IMPERIAL JADE
Sala King Kong, Zaragoza, 20 enero 2017
Texto y fotos: Luis Mª Catediano
La idea era ir a asistir al concierto de los barceloneses Imperial Jade y presenciar la manera en la que defienden su disco “Please Welcome Imperial Jade”, aunque el constante frío de los últimos días también animaba a quedarse calentito en casa. Ante esa disyuntiva, la mejor manera de decantarse por la más divertida era saltar del sofá y dejar para los telediarios la impresionante noticia de que hace mucho frío en enero. En fin, que con un poco de ganas también se puede ir a escuchar y ver música en vivo.
La sala King Kong era el lugar y es justo decir que el sitio está muy bien. Preparado de manera más que correcta y bien listo para que su escenario pueda acoger cómodamente a cinco músicos. El equipo dando un buen sonido y por lo escuchado bien controlado por el técnico que esta noche estuvo a los mandos. Además de lo que propiamente se refiere a lo musical, y también muy importante, la sala dispone de una barra larga que se adapta ergonómicamente a la anatomía de los más exigentes consumidores de rock.
Con un poco de retraso sobre el horario previsto, subieron los chicos de Imperial Jade al escenario para comenzar con el tema “Mr. Rock N’ Roll” que sonó rápido y muy en la línea de los suecos Bonafide o de los australianos Airbourne. Con muy buena actitud y ganas de gustar al variado público, la banda pasó de seguido a “High on you” para después bajar a un más sosegado ritmo con “A Rollicking Song”. En tan solo diez minutos el grupo había mostrado sus intenciones y lo que iba a ser su concierto. Sus canciones sonaban viejas pero no desfasadas. Tienen ese punto de hard rock de base mezclado con un todavía más pionero rock y además en muchas partes son blues. Vamos que la mezcla es ideal si lo que quieres es escuchar un poco de Hendrix, bastante de Thin Lizzy y mucho de Led Zeppelin.
Los componentes de Imperial Jade son jóvenes por lo que en la época dorada de las bandas nombradas ellos tendrían alrededor de -17 años. Algo que indica que las habrán escuchado por medio de sus padres. Algo que es de agradecer en una sociedad en la que brilla por su ausencia el apoyo y reconocimiento hacia esta música. Bien hecho, padres de Imperial Jade !!! Además de esos pioneros del hard rock, también los barceloneses tienen mucho parecido a grupos más actuales, como ellos, del estilo de Rival Sons o Vintage Trouble.
La forma en la que canta y vive las canciones Arnau Ventura es lo más notorio y evocador hacia lo grandes Zeppelin, pero es que la manera con la que pega Francesc López su batería es creo también muy inspirada por Bonham. Si en el primero son los tonos altos y sus poses, en el batería es el golpe tan rotundo que tiene en el bombo y su caja. Ocupándose de la gran tarea de dominar el bajo estaba un potente Ricard Turró que gozaba como un enano cada canción. Las bandas del grupo están protegidas por dos guitarras muy diferentes pero también muy bien compenetrados. Éstos son Alex Pañero y Hugo Nubiola. El primero con un sonido muy vistoso y con buenos solos, y el segundo más de sujetar al grupo con muchos detalles y riffs de campeón. Los dos se fundieron en bastantes en solos conjuntos que me recordaron sobremanera a los sureños Allman Brothers y también a Thin Lizzy.
Si los primeros temas de la noche fueron rock and roll, lo que Imperial Jade interpretaron después fue más hard blues en los que dejaban muy claro sus influencias por Led Zeppelin y dando una gran importancia a la psicodelia.. Aquí el grupo acertó de pleno aunque no tanto en algunos momentos en los que bajaron demasiado el ritmo del concierto y dejaron al público dormido a la espera de que se retomase el mismo. Entiendo las intenciones del grupo por crear esa atmósfera densa, pero hacerlo en al menos dos momentos de su concierto me pareció demasiado.
Este comentario no cambia la idea que me quedo de Imperial Jade. Acertaron con muchas otras cosas. Sus canciones “Camel Ride”, “Satyr”, la versiones de “Glory Train”, “Red House” y el medley de Led Zeppelin. Lo clavaron con canciones propias como “Highway” y “Fire Burning Sound” que levantaron e hicieron bailar a unos asistentes muy contentos. El final del concierto fue digno de comentar, ya que dejaron para entonces la quizás más conocida canción de Led Zeppelin. Me refiero a “Rock n’ Roll” y su inconfundible entrada de batería y el archiconocido estribillo “lonely, lonely, lonely, lonely, lonely time”.
¿El resumen del concierto? Una buena banda con las ideas muy claras, con buenos temas y que hacen pasar un rato genial. Perfecto para salas donde el contacto con el público es cercano y directo. Tampoco me cabe duda de que Imperial Jade son un grupo para por ejemplo entrar en un festival tipo Azkena en el que encajarían a la perfección.
Luis Maria Catediano