KING KOBRA - Gira española 2016 (Crónica)

KING KOBRA
+ Tequila Sunrise + Sunsët
Sala Penélope, Madrid, 7 junio 2016
+ Tabü
Sala Razzmatazz 3, Barcelona, 8 junio 2016

Los que no tuvimos la oportunidad de presenciar el mordisco de la Kobra hace treinta años en la Canciller madrileña esperábamos ansiosos estos dos conciertos en España de la banda del legendario Carmine Appice, que se hizo famosa a mediados de los 80. En aquella fecha ya no estaba Mark Free (Marcie en la actualidad) ni Johnny Rod, que se enroló en WASP. En esta ocasión tendríamos a la formación de sus últimos trabajos con Shortino, la vuelta de Rod pero con la ausencia a última hora de Mick Sweda, inmerso en su proyecto en solitario, del que ya disponemos un tema en itunes, y siendo sustituido
por un jovencísimo y desconocido Jordan Ziff.

Hace unos meses fue curioso ver que una formación que no ha tocado más que un concierto hace cuatro años fuera convocada para el prestigioso cartel del Sweden Rock Festival 2016. Nuestro amigos de Kivents hicieron un gran esfuerzo y trabajo por que volviera a nuestro país y junto con la fecha escandinava anteriormente citada serian los únicos shows en Europa más una actuación unos días antes en Las Vegas a modo más bien de ensayo.

Pero vamos primero con la fecha de Madrid en la sala Penélope, donde abrirían dos bandas madrileñas. En primer lugar saltaron al escenario los chicos de SUNSËT, que ya se habían presentado en sociedad
teloneando a los suecos Osukaru y que recientemente han fichado por la escudería danesa Lions Pride Music. Estuvieron en el escenario unos 40 min donde descargaron temas de su EP como Keep on the fight, Cougar Eyes (que me recordó bastante a una banda que nos gusta mucho, Heavens Edge), Break out….hard rock americano de los 90. Tampoco faltaron versiones de Bon Jovi (You give love a bad name) o Whitesnake (Here I go again). Dejaron buen sabor de boca a los pocos asistentes que en aquel momento había. Faltan pulir cosas en este joven quinteto madrileño pero es grato ver que sigue habiendo cantera y gente como Kivents que da oportunidades.

Tras unos 15 min de cambio saldrían a la palestra otros locales ya más experimentados y que hemos tenido el placer de ver por tierras mañas. Tequila Sunrise, este nuevo proyecto del guitarrista de Ankhara, Cecilio Sánchez Robles junto al ex Steel Horse Jorge Cortés, y la base rítmica contundente y muy técnica de Ramón Blein, Jesús Acosta y Rubén Santos.

Nada que ver con el sonido Ankhara, aquí Cecilio deja ver sus raíces más hard rockerianas rozando el glam como el caso de Nasty Habits, canción que da nombre a su ep con unos coros resultones. Acompañarían al set list los otros tres temas del Ep con la virtuosa There are no heroes, con ese toque a lo Mr. Big, Face the truth y Too late. Dentro del repertorio incluyeron temas nuevos o que no aparecen en el ep y que podremos volver a escuchar muy pronto, ya que están grabando ahora mismo su primer larga duración. Una banda muy a tener en cuenta, con calidad demostrada tanto en estudio como en directo. No los dejéis de ver si tenéis oportunidad!

Y por fin,tras media hora de espera, salieron las estrellas de la noche con la legendaria intro del primer trabajo de los americanos, Ready to strike, que daba paso a la consecuente canción del mismo nombre y
con la euforia de la ya repleta, que no llena, sala Penélope. Muchos artistas para ver esta histórica actuación, con Javier Vargas, Luis Mayol o Carlos Pina entre los presentes.

Ya de primeras pudimos observar que los temas clásicos de la era Mark Free no iban a ser tan deliciosos como cabía esperar en la voz de Shortino, el cual sigue manteniendo su estética de rock star a diferencia del resto del grupo y que no lo vi tan bien de voz como cuando visitó la López zaragozana con la Vargas Blues Band, incluso decepcionó bastante a muchos asistentes verle cantar con chuleta las letras y de espaldas a los presentes los cinco temas que cayeron de los dos primeros álbumes. Tras un error de la mesa en repetir la intro, David Henzerling (David Michael Phillips) daba serenidad con un acompañamiento de guitarra hasta que la pudieron parar. Shortino se dirigió a los presentes contándonos que llevaba una camiseta de una organización de adopción de animales y que su esposa, Carmen había adoptado dos perros de nuestro país.

Como era de esperar, enseguida llegarían los temas que son cantados por Paul en la etapa ya actual de la banda con dos discos en su haber. Tear down walls, Knock em dead sonaban fuertes y contundentes,
nada que ver con la ejecución desafortunada de los clásicos al que regresamos con Shadow Rider. Seguíamos en las misma actitud vocal que en el empiece del concierto. Continuarían temas más actuales Living forever y Ballad of Johnny Rod que daba paso a un mini solo de bajo más un trozo cantado por el mismo Rod del Wild Child de WASP donde militó unos años y, curiosamente, lo más coreado por la audiencia. El rubio bajista ponía la diversión con su correcalles de un lado a otro del escenario pero cansino en sus gestos provocativos en todo el show. Llegaría el turno para otra gran canción, Hunger, que pasó sin pena ni gloria cuando ya eramos conscientes de que los míticos temas de la Cobra no mejorarían. Appice y Rod ayudaban en los coros.

Un cruce de guitarras entre David y Jordan, con los solos de guitarra del Highway Star de los Purple, daban paso a un trocito del Heaven & Hell de Black Sabbath a capella como homenaje de Shortino a su héroe, Ronnie James Dio. Tras otro tema de la era Shortino en KK, Monsters and heroes, llegó la canción más esperada de la noche y que cumplía la friolera de treinta años, Iron Eagle (Never say die) tristemente mal interpretada por el cantante americano que cantó casi totalmente de espaldas y en la que al final se perdió entre la chuleta. La decepción del público se notaba en el ambiente, pasando de la euforia inicial a una fría audiencia que esperaba más y mejor del material antiguo. El debate está en si, tras seis años y dos discos ya con Shortino, se le obligue a cantar un set list completo de otro cantante, aunque tiempo ha tenido para memorizarlas.

Con Running Wild llegaría la experiencia del mágico Appice, con esa gran pegada y actitud que le caracteriza y que tras su solo completaría con su interactuación con el público, como hacia ya en sus tiempos con Ozzy Osbourne. Parece que no han pasado los años por él, musical y estéticamente.

Acabarían antes de los bises con Turn up the good times, uno de sus temas estrella en la etapa Shortino y otra entrega clásica del 85, Raise your hands to rock, con el complemento de un duelo baquetero en dos
cajas de batería por David y Johnny, Se despedirían entre aplausos con dos bises de temas de sus últimas entregas, Midnight Woman y Have a good time, en una noche divertida a fin de cuentas, llena de nostalgia y con sabor agridulce para muchos. Los temas de los últimos trabajos suenan bien, potentes y cañeros. Poca movilidad en el escenario a excepción de Rod, que a toda costa quiere ser el alma de la fiesta.

Al día siguiente partiríamos hacia la Razzmatazz 3 Barcelonesa para ver el segundo round de la Cobra y una apretada y rápida entrevista que nuestra compañera Yadira les hizo diez minutos antes de su puesta en escena. Por un contratiempo llegamos a mitad del concierto de los catalanes Tabü, que nos gustaron mucho en lo poco que pudimos disfrutar ya que los temas de su repertorio suenan más duros que en lo
plasmado en estudio. La gran adaptación y ejecución de las letras en castellano a un estilo que es más americano por parte de David García y la buena química entre Jordi Gorchs (guitarra), Alfred Morón (bajo) y José Ángel Sánchez (batería) invita a querer verlos de nuevo, y además comprobamos in situ que tienen una fiel audiencia adolescente que no vemos en otras bandas del mismo tipo. Están llamados a ser los Sangre Azul de este siglo.

Y volvemos con el reptil americano, en una sala más pequeña y de escenario más reducido pero casi llena y con un publico más entregado que el día anterior. Ligeramente la actuación mejoró a la de Madrid con unos músicos más animados y donde Shortino no necesitó de ninguna chuleta para cantar los temas elegidos de los dos primeros discos de la banda, aun así están a años luz de las originales. Rod siguió siendo el más activo de esquina a esquina. Desgraciadamente recortaron su actuación diez minutos, dejando algunos detalles fuera como el duelo de baquetas, la participación del publico en el solo de Carmine o algunos temas con respecto al show en Madrid.