Orianthi Panagaris no es solo una extraordinaria guitarrista-cantante-compositora australiana de fama mundial; es también una preciosa joven de 35 años fruto de su generación. Como tal, ha sido influenciada por muchos estilos musicales, ya que el rock ya no era mainstream cuando ella comenzó con la guitarra. Como tal, ha desarrollado su carrera con una base y unos medios excelentes y, como tal, maneja a la perfección las nuevas tecnologías musicales y de la comunicación, siendo trending topic en redes sociales.
No es de extrañar, por lo tanto, que cuando se afronta O, su cuarto álbum en solitario, nacido seis años después del anterior, haya que hacerlo de forma muy distinta a como habitualmente uno suele hacerlo para reseñar en nuestra web. Orianthi ha colaborado con Steve Vai, ZZ Top, Prince y Alice Cooper, debutado en gran escenario con Santana con sólo 18 años y creado RSO junto a Richie Sambora, pero también colaboró con Michael Jackson y está tan cerca del pop, el pop-rock electrónico o el rock alternativo como pueda estarlo del hard rock en este último trabajo. Para ella la música es un todo y su guitarra y su voz instrumentos de realización, pero también de fama y popularidad. Orianthi es parte de todo ese mundo y lo es con orgullo. Nosotros lo entendemos y hemos disfrutado este álbum como producto de todo ello.
Contagious es el reflejo de todo lo reseñado en el párrafo anterior: guitarras potentes, voz tratada, teclados, ritmos y sintetizadores. Pop, electrónica y rock juntos para construir un tema potente y con capacidad para hacerse un hueco en cualquier medio de cualquiera de esos géneros. Pero, lo que es más importante todavía, es que éste, como el resto de los cortes de O, pueden hacerse un hueco en los reproductores de muchos jóvenes, cosa que no está al alcance de muchos de nuestros más admirados músicos. Sinners Hymn, por ejemplo, tiene un estribillo repetitivo y quedón, sobre un gran riff, que junto con las programaciones y los efectos de guitarra unen a los Beatles con cualquiera de los pop-rock stars de la actualidad y con un solo con toques Hendrix. Eclecticismo musical llevado casi al extremo, pero de una inmensa calidad. Rescue Me se hunde con maestría y originalidad en las raíces bluesy, que también las tiene Ori, pero sin dejar de lado todo lo dicho y sumando pesadas guitarras al más puro estilo del metal alternativo. Evan Frederiksen (batería, bajo) y Marti Frederiksen (percusión, programación y bajo en este tema) son sus compañeros de viaje. Blow también comienza suave, pero despega con fuerza hacia latitudes más ardientes, en una alternancia que es también la característica principal de O. Aterriza con un gran solo y a guitarrazo limpio entre ¡yeahs! y ¡ouhssss! Mucho más electrónico y alternativo es Sorry, que desemboca en uno de los cortes más pop del álbum, recordando a los de Christina Aguilera, Avril Lavigne o a cualquiera de los de las divas del pop-soul más trendy. Una canción que podría entrar arriba en las listas más contemporáneas.
La balada de O es Crawling out of the Dark, uno de los temas que más me gustan y que, conceptualmente, me recuerda al emblemático de un reciente éxito cinematográfico. Nos vamos al rincón más guitarrero de O con Impulsive y la voz de Orianthi más tratada que nunca, pero sonando muy bien. Un corte potente y pegadizo a la vez. “Ohhhhh! I’m so impulsive…” Ori reconoce ser impulsiva y eso no es malo, ni mucho menos, si te lleva a hacer grandes canciones como ésta y disfrutar de una u otra manera. Streams of Conciousness es otro de los temas emblemáticos e introspectivos de este álbum. Potente y guitarrero, a mí, particularmente, me encanta con su sonido de ferias en el fondo y su solo efectista y efectivo.
Orianthi, que también participa en las programaciones, de las que hace uso Company, necesita compañía, como todos. Aquí las busca con algo más de calma y mucha electrónica, pero con su toque personal y esa mezcla que es parte inherente de su música y de este trabajo. Hasta la guitarra es casi irreconocible en su versión más contemporánea. Todo está dirigido hacia el objetivo final, que es el de un trabajo brillante, ecléctico y lo más permeable posible. Un disco que pude dejar fuera a algunos amantes del rock de generaciones que gozaron con la música de los 80, pero que deja la puerta abierta a todos sus fans actuales y a muchos otros que, aprovechando su lanzamiento en Frontiers, entrarán hasta la cocina. En ella encontrarán a la joven talento australiana cocinando su tema pop-soul-electrónico Moonwalker, que se me antoja un tributo al rey del pop y su famoso baile. La guitarra suena más pura que nunca y los coros black se adueñan del fondo para rematar O de la mejor manera posible. Muy bien señorita Panagaris, estoy en la cocina y muy contento. Pasemos al salón.
Toño Martínez Mendizábal
1. Contagious
2. Sinners Hymn
3. Rescue Me
4. Blow
5. Sorry
6. Crawling Out Of The Dark
7. Impulsive
8. Streams Of Consciousness
9. Company
10. Moonwalker