can’t tell you exactly what it is, but the fact is that the song works better than other more direct songs in the album. Again, the lyrics emphasize another of the great evils of today’s world; the excessive greed of those who hoard wealth without limits.
Mind Control, which has some very Accept-style guitars that promise a lot at first, is a song that gets a bit diluted with a rather bland chorus.
Traveling Through Time is the song of the album that takes us back to the time of albums like XIII or Ghost, with a lot of presence of orchestral arrangements. It is a song inspired by a composition of the renaissance artist Giorgio Mainerio, entitled Schiarazula Manazula. Evidently, Rage has taken it completely to their own territory and the truth is that the experiment has turned out quite well.
The ballad of the album is Black Room. To me, it doesn’t add much, although «Peavy» serves as the perfect alibi to put all those orchestrations and classical music arrangements that he likes so much.
Extinction Overkill is a much more direct theme that brings us back to the most basic and «Speed Metal» Rage of their beginnings.
Chapter IV: Summary.
Is this album better or worse than the band’s previous works? Well, it is difficult to say. To me, it seems to be very much in line with their previous work Wings Of Rage (2020), with the aforementioned difference of having two guitars this time. It may perhaps subtract something of virtuosity to the work, but it adds richness to the band’s sound, although evidently, it will be in their concerts where the change of formation will be more noticeable.
Another thing I want to highlight is the way «Peavy» Wagner sings. He was never a vocal virtuoso, rather the other way around. In his first albums, he was a bit of a disaster, but over the years he has perfectly learned from his limitations and modulate his voice. Today he has become a perfect singer for his band’s music.
As for sound and production, nothing to complain about. The album sounds perfect and convincing, as it should be.
Chapter V: Epilogue.
As I said before, nothing and nobody can assure us how many albums or how many opportunities we will have in the future to listen to Rage live. Unfortunately, nothing in this life lasts forever, neither the musicians nor, of course, ourselves. So my advice is to buy the album. It sounds like what a Rage album should sound like, no more, no less, and no one who knows or follows the band will be disappointed.
In addition, they have announced a European tour of the band for this fall, which will visit four Spanish cities; Valladolid, Granada, Vitoria, and Barcelona. If the situation allows it and the tour finally takes place, I will be there, paying my respects to Mr. «Peavy» Wagner and his boys while supporting the small concert halls that are having such a hard time.
The album is on sale since Friday, September 17th, in the usual formats of CD, vinyl, colored vinyl, and digital download. There is also a deluxe boxset edition for collectors and die-hard fans, including various memorabilia, photos, posters, and even the cassette version of the album.
Alberto Lozano
https://www.facebook.com/alberto.lozano.750