Nuestra compañera Mirian Martín se puso en contacto con Jordi Font (director musical y arreglista) de la BARCELONA ROCK STRINGS & ORQUESTA que estará actuando este 2 de abril en el Fórum de la Evolución de Burgos (2º ZURBARÁN ROCK ORQUESTAL). La magia de la música clásica se funde con el mejor Rock y Heavy Metal y así nos lo cuentan…
- ¿Cómo surgió la idea de interpretar temas de rock? ¿La orquesta surgió por esta idea o inicialmente interpretaba otro tipo de repertorio?
Creo que todos o la gran mayoría de los estudiantes de música tienen en algún momento de su vida académica el impulso de buscar versiones de las canciones modernas que les gustan interpretadas con los instrumentos clásicos que se estudian en el Conservatorio. Yo mismo, de adolescente, pasaba mucho tiempo buscando y escuchando estas versiones, pero no acababa de simpatizar estéticamente con ninguna. Me quedé con la espina y a medida que fui creciendo como músico, empecé a tener más herramientas no sola para entender qué música quería escuchar sí no también para crearla. Incluso antes de empezar a estudiar composición ya estaba escribiendo arreglos para pequeños grupos de cámara (como un desastroso cuarteto de cuerda dónde tocaba la viola). Después estuve 3 años en la orquesta amateur del pueblo vecino al mío (Masnou) y escribí muchos arreglos de rock. Fue una etapa estupenda dónde aprendí muchísimo sobre la escritura para cuerda gracias a que ellos se avenían a probar todo tipo de locuras que se me pasaban por la cabeza. Tiempo después, a raíz de la pandemia, surgió la idea de montar el quinteto que después ha servido de núcleo para crear la orquesta alrededor.
- Habéis evolucionado de quinteto a un grupo de cámara más numeroso. ¿Pensáis en ampliar con las secciones de viento y percusión?
Es una cosa que me han propuesto varias veces, más desde que estamos trabajando con la producción de orquesta de este 2 de abril en Burgos. Por el momento no hay planes de hacerlo a corto o medio plazo, pero no lo descarto. Para añadir estas secciones y tener un sonido balanceado también sería necesario ampliar mucho la sección de cuerdas a la vez que volver a plantear los arreglos desde cero. Prefiero priorizar otros proyectos derivados del quinteto y de la orquesta de cuerdas que ya tenemos en marcha y en los que estoy trabajando con mucha ilusión.
- Háblanos del proceso de transformación de estilos. ¿Has comenzado dando prioridad a las voces y solos de guitarra para que fuesen los violines los protagonistas? O ¿Has comenzado analizando los bajos y dando esa base armónica a los cellos y el contrabajo?
¡Este es un tema que me encanta! Para mí, lo más importante es entender el gesto que hay detrás de cada canción de rock e intentar traducirlo a las cuerdas. La traducción no suele ser ni literal ni fácil, y principalmente consiste en buscar los gestos guitarrísticos (por ejemplo, ya que muchas canciones se basan en un potente riff de guitarra) y descubrir de qué manera sonaran mejor en las cuerdas. Por ejemplo, el sencillo y aparentemente inocente arpegio de Stairway To Heaven se convierte en un delicioso y delicado contrapunto de cuerdas sosteniendo las notas, mientras los violines danzan en armónicos muy agudos al estilo de las flautas de pan.
- ¿Te has inspirado en alguna época (barroca, clásica…) para hacer los arreglos de acuerdo a sus estilos compositivos, o has elegido un estilo más libre?
Disfruto mucho estudiando la escritura de los grandes maestros. Schönberg, un excelente compositor que fue muy criticado en su época, siempre decía que había aprendido mucho a escribir estudiando a Mozart, y que estaba muy orgulloso de ello. Yo también estoy muy orgulloso de haber aprendido, y continuar aprendiendo a escribir de los más grandes, sean los más clásicos y desarrolladores del estilo, como Haydn, Mozart y Beethoven, los más antiguos Bach, Vivaldi, Corelli… Pero también y sobre todo de más modernos, como el mismo Schönberg, Berg, Stravinsky, Bartok, Xenakis entre muchos otros. Al final, cada uno acaba encontrando su estilo recogiendo de otros lo que más nos funciona, y aunque tengo mi manera de escribir, siempre estoy intentando buscar otros caminos, plantear los arreglos de manera distinta, encontrar nuevos problemas y aprender a solucionarlos.
- ¿Qué tema ha supuesto mayor complejidad como arreglista transformar para una agrupación clásica?
Es una pregunta difícil de contestar porque siempre busco mis problemas. Creo que una característica de un buen arreglo es que solucione con éxito un problema inherente de la transformación de un estilo a otro. Hay canciones más “secas”, dónde la grabación original apenas tiene nada más que voz, con una melodía y una letra excelentes, con guitarra, bajo y batería que se limitan a hacer lo básico de armonía y ritmo. Aquí tienes que inventar mucha música, los músicos tienen hambre y les tienen que dar material fresco para tocar. Un ejemplo podría ser “Maneras De Vivir” o incluso “Rock You Like A Hurricane”. Pero hay otras canciones con una producción muy compleja (las canciones de Extremoduro, por ejemplo), dónde hay mil hilos que seguir, y tienes que aprender a priorizar y saber sacar el máximo con poco. Al final en el estudio puedes grabar una canción con 180 tomas distintas, si quieres, pero en el escenario los recursos son limitados y tienes que tener muy claro qué escribir en la partitura y cómo hacerlo.
- ¿Cuáles son tus referentes musicales? ¿Qué “descubriste” primero: el rock o la música clásica?
Pues todo a la vez. Yo empecé música con 14 años, de golpe descubrí un mundo que me fascinó. Y lo más curioso es que antes no me gustaba la música, o no sabía que me gustaba. Al descubrir la música de tan mayor, escuchaba mucha música, clásica y rock por igual, y siempre he crecido tocando y estudiando las dos, y relacionando su lenguaje. Y para decirte referentes… Me gusta mucho la música de los años 70, Led Zeppelin, Queen, Deep Purple, Genesis (A Trick Of The Tail) el primer disco (Rock Bottom) de un tipo llamado Robert Wyatt, pero en general toda la música moderna trabajada y bien hecha, me encanta. En el ámbito clásico, como he dicho, me encantan los compositores que todos conocemos, pero también la música contemporánea, una música que me parece brutal y que nunca puedo parar de escuchar y aprender de su imaginación sin límites. Incluso con algunos he tenido la suerte de poder estudiar con ellos. Antes he citado algunos nombres, pero para decir más Messiaen, Janacek, Kurtag, Stockhausen, Roslavetz, Casablancas, Humet, Ferneyhough, Davies, Carter…
- No es la primera vez que se hacen versiones “clásicas” de temas de rock y metal, mismamente estos grupos que versionáis también han colaborado con orquestas sinfónicas en varios proyectos. ¿Qué va a encontrar el público como novedad en vuestra interpretación?
Antes he explicado que desde que empecé a escuchar este tipo de versiones, no me encontraba artísticamente representado y cuando tuve la capacidad y la oportunidad de hacerlo, hice yo mis propias versiones. Lo que no me representa es la manera de abordar esta versión. La gran mayoría de las versiones que he escuchado tocan la música rock como si fuera clásica con arreglos escritos al estilo más moderno, sin riqueza contrapuntística o armónica. Para mí, el éxito de este proyecto es que tocamos como un grupo de rock, pero con instrumentos clásicos y arreglos escritos con mucho detalle y riqueza, al estilo clásico, pero que saca un gran sonido y exprime al máximo el potencial de estos instrumentos. También los músicos tienen que aprender a tocar distinto, y esto no se consigue en dos días. Tienen que ser músicos de una calidad absolutamente extraordinaria que a la vez tengan la inquietud y el tiempo de querer encontrar un sonido nuevo, estar muchas y muchas horas ensayando para encontrar juntos este sonido más agresivo, pero sin perder expresividad, empastar con los otros…
- Es evidente que la música culta y el rock o metal tienen muchos aspectos en común. ¿Crees que el público rockero (por lo general) también escucha este estilo? ¿Veréis en vuestro concierto más heavies o más “clásicos”?
Los amantes del rock son, por lo general, gente muy sensible y abierta a la música buena, y que por tanto también saben disfrutar de la música clásica. Y los más melómanos también saben distinguir la enorme calidad de la música rock. Así que creo que habrá un poco de todo, o sea, gente a la que le guste disfrutar de la buena música.
- ¿Esperáis un público sentado, sin aplaudir “entre movimientos”, guardando el protocolo de un concierto clásico… o por el contrario haciendo “head banging”?
Yo espero un público con muchas ganas de disfrutar de las canciones que, en el fondo, son la banda sonora de su vida. Me gustaría ver a la gente cantando sin vergüenza, aplaudiendo cuando alguna cosa le guste.
- Como director, ¿Qué supone mayor reto para ti: dirigir una sinfonía de Mahler o temas de Metallica y Iron Maiden?
No soy ese tipo de director que sale al escenario y sabe cargar con toda la orquesta, dar todas las entradas, modular la intensidad… A mí me gusta trabajar tranquilo y a fondo en los ensayos y después no tener que salir, ya que la orquesta ya toca perfectamente sin mí y sabe todas las indicaciones de antemano. Hacer esto con una sinfonía de Mahler es casi imposible, pero con la música de Iron Maiden y Metallica trabajar así es ideal, y más con nuestra forma de enfocar la interpretación, así que estamos muy a gusto.
- ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Incluiréis instrumentos de otras familias, tal vez algún electrófono… o quizá un coro mixto?
Tengo muchas ganas de continuar trabajando con el quinteto y la orquesta de cuerda, y hasta nos hemos planteado de componer alguna cosa especial para esta formación, quizá con la participación de algún instrumento especial, pero de momento solo son pensamientos y conversaciones.
- Con los nuevos estilos de música popular urbana que están apareciendo, ¿crees que la música clásica o el rock tienen futuro? ¿O morirán con nuestras generaciones?
Yo veo la música rock como algo que ya ha pasado a la historia. Una música de excelente calidad reflejo de una época con una sociedad de la que los más jóvenes (y no tanto) debemos inspirarnos. Creo que hay una diferencia enorme de riqueza, sensibilidad e incluso curiosidad entre los jóvenes que hacían música popular en su época (el rock) con la que se hace ahora. El rock no morirá nunca porque es música buena, como no ha muerto, ni morirá, Beethoven, y la gente seguirá escuchándolos. Lo que nos tenemos que preguntar es la persistencia en la memoria y en nuestro gusto que tienen las canciones que salen como churros hoy en día. Canciones muy pegadizas que parece que nunca te vas a cansar, pero te cansas, y justo cuando lo haces, aparece una canción muy similar que la reemplaza. Hagamos memoria y busquemos todas aquellas canciones que nos fascinaron en su momento y ya no nos acordamos. El tiempo pone a cada uno en su sitio, y no hace falta temer porque la música buena nunca será olvidada.
Entrevista: Miriam Martín