MICHAEL MONROE + Star Mafia Boy
Sala la casa del loco (Zaragoza), 10 Mayo 2014
Crónicas: Jose Ángel Tejero – Toño Martínez
Fotos: Alba Martínez – Luis M Catediano
Si un grupo viene desde Madrid a telonear a un grande, alguien ha tenido que ver algo en ellos, aunque el público en general no les conozca mucho. Star Mafia Boy es el proyecto de Mafia Boy (nickname de Paco Rodríguez) en el que se hace acompañar a la base rítmica por el “animal” J.Biscuit y el bajista Sebass. Y sí que puede verse algo en ellos, por supuesto que sí. Ahí atrás tienen a J. Biscuit, un maquinista de tren que no para de echar fuego al motor como un poseso, mientras Sebass que, por momentos, parece transportado a otra dimensión, marca pautas sin deslices y con posturas más que personales, que no pasan inadvertidas. Ambos preparan la mesa para que Paco cocine un guiso ecléctico, en el que aprecias referencias variadas, de rock español y foráneo, bien evocadas por las 6 cuerdas de la Les Paul y la voz rockera de Mafia Boy.
Lo que vimos, cuando puntualmente comenzaron su bolo, fue todo eso aderezado con una actitud y un entusiasmo impresionantes. La banda, que está moviendo su Kamikaze Diablo, cumplió perfectamente con su función de calentar al respetable con sus temas, llenos de riffs, melodías y estribillos directos, sin pretensiones filosóficas, pero que divierten. Rock angelino que sale airoso de dedicarse a este estilo y hacerlo en español. Con cinco trabajos a sus espaldas y su directo, bien merecerían algo más de reconocimiento popular. Pero son tiempos difíciles para el rock en este país. Por eso, iniciarán un minitour con New Generation Superstars, visitando Londres y Leicester en julio y haciendo dos fechas más en España en septiembre.
Quisieron ofrecernos, además de sus temas, el 20th Century Boy de T. Rex, con Charly de los Chaqueteros como invitado a la voz, y también superaron la prueba. Mafia Boy bajo del escenario, se arrodillo, saltó y nos calentó perfectamente para que Michael Monroe rematase la faena.
Toño Martínez Mendizábal
Abran paso a una leyenda del Rock y no osen intentar pararlo porque el vendaval Michael Monroe arrasó ayer en la Casa del loco y demostró por qué a los 52 años sigue trinufando y siendo una estrella. Y que dure, porque ayer nos hizo disfrutar como animalicos de una genial noche de ROCK.
Michael Monroe venía a presentar su último disco Horns & Hallos editado en 2013 y tocó, como no podía ser menos muchas de las canciones de su carrera en solitario y nos obsequió, como también todo el mundo deseaba con algunas canciones de su época de Hanoi Rocks y de Demolition 23. Y parafraseando a César, Don Julio, Llegó, vio y venció.
Parece mentira esa entrega, esa profesionalidad, esa manera de conectar con un público que gozó de una verdadera fiesta de Punk Rock y que se lo pasó de vicio con el espectáculo. Pero es que además de regalarnos temazos como el Nothing’s Alright (subiéndose a la barra del bar y provocando un movimiento del personal hacia ella que solo podría explicarse con el reparto de cerveza gratis) o el Hamersmith Palais en el bis donde se inventó una espectacular versión del Rock N’ Roll Damnation de los AC/DC tocando la batería que a más de uno nos puso la piel de gallina…
Y es que es otro nivel, una de esas joyas de una época no sé si mejor pero anterior en la que de verdad había estrellas del Rock que se esforzaban en conectar y en ofrecer a su público un espectáculo. En la que las estrellas sabían que viven para sus fans y no al revés. Y Michael Monroe consiguió la simbiosis, esa fiesta en la que disfrutan ambas partes, porque un conciertaco de hora y media con semejante espectáculo solo puede ser fruto de que parte del disfrute que él supo trasmitirnos, pudimos devolvérselo…
Como anécdota que también da muestras de la grandeza de este hombre, basta decir que molestó en informarse de que a los zaragozanos nos llaman maños y que así se dirigió a nosotros a lo largo de todo el concierto. Y eso solo prueba lo que hemos dicho. Una estrella no es un divo, sino aquel que puede hacerte feliz durante 90 minutos. Y Michael Monroe, lo es.
Jose Ángel Tejero Giner
Bienvenido José Àngel. Muy buena crónica