OBSIDIAN KINGDOM: Torn and Burnt (2013)

A pie cambiado y sin dejarnos demasiado resquicio sobre el que encaramar nuestras expectativas, los barceloneses Obsidian Kingdom nos presentan el siguiente paso en su imparable carrera hacía el culto definitivo. Un EP con siete remezclas del Mantiis que atiende al nombre de Torn and Burnt y presenta en sociedad otra interesante perspectiva desde la que contemplar sus posibilidades. No estamos aquí por tanto, ante sencillas reinterpretaciones de lo que hace un año quedara grabado, nos encontramos frente a un ente alternativo que precisa ser alimentado en plato aparte.

Empezando por las siniestras reflexiones que sugiere el trabajo artístico del taxidermista alemán Raf Veulemans, este álbum remarca su propia identidad desde la misma portada. Imágenes confusas dibujando sombras de insectos en nuestro subconsciente, redirigen hacía la icónica estampa de la Mantis y nos reciben con inequívoco estilo. Nos situamos pues en el borde mismo y nos tiramos sobre And Then it Was, olvidándonos de todas las ideas que pudiésemos conservar sobre el título en cuestión. La interpretación que Oktopus hace de la pieza mencionada, ejemplifica certeramente lo que vamos a encontrar a lo largo de la tortuosa media hora que ante nosotros se despliega.

Los sonidos son electrónicos, sucios y notablemente rítmicos, dejando que obviemos el peso que las guitarras tenían en la mezcla original y aguardando ver dónde se han colocado las voces a la partitura. Tardamos poco en comprobar como tampoco en este último punto vamos a encontrar cobijo bajo el que guarecernos, las palabras han sido distorsionadas en macabras tonalidades. Nos resta el placer hipnótico que la banda persigue conseguir, lo retuercen sin compasión hacía las costumbres establecidas, como quien te pone un metrónomo frente al corazón y espera ver como llevas el ritmo.

En Last of the Light los teclados toman el protagonismo, dando al conjunto una atmosfera futurista y desdichada, como si de una banda sonora para replicantes se tratase. Maquinal, frio y absolutamente artificial se nos presenta el corte, sin que la sensación de hipnosis absoluta le dé por desaparecer en ningún momento. El espíritu glacial de los Drone set que acostumbran a realizar los Obsidian, también se puede percibir a lo largo y ancho de Awake Until Dawn, un pellizco lento y sepulcral que podría servir como música de fondo para mazmorras poco ventiladas.

Similar espíritu malsano y retorcido encontraremos en Finguers in Anguish y Haunts of the Underworld, esta vez siendo un poco más convencionales en lo que remezclar historias se refiere, metiendo loops, beats y apuntes dubstep, pero sin detenerse en limpiar el resultado final. Es por esto que la obra, a pesar de su brevedad y extraña apariencia, goza de una insuperable harmonía cuando se disfruta en cascada. Los mejores momentos sin embargo los conserva en los últimos instantes y llegan cuando The Nurse aparece en escena.

El corte señalado se desliza en etéreo Ambient de alta escuela, similar al que en su día gustaba de grabar Mortiis en sus primeros trabajos, sin tanta cadena deslizándose pero la misma sensación de penumbra. Las únicas voces limpias de todo el EP son las que se abren paso en esta fase postrera, poniendo el inevitable momento emotivo. La conclusión sobra decir que estará a la altura de la banda protagonista, Answers Revealing lleva por nombre y funciona como catarsis idónea para el torrente de emociones que por el camino nos hemos ido encontrando.

Señalar que no es necesario-como ha quedado demostrado por otra parte- comparar estas remezclas con sus originales, para apreciarlas en su totalidad. Se trata de consecuencias lógicas del enorme espectro de influencias con que Obsidian Kingdom cuentan. Habría que citar en este punto, las lógicas reminiscencias que pueden conservar ciertos momentos con los NIN más electrónicos, las vueltas de tuerca con que solían sorprender Tool o los 65 Days of Static de última generación por citar unos pocos.

Estamos aquí ante lo que parece venir después del Post Black marciano, la cara oscura y electrónica que solo se ve cuando los interesados tienen el valor suficiente como para mostrarla. En una onda similar a lo que ha supuesto WIFE tras la desbandada de Altar of Plagues, pero sabiendo que en este caso solo estamos ante un paréntesis. Una nueva obra de artesanos que se entretienen jugando con sus herramientas, incidiendo una vez más en lo que pretenden y sin detenerse a pensar en lo que de ellos se espera.

Unai Endemaño (STUN)

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