MONSTER MAGNET: Crónica (5/02/2014)

MONSTER MAGNET
Sala Bikini, Barcelona, 5 de Febrero de 2014

Texto y fotos por Mayca Cruz Mycure

No me resulta fácil acercarme a Barcelona entre semana para disfrutar de un concierto, teniendo en cuenta que he de desplazarme desde Lérida y trabajar al día siguiente. Únicamente, en ocasiones muy especiales y porque una banda me atrae sobremanera, hago ímprobos esfuerzos por acudir a una cita que, de desestimar, me generaría cierto fastidio, al menos, hasta que se produzca una siguiente ocasión.

Cuando supe que los americanos Monster Magnet recalarían en Barcelona un miércoles dentro de su gira mundial, Last Patrol Tour 2014, me propuse articular todos los mecanismos que me facilitaran presenciar un directo de Dave Wyndorf. Y es que ya los dejé pasar en dos ocasiones anteriores (2008 y 2010) así que…¡a la tercera la vencida!

Una vez estuvo todo organizado, me fui a la sala Bikini en L’Illa Diagonal, con la cámara en la mochila y mi entrada en la mano, y bajé esos largos pasadizos rojos que parecen conducirte al mismísimo averno. Llegué tarde para presenciar a la banda telonera, STEAK, esos stooner británicos de breve trayectoria pero con una buena cantera de seguidores y a quienes la mala suerte les ha sacudido justo después de su presentación de esa noche en Barcelona. Tras levantarse al día siguiente comprobaron que su furgoneta, en la que alojaban el equipo, había sido forzada y parte del material había desaparecido. Tremendo disgusto que además les obligó a suspender su concierto en Madrid. Desde aquí desearles lo mejor – que recuperen sus pertenencias- y que los culpables sufran su merecido.

En fin, cuando llegué la sala ya estaba prácticamente llena y yo me dirigí a la barra para hacerme con una coca-cola (menudo robo a mano armada al cobrarme cinco euros por una mínima cantidad de bebida edulcorada).

Se respiraba expectación en el ambiente, Monster Magnet se hicieron de rogar en el tránsito entre sus teloneros y su aparición, pero ello me permitió irme posicionando lo más cerca posible del escenario. Suelo correr casi siempre la misma suerte y el más alto de la fila frontal termina colocándose justo delante de mí pero, en esta ocasión, me las arreglé para dejarlo a un lado y eso que había bastante gente intentando pillarse un buen sitio.

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Tras varios silbidos y reclamos del público las luces se apagaron y unos tenues focos anunciaron el inminente arranque con los primeros acordes de I live Behind the Clouds, el tema con el que se inicia el fantástico noveno álbum “Last Patrol”. Como ya lo había escuchado varias veces reconocí en seguida el tema así que me permití gozarlo desde ese comienzo con el que Dave Wyndorf se declara aparte del mundanal ruido, tal vez en una reflexión sobre su reciente percance con las drogas que casi le envían al otro barrio, por encima de las nubes. Justo al terminar llega el tema que da título al álbum, así que me dije, éstos se van a pegar el disco enterito y en orden: y así fue. Con esos ritmos pesados y un tema que – me diréis loca – yo oigo unos ramalazos del No more Heroes de The Stranglers, eso si, con las distancias del sonido característico de cada banda, Last Patrol nos llega en una entrega que confirma el buen estado de esta banda americana. Independientemente de ese anecdótico parecido inicial, este tema me reconcilia con aquellos Monster Magnet de pasado psicodélico en el que abrevaron en las fuentes de unos Hawkwind o de unos Captain Beyond; pasajes largos de guitarreos hipnotizantes con la voz de Dave en plena facultades pero en la que un reconvertido – o pervertido – “All Outta Nothing” de su anterior álbum Mastermind (2010) se trastoca en Last Patrol, dando absoluto protagonismo a las cuerdas y a la batería. Espectacular tema, con el que la pantalla de atrás del escenario, mostraba una especie de espirales en movimiento que nos arrastraba a todos hacia su interior, cual viaje lisérgico.

Un tercer tema que ya me esperaba: La versión del Three Kingfishers del cantautor irlandés Donovan, canción que nos suena a muchos ya que fue un memorable hit hippy allá en los 70. Pasaje lento y evocador con un cierto regusto oriental por la presencia de un sonido de sitar, que yo diría que allí se hizo con un pedal de la guitarra (o sea, que no había sitar por ningún sitio). Eso si, vimos cambios de guitarra tanto por parte de Garrett Sweeny, muy enfrascado en su burbuja sonora, como de Phil Caivano, tipo templado tanto con las acústicas como con las eléctricas.

A partir de este momento el personal ya estábamos en pleno viaje. Era proverbial ver cómo aquellas cabezas se batían sincrónicamente de alante atrás sin la exasperación de los metaleros, a penas un balanceo al ritmo de la embriagadora y sensual Paradise. Con Hallelujah pasamos a un ritmo que liga lo sureño con algo así como un gospel hardrockero, ruidoso, casi revoltoso…y no digamos la trepidante Mindless Ones, para mi uno de los cortes más destacados de este disco del que brota una sustancia añeja que complace a esta rockera cada vez más nostálgica de aquellos prolongados riffs, algo sucios, llenos de fuzz, densos, pero incitadores como bocas seductoras que se abren para zamparte cual agujero negro. Hablando de bocas seductoras, Windorf no es en absoluto un hombre con un físico atractivo, con esos dientes que destacan blancos sobre una piel cetrina y sudorosa; su bigote a lo mariachi y un cuerpo ciertamente ensanchado, pero qué caray, el tipo ya tiene 56 años y ha pasado por momentos bajos y clínicas de desintoxicación. A pesar de que en él todo está redondeado, su voz se mantiene en forma. Posee esa cualidad que la hace diferenciarse de todas, con su timbre único y reconocible. Siempre con su guitarra cubriendo el expediente, Monster Magnet es él y el resto. Un frontman seguro de si, testosterónico en los gestos, sin filigranas distractoras, correcto con la audiencia, nada figura…¡Me ha cautivado!

Con tres temas más con los que MM daba carpetazo al disco completo, The Duke of Supernature, End of Time y Stay Tuned, me quedaba la impresión de que el concierto se haría más corto que un suspiro. Y eso que estos tres cortes están por encima de los cinco minutos de duración. Yo estaba muerta de sed pero no me quería mover del sitio y además me negaba a aflojar otros cinco euros en un refresco. Movía mi cabeza como una stoner más mientras protegía el objetivo de mi cámara con la mano. Hay música que no piensas, ni analizas…End of time es una especie de bestia (¿la de la portada del disco?) endiabladamente poderosa que te fagocita sin contemplaciones. En ese punto me di cuenta que hice bien en estar allí pese a los contratiempos de ser entre-semana.

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Tras un descanso y aspirar las emanaciones del algún despistado que se encendía allí mismo un peta, Dave y los suyos regresaron para brindarnos cuatro temas finales, sorprendentemente ninguno de su primer trabajo de estudio, el Spinal of God, convertido en objeto de culto para algunos de sus más conspicuos fans. Se decantaron por los tres álbumes siguientes para tocarnos la Tween Earth (del Superjudge del 93), Look for your Orb for the Warning y Dopes to Infinity ( del Dopes to Infinity del 95) para acabara con…..NO, NO, NO la POWERTRIP no sonó pero si lo hizo Space Lord, casi más válida que el hit de su etapa consagrada a aquella fase más hardrockera donde se convirtieron en una banda que sonaba en comerciales y series de televisión. Allí todos coreamos aquello de…”uoooohhhhh Space Lord, motherfucker!!!”

El bolo terminó y yo me fui rauda a pillar el disco al merchadising que lamentablemente no estaba. Allí me informó el encargado que los cincuenta vinilos que les habían entregado los del sello para su venta habían volado en los conciertos anteriores y ya no quedaban más. Así que me contenté con una camiseta con el logo. Resumiendo: me fui feliz. Por fín había podido disfrutar de un directo de Monster Magnet y encima con su reconciliador y acertado trabajo, Last Patrol.

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Como reiteración de lo dicho al principio recojo aquí el recorte que escribí días atrás en mi Facebook, cerrando así el círculo de este poderoso, fugaz , y memorable viaje a Barcelona.

Cuanto más escucho el Last Patrol (todo el álbum) de MONSTER MAGNET, más me reafirmo en catalogarlo como uno de los más sorprendentes trabajos aparecidos en el 2013. No debemos detenernos en el exitoso y hardrockero Powertrip del 98 para hacernos una idea de lo que esta banda americana es capaz de hacer y ofrecer. Sus tiempos de stoner rock se fusionan con el espíritu primigenio de la psicodelia espacial y nos brindan un esférico conceptual lleno de matices sonoros que, si vas ahondando, poco a poco, te das cuenta de que a Dave Wyndorf se le ha subestimado y acaso despreciado injustamente. Wyndorf ha sido capaz de autocitarse (Last Patrol, el tema, es una subversión de su propio All Outta Nothing de su Mastermind) o de evocarnos al cantautor folk Donovan con una versión pesada en los riffs del lánguido Three Kingfishers. Ya os digo…no dejo de viajar con este discazo lleno de ácido, letras extrañas y metafóricas y potente sonido instrumental. Aunque Monster Magnet tocan un miércoles en Barcelona voy a hacer ímprovos esfuerzos por presentarme esa noche en la sala Bikini…”