Segunda parte y última de nuestra crónica sobre la novena edición del festival ubicado en Villena (Alicante). En ella hacemos repaso a algunas bandas que a nuestros colaboradores les han parecido interesantes detallar. Además de una suculenta galería de fotos a cargo de Merferri. Espero sea de vuestro agrado y lo disfrutéis. Nos vemos en la décima!
ESCLAVITUD
Texto y foto: Mayca Cruz
Sí el viernes hice el esfuerzo de presentarme a tempranas horas fue para ver la actuación de ESCLAVITUD que arrancaba a las 16.30 con puntualidad. Y es que ser una banda de metal procedente de las islas Canarias, de Tenerife concretamente, y aparecer en el festival Leyendas, tiene mérito añadido. A mis paisanos les cuesta dios y madre abrirse camino entre tanto kilométrico y marítimo oleaje y arribar a las costas peninsulares con un disco de factura impecable, con unos temas potentes e intensos que, de escucharse más por estas tierras, no les condenarían al paraíso (y es que el disco se llama así “Condenados al Paraíso” grabado y producido por Andi Deris y masterizado por Charlie Bauerfeind). Ellos son Alexis Guerra (guitarra), Adrián Lugo (voz), Ramón Cebrián (bajo) y Mauro Martín (batería). Un set que les proporcionó una buena carta de presentación ante el público fiel que les vino a escuchar, entre los que se encontraban un buen puñado de chicharreros y canariones. Lágrimas de sal (intensa y melódica), Sin perdón, La última estación o el poderoso single Mi decisión, son buena muestra del gran nivel en términos compositivos y de ejecución en directo del power metal nacional de los canarios.
BURNING KINGDOM
Texto y Foto: Mercedes Fernández
Una de las razones por las que quería ir al Leyendas era para ver a mi adorado Danny Vaughn. Empezaron puntuales a las 15:40, bajo un sol de muerte, con poca afluencia de público, pero entregado (la mayoría se refugiaba bajo el techado de la barra) Un sonido excelente, con un Danny Vaughn que nunca defrauda, haga lo que haga; sonaron con fuerza temas de su disco como That’s my Boogie, Falling Down, Watching as it Burns, We Are a Wall… Deseando encontrármelos en sala para poder disfrutar de ellos
MOONSPELL
Texto: Unai Endemaño – Foto: Mercedes Fernández
No tendríamos demasiado tiempo para detenernos ante los tenderetes, ya que los Moonspell acababan de comenzar sobre el escenario Azucena. Lo hacían entonando el “Axis Mundi” sobre Villena, sonando cortos de volumen pero sobrados de actitud. Pasarían con prontitud a recordar algunos de sus mayores clásicos, en lo que se podría terminar catalogando como: “Setlist a prueba de balas”. Así rescatarían Night Eternal, haciendo mención a la paradoja que suponía interpretarla con semejante solaina alicantina. Pasando acto seguido a rescatar del olvido el Irreligiosus con Opium y lamentando que Anneke no les acompañase mientras sonaba Scorpion Flower.
Utilizarían el portugués para dirigirse hacia la concurrencia, a la vez que reivindicaban su idioma natal con Em Nome de Medo. Retrocederían entonces hasta el Wolfheart sin dudarlo, enfilando la recta final con Vampiria, Ataegina-que provocó una reacción entusiasta- y Alma Mater haciendo tararear a los presentes con vehemencia. Terminaron de buena gana con Full Moon Madness, demostrando una vez más que continúan mereciendo posiciones más apropiadas en el escalafón festivalero. Un poco más cerca de su adorada luna llena, sin duda.
LEPROUS
Texto: Unai Endemaño – Foto: Mercedes Fernández
Con mucho más enjundia en la maleta, llegaban los noruegos Leprous sobre las tablas del escenario Mark Reale. Presentando su flamante tercera obra, al abrigo de las críticas favorables que ha ido cosechando en los últimos tiempos, pero sin conseguir reunir a un público demasiado extenso, todo sea dicho. Einar Solberg en cualquier caso, no se mostraría tan intenso como en anteriores ocasiones que lo habíamos tenido delante, dando la impresión de que parte de su arrojo, se fue con las rastas que decidió cortarse hace un par de años.
Respecto a lo que escupían los altavoces de todos modos, siguen siendo una banda que defiende admirablemente sus progresiones en directo. Luciendo sobrios, pero eficaces, con sus corbatas abrochadas lo justo como para no perder el maravilloso toque excéntrico, que siempre los ha caracterizado. Brillarían las sombras de The Cloak y de Thorn, alcanzando el climax cuando arremetían con Forced Entry, dejando que The Valley sirviese de epitafio polvoriento. En una sala los volveremos a disfrutar como se merecen.
HELL
Texto: Mayca Cruz – Foto: Mercedes Fernandez
HELL, con su puesta en escena teatralizada (aunque sin sus elementos de decorados eclesiásticos ni pirotecnia) incluyeron solo una lápida RIP a David Halliday, cosa que parece perpetuar la idea de que siguen rindiendo culto a su primer y fallecido cantante. Vestidos y maquillados con exquisito gusto por lo oscuro y gótico, sufrías solo de pensar el calor que debían pasar bajo sus guardapolvos de brocado negro. David Bower, el cantante, salió después coronado de espinas, paint-corps de sangre sintética en su torso desnudo, un cilio para flagelarse y, más tarde, con un hábito encapuchado. Nos hizo a todos clavar nuestros ojos en sus interpretadas declamaciones y temas. Un excelente frontman con lentillas rojas cuya mirada te convencía de que era un enviado del mismísimo infierno, encargado de revelarnos algunas historias del inframundo. Unas milimétricas y ensayadísimas sincronizaciones en los movimientos de los dos guitarristas, Kev Bower y Andy Sneap, y del bajista, Speaksman, sumaron atención visual a su propuesta. La hora de la actuación, en pleno día restó, eso sí, algo de espectacularidad a su ya de por sí minimalista performance (para lo que podría haber sido en un contexto exclusivo).
STRYPER
Texto: Alba Dawn – Foto: Mercedes Fernández
Uno de los platos fuertes del festival y, sin duda, de la jornada del viernes eran los cristianos Stryper, motivo por el cual más de uno tomamos la decisión final de acercarnos hasta el Leyendas. Pese al calor y al sol colándose fuerte por algunas de las rendijas del telón de fondo del escenario, éramos multitud los que aguardábamos la salida del grupo en el escenario Azucena, mientras que en el Jesús de la Rosa terminaban su actuación los Hell (hecho a posta o no, la verdad que era gracioso ver a dos grupos tan dispares seguidos en el orden de actuación). La banda de Michael Sweet no se hizo esperar y comenzaron puntuales, con problemas de sonido al inicio, que se fueron solventando a medida que avanzaba el concierto. Buena actitud de grupo, con un Michael Sweet intercambiando palabras con el público en numerosas ocasiones, presentando los temas y pidiendo la colaboración haciendo los coros en alguna que otra canción, con buena respuesta de la gente, que se veía bastante entregada. El setlist, en mi opinión, no fue lo esperado en un concierto de una hora y en una banda que tiene suficientes discos de estudio de calidad y más aún cuando hace escasos meses que han publicado un nuevo trabajo que ha recibido muy buenas críticas: 3 versiones en un concierto de una hora no me parece aceptable. Sabor agridulce, empañado por el mal sonido del inicio y por el abuso de versiones.
ANNIHILATOR
Texto: Unai Endemaño – Foto: Mercedes Fernández
Este, por fortuna, no sería el caso con Annihilator, quienes facturarían una concisa actuación perfectamente equilibrada, acertadamente escogida y espectacularmente interpretada. Los de Jeff Waters alternarían clásicos absolutos como King of the Kill, con cortes de factura reciente como No Way Out. La balanza en cualquier caso se inclinaría hacía el apartado puramente thrásico, enfatizando el Set the World on Fire con tres cortes y no pasando por alto la oportunidad de alzar su icónico Alison Hell, contra los cielos alicantinos. Terminarían sin mácula, enarbolando un par de pepinazos como Road to Ruin y Human Insecticide, para volver a constatar una vez más, lo bien que se les dan los festivales.
ARCH ENEMY
Texto: Unai Endemaño – Foto: Mercedes Fernández
Continuaríamos el sarao con los renovados Arch Enemy, comandados como de costumbre por Michael Amott, pero con las valiosas incorporaciones de Alissa White-Gluz y Nick Cordle acaparando las miradas. Recaerían casi todas sobre la excantante de The Agonist en cualquier caso, ya que las comparaciones con su sucesora, han sido uno de los temas candentes del presente año. Saldría bien parada adelantamos, absolutamente preparada para afrontar el reto que supone pasar la página de Angela. No imagino a ningún fan pudiéndole achacar algo, una vez hubo terminado de cantar el Nemesis, que pondría punto y final a la comparecencia.
Antes de que ese momento llegase, pudimos disfrutar con más de una hora de Death melódico sueco niquelado, calculado al detalle para que impactase golpe a golpe y sin un segundo destinado a coger aire. Prácticamente todos los himnos del conjunto serían entonados en el proceso, introduciendo los propios del nuevo disco, que en breve alcanzaran consideraciones de clásico. Aparte de los tres cortes que han sido publicitados del War Eternal, interpretarían la conocida alineación ganadora, que ya venían luciendo mientras presentaban el Khaos Legions. Impepinable repertorio, para el que puede que fuese el conci del festival, si tendríamos que elegir uno tan solo.
WASP
Texto: Unai Endemaño – Foto: Mercedes Fernández
Los cabezas de cartel W.A.S.P. serían los siguientes en desfilar. Lo harían mostrando un show menor para los que les conocemos de largo, injustificadamente aburrido y carente de mordiente con la que cautivar. Serían interpretados casi todos los indispensables cortes que uno pueda imaginarse: I Wanna Be Somebody, Wild Child o Blind in Texas que sirvió para decir adiós, juntos a los necesarios recuerdos al ídolo carmesí. Lo peor sin duda, sería el horrible sonido con que gozaron los yankees, absolutamente farragoso y deslavazado, impropio de una institución de tanto nombre.
Mención aparte debería hacerse sobre Blackie y su estado de forma deplorable. Poco recuerda ya este hombre al que se comía el escenario hace quince años, cuando en directo se follaba monjas crucificadas y resultaba verdaderamente amenazante. La mordiente se le fue con los años, dejándole solo con unas canciones que, sin garra, no llegan a ser lo que fueron. Mucho me temo que o bien hace algo para ponerse las pilas, o no será capaz de salirse de la caricatura que el mismo se ha montado sobre su persona. Triste.
MICHAEL SCHENKER GROUP
Texto: Mayca Cruz – Foto: Unai Endemaño
La banda de MICHAEL SCHENKER – TEMPLE OF ROCK, estuvieron impresionantes. Esto sucedió en viernes, justo tras la actuación de WASP y creedme que me quedo con los primeros. Así que, como los volveremos a tener por España en noviembre, no descarto darme un salto a Zaragoza por donde pasarán con su Bridge the Gap Tour. El cantante, Doogie White, hombre mercenario con unos registros buenísimos que igual te canta el Doctor, Doctor de los UFO (y de Schenker, claro) que un Rock you like a Hurracane de Scorpions (y de Schenker, claro) impecablemente bien. Un inicio y un fin, entre los que despuntaron temazos como Lovedrive, Another Piece of Meat o Armed and Ready, entre otros muchos.
BEHEMOTH
Texto: Unai Endemaño – Foto: Mercedes Fernández
En otra liga, a un millón de años luz más o menos, jugarían los siguientes participantes de la noche, los populares Behemoth de Nergal. Oficiarían encapuchados, tal y como llevan haciendo desde que su líder doblegase al cáncer, envueltos por un halo de misterio que inundaría Villena durante una hora larga. Hoy en día se encuentran en el punto álgido de su carrera, mostrándose como embajadores del Metal extremo allá por donde pisan, habiendo editado uno de los trabajos más celebrados del año y habiendo conseguido trascender por encima de las propias limitaciones estilísticas.
Darían un espectáculo similar al que pudimos verles en el pasado Hellfest, aunque con la iconografía un pelín recortada. El repertorio sería más o menos el mismo y el sonido no llegaría a la perfección que allí se alcanzó. Sería una versión liviana de aquella magna ceremonia, con pelotazos como “OV Fire and the Void” o “At the Left Hand ov God”, haciendo que doblásemos rodilla. Demostraron una vez más que son una de las bandas del momento y una de las que están destinadas a reinar sobre los sonidos extremos.
H.E.A.T
Texto: Alba Dawn – Foto: Mercedes Fernández
Sin duda los triunfadores del festival, al menos dentro del sector más hardrockero. Al igual que Stryper, H.E.A.T. actuaban a una hora de la tarde en la que aún el calor era importante y el sol pegaba con fuerza. Aun así, desde un buen rato antes, éramos numerosas las personas que aguardábamos a su salida, con Eluveitie de fondo en el otro escenario, e intentando soportar el “heat” de Villena y coger fuerzas para el “calor” sueco que se aproximaba. Como siempre, su salida al escenario cargada de energia, Erik es un auténtico torbellino, que desde el minuto 1 consigue poner a la gente en pie, saltando al foso, dando la mano a las primeras filas y subiéndose a las vallas, diciendo frases en español e incluso cambiando de escenario, para cantar un par de estrofas desde el vecino Jesús de la Rosa. Buen sonido desde el inicio, uno de los pocos grupos que tuvieron la suerte de no sufrir problemas técnicos y la gente entregadísima, coreando cada uno de los temas desde el comienzo. Setlist basado en su nuevo trabajo, Tearing down the Walls, que demuestra que son la verdadera esperanza del hard-rock actual y que estos chicos tienen cuerda para rato, además de tablas en el escenario ya que, pese a su juventud, se desenvuelven como si de músicos que llevasen 20 años en la escena se tratase. Únicamente un tema de cada uno de sus dos primeros trabajos, y el último disco prácticamente íntegro. Una actuación que no dejó indiferente a nadie, pese a durar solo una hora, y que consiguió que hasta los metaleros más extremos se acercaran a ver qué hacían estos chicos del barrio de los Europe. Como anécdota, una vez terminada su actuación y antes de irse a la carpa de firmas, pudimos ver a Eric Rivers, a Crash y a Jona Tee entre el público, disfrutando del concierto de Hammerfall, coreando sus temas como unos fans más y atendiendo en todo momento a la gente que nos acercamos a ellos a sacarnos alguna foto.
HEAVEN SHALL BURN
Texto: Unai Endemaño – Foto: Mercedes Fernández
Nuevo cambio de tercio para recibir sobre Villena, a uno de los principales motivos que hicieron que yo eligiese dejarme caer por Alicante. Era el turno del aplastante death melódico de Heaven Shall Burn, una de las formaciones que mejor han sabido gestionar la herencia de figuras como In Flames o Dark Tranquility. Su paso por el Leyendas sería efectivo y sin mácula, absolutamente magistral a pesar de contar con la sensación constante, de que estaban jugando fuera de casa.
Esgrimirían desde el principio su vertiginoso Counterweight, presentando con presteza su último Veto ante el numeroso público que allí nos encontrábamos. Recordarían el brutal Combat de hace unos años y dejarían para los postres la colosal Endzeit, jugando a que se iban justo antes de rematar con su archiconocida versión del Black Tears. Antes habrían tenido tiempo de apuntarse el mayor circle pit que registraría Villena a lo largo de todo el fin de semana.
HAMMERFALL
Texto: Unai endemaño – Foto: Mercedes Fernández
La muesca siguiente iban a marcarla Hammerfall, quienes devolverían al Heavy clásico el púlpito que un momento antes, habían estado usando a su antojo los incendiarios alemanes. Los de Joacin Cans de este modo, arremeterían contenidamente con Blood Bound, fieles a su elemental manera de hacer las cosas. Mucho postureo metálico tendrían reservado para nosotros los creadores del Glory to the Brave, demasiado para los que les hemos visto en más de diez ocasiones.
Recalcarían que cumplían aniversario de su primer largo, por lo que interpretaron The Dragon Lies Bleeding, Steel Meets Steel, Hammerfall y Glory to the Brave, otorgando importancia al disco que les permitió despuntar hace más de una década. Completarían comparecencia con un corte de su nuevo Bushido, y cuatro clásicos impepinables y celebrados. Siguen siendo una opción satisfactoria, cuando de actuar en festivales a media tarde se trata.
BATTLE BEAST
Texto: Unai Endemaño – Foto: Mercedes Fernández
Mucho más ilusionantes se nos presentaban Battle Beast, posiblemente la banda que más corazones conquistó a su paso por Villena. Demostrando que el Heavy tradicional no tiene porque sonar trasnochado, cuando se toca con actitud y entereza, de un plumazo consiguieron dejar a casi todo el que había pisado el pequeño escenario Mark Reale, en una inevitable puesto honorifico.
Presentarían su último disco con Nora Louhimo al frente, una mujer que parecía andar presentando su candidatura para suceder a Doro como reina del metal. Absolutamente demencial era la forma en la que la rubia cantante se hacía con los temas, se desgañitaba con coraje y llegaba hasta cada tono que se proponía. Detrás de ella una banda de solidez espartana, se erguía frente a los ávidos espectadores, otorgando dureza al momento y brillando cada vez que les tocaba sumarse a los coros, que poblaban el universo de la bestia de batalla. Épico de cojones, se podría llegar a resumir con presteza.
VOLBEAT
Texto: Mayca Cruz – Foto: Mercedes Fernández
Tal vez muchos se extrañen de que una de las bandas más celebradas de este festival apenas ha recibido una mención por mi parte, salvo la que hacía alusión a su posición como cabeza de cartel de la noche del sábado. Me refiero, obviamente, a VOLBEAT. Una banda que pude ver en Hellfest 2013 y que me dejó más que indiferente pese a comprobar, también allí, que produjo uno de los algidus momentum. Y de eso va mi apreciación: por la disparidad de opiniones que desata esta banda, tanto en contra como a favor. Hay quien piensa que su acierto está en la fusión de estilos (Rockabilly, metal y hard rock) que dota a los daneses de una idiosincrasia meritoria y original. Pues yo pienso que son una moda pasajera, un ensayo comercial que ha caído en gracia a las nuevas generaciones. Y eso es todo. No me dicen nada salvo que se dejan ver gracias a su buen hacer como músicos y a una favorecedora simpatía de Michael Poulsen, su cantante, con su reconocible timbre de voz. Tal vez tenga que escucharlo mucho más para cambiar de parecer. Cierto es que se pegaron uno de los momentos finales más entrañables y simpáticos del festival, subiendo a los niños al escenario, entre los que se encontraban Little Rock Star, una estrella del rock en ciernes de tan solo 10 años. Pero salvo eso, en mi modesta y tal vez equivocada opinión, Volbeat no convencen en un espacio destinado al heavy metal pero sí a un sector más afín al rock de factura más streaming. No obstante, ya que soy consciente de los muchos seguidores que estos tienen os dejo con parte de su set: Doc Holliday, Hallelujah Goat Boa[JDM], Lola Montez, Sad Man’s Tongue, Heaven nor Hell , A Warrior’s Call, I Only Wanna Be With You, 16 Dollars, Dead but Rising, Fallen, The Nameless One, Radio Girl, Pearl Hart..etc…hubo algunos bises entre los que destacó el último, The Mirror and The Ripper.
UNISONIC
Texto: Mayca Cruz – Foto: Mercedes Fernández
El sábado (ya en la madrugada del domingo) actuaban los UNISONIC, banda de difícil ubicación geográfica: dos alemanes (Kai Hansen y Michael Kiske), un americano (Dennis Ward) y un suizo (Kosta Zafiriou). Escuchar a Michael Kiske, una de las voces más intensas y perfectas del heavy metal, el tema que da nombre a la banda, con distorsiones y volumen nulo en su micro, fue la mar de inquietante. Pero las tablas del alemán son muchas ¿Acaso se arredró? No, el público le gritaba “No se oye, no se oye” una y otra vez así que, ni corto ni perezoso, se dirigió de viva voz a los de la torre de control. Never too Late comenzó y como el espectáculo tenía que seguir, Kiske continuó cantando mientras Dennis Ward, el bajista y hombre bregado en el negocio, se iba a los controles de escenario y le ponía caras al técnico. Con For The Kingdom Kai Hansen se divertía de lo lindo. Los problemas continuaron y Kiske se lanzó al foso, despareciendo y volviendo a salir por detrás del telón. La cosa terminó resolviéndose pero quedará como la anécdota más desconcertante del festival. Estas cosas pasan y se disculpan porque es humano errar pero, si pasan demasiado a menudo, hay que tomar serias medidas porque Leyendas del Rock debe seguir creciendo en calidad. Unisonic se marcó un repertorio impresionante con Star Rider, My Sanctuary, King for a Day, Throne of the Down y We Rise, entre otras, sonando ya de modo espectacular.
Con la felicidad de haber escuchado al final del set el I want out por primera vez en directo en boca de Kiske (sí, lo confieso, nunca llegué a ver a los Helloween en los tiempos gloriosos de los Keepers porque entonces residía en Canarias y allí no nos visitaron nunca) me fui gozosa y sucumbí al deseo de abrazar a más de uno.
BANZAI
Texto y foto: Unai Endemaño
Antes de regresar al páramo que nos aguardaba, tendríamos tiempo de presenciar un buen rato de la actuación que Banzai estaban montando en el segundo escenario principal. Sonaban bien y lucían mucho más robustos que los Panzer el día anterior. La iluminación sin embargo, seguiría siendo exigua y raquítica, teniendo que afinar para distinguir a los músicos. Sonaron antes de que partiésemos Crimen sin castigo, Traición y Coche rápido en la noche, escuchando de fondo mientras llegábamos a la tienda, otros tantos clasicazos de la época dorada del Heavy español.
GALERIA DEL FESTIVAL
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Una crónica muy completa compañer@s