Hubo un tiempo dónde las canciones no necesitaban de una velocidad endiablada, ni de una sobresaturación de sonidos graves, ni de unas voces demasiado rasgadas o demasiado agudas para que sonaran Heavies, duras, y para que nos conquistaran y nos hicieran mover las melenas y dejarnos la voz. En esa época se parieron muchos de los grandes discos clásicos del género. Gracias a Dio, aún quedan grupos con gusto por aquellos sonidos y por aquella manera de entender el Heavy Metal. Y uno de esos grupos son los grandes suecos GRAND MAGUS, que llevan ya más de 20 años deleitando nuestros oídos, primero con un heavy metal más orientado al Doom y al Stoner, y actualmente más centrados en el Heavy metal más clásico, reforzado con una imagen y unas letras muy guerreras. Aunque aún desconocidos para el público más mayoritario, llevan ya 9 discos a sus espaldas y los últimos 5 en mi opinión, de un nivel muy potente.
“Wolf God” es un disco corto (38min), directo y enfocado a lo que quieren, que es regalarnos unos buenos temas de Heavy Metal, ni más, ni menos… Tras una intro llamada “Gold and glory”, que no me dice mucho (la verdad, no entiendo la manía que les ha dado ahora a muchos grupos por meter intros prescindibles), los altavoces retumban con el tema título, “Wolf God”, que es una buena declaración de intenciones. Los tambores y las guitarras nos llevan a la época gloriosa de MANOWAR, con unos ritmos machacones… tan machacones, que pareciera que a RAMMSTEIN le hubiera dado por hacer heavy clásico. Las voces de JB Christofferson aúllan graves, como las del Dios Lobo al que hacen referencia, en un tema en el que incluso se marcan algo de doble-bombo, pero siempre sin pretender que la potencia de los instrumentos sobresalga sobre la melodía de la canción. Buen tema para empezar.
“A Hall clad in gold” empieza con las revoluciones subidas y con un Ludde Wit a las baterías marcando el ritmo de batalla, con un sonido potente y muy bien conseguido. Los riffs también cabalgantes, desembocan en un estribillo épico, que también podría haber firmado nuestro querido Joey di Maio (“There’s a hall clad in gold way up high… a reward for the Warriors who die…”). Un gran solo corona el tema, incidiendo más en la parte épica, que en la velocidad. Perfectamente podría ser la música con la que los Dothrakis se motivaran para atacar a caballo a sus enemigos en Juego de Tronos!
“Brother of the storm” sigue la línea: riff muy potente y marcado, muy sencillo (porque AC/DC tampoco hace riffs tan complejos, no?) y efectivo. El estribillo construido sobre una muy buena melodía, da a luz a nueva bestia nacida de la tormenta (“through the wind and the rain… time to the beast to be born”). Pura épica! Aunque no es de los mejores temas del plástico, mantiene el nivel.
Un sonido de olas llegando a la orilla, nos sumerge en “Dawn of fire”, dónde bajan un poco las revoluciones en un tema que brilla tanto en el puente como en el estribillo, muy melódicos, épicos y muy coreables… Cuando lo oigas, seguro que te acuerdas. Un tema que seguro que en directo funcionará muy bien para coger aire y cantar el estribillo agarrado a tus colegas puño en alto… “Spear thrower” en cambio, me deja a medias, con ganas de más. Es como intentar cocinar un plato con grandes ingredientes (un riff rápido y poderoso, un buen estribillo, un buen inicio de solo), pero dejarlo a medias de cocinar, y es que me parece que le falta un poco de cocinado. Sobre estos ingredientes creo que se podían haber currado un temazo de 5 minutos, que podría haber sido uno de los pepinazos del redondo.
Por el contrario “To live and die in solitude” sí colma más mis expectativas, con un riff marca de la casa que nos va guiando por la vida y muerte en soledad que nos aúlla el Dios Lobo. No sé por qué JB no se explaya más con los solos, porque creo que es capaz de darles mucha intensidad, sin intentar ser demasiado presuntuoso. Otro tema de un muy alto nivel de este llamemos retro-heavy, que ya les gustaría a muchas bandas ser capaces de escribir. “Glory to the brave” empieza suave, con el bajo de Fox Skinner marcando hasta que entran de nuevo las guitarras a tomar el mando. Tema rítmico, orgánico, con un buen solo, de estos que son rápidamente reconocibles y con unas letras (“Glory to the brave, fear and death… honour to the brave, final breath”) que parecen robadas de alguna cara B del “Kings of Metal”.
Terminan por todo lo alto. “He send them all to hell”, es como meter en una batidora a HAMMERFALL con MOTORHEAD (en el estribillo), en un tema que suena a los discos que nos volaban la cabeza hace unos años, pero aún fresco y para nada demasiado anclado en el pasado. De verdad que cerrando los ojos te podrías imaginar a Lemmy saliendo a cantar el tema en algún festi con ellos… Impagable. Y cierran con “Untamed”, dónde suben la velocidad y toda la banda se nos desmelena un poco más (dentro de lo que es su sonido), demostrando las grandes capacidades técnicas que tienen, recordándonos que vienen del norte y convidándonos a escuchar su llamada… Yo desde luego la escucho alta y clara y si te gusta el heavy metal clásico, el de los 70 y 80, no deberías taparte los oídos antes los aullidos de GRAND MAGUS y su magnífico “Wolf God”.
Para mi GRAND MAGUS demuestra estar en un gran momento compositivo, y consiguen reunir en un disco, un montón de buenos temas, repletos de riffs Heavies, estribillos épicos, grandes melodías, aunque sin inventar la rueda, que no es su intención. Temas que entran de maravilla y te alegran el día. A veces parece tan sencillo, que nos olvidamos de los miles de bandas que luchan a diario por encontrar esa inspiración! Si oís aullar a un lobo en la noche, no os asustéis y mirad a ver si viene con chupa de cuero.
Por cierto, no sé si es casualidad o tendencia, pero algunos de los últimos lanzamientos del heavy metal, veo que han tendido algo menos a la “metalización” y algo más hacia el heavy-rock en su sonido, como por ejemplo MANOWAR, con su último single “Blood and Steel”, o ACCEPT con su “Life is a bitch”…
Ahí lo dejo…