CATS IN SPACE – Too Many Gods (2015)

Decir que estamos en la era de los revivals es quizá mucho decir. Éstos, en realidad, están por todos lados en todas las épocas. Ahora le toca al blues-rock de los setenta, y quizá dos décadas más adelante será el turno del nu-metal o del grunge. Lo que sí es raro es encontrarse con revivals como el que proponen Cats in Space, una all-star band de viejos conocidos de la pomposidad y la instrumentación bombástica.

Con invitados destacables como el de Andy Scott (The Sweet) o Mick Wilson (10CC), el éxito de la iniciativa no estaba asegurado, pero tenía desde luego muchas opciones de prosperar. Y así ha sido. Too Many Gods es un canto amable entre tanto ruido furioso, una pequeña peculiaridad revestida de seda. La formación de la que se ha provisto el líder, cantante y compositor Greg Hart ha sido capaz de sacar adelante una docena de temas que nunca suenan repetitivos y ni siquiera evocan clásicos concretos: más bien son una amalgama de lugares familiares que toman aquí una forma reconocible pero a la vez novedosa. A ratos suenan a la ELO, a ratos a Queen, a Mott the Hopple y, cómo no, a cada una de las bandas que hicieron famosos a estos músicos.

Los últimos lustros han dado ciertamente pocos álbumes como éste, y quizá es por la dificultad de salir airosos de una empresa de estas características. Siempre será más fácil enganchar un par de riffs, un solo y un estribillo que historias algo más complejas, cargadas de capas, recargadas con coros e ideas extravagantes que parece que descompensarán el resultado, pero que acaban encontrando su lugar.

Claro que tampoco estamos ante un disco antológico ni perfecto. Sin tener temas flojos, tampoco tiene verdaderos himnos que se puedan resaltar. Hay algunas canciones realmente elaboradas y deliciosas para el oído (su primer single, Mr. Heartache, es un buen ejemplo), composiciones de dimensiones épicas (The Greatest Story Never Told, con el inconfundible sello de Mike Moran) y cortes tan alegres como huecos: Only in Vegas es todo un canto a lo liviano, perfectamente desacomplejado. Pero, al final, da mayor sensación de museo de cera que de obra de arte de nuestro tiempo. Canciones creadas en el siglo XXI pero que miran hacia atrás con el rabillo del ojo, que no quieren matar al padre sino revivirlo. Y así es difícil creerse lo que se está escuchando.

Cats in Space es una peculiaridad, extravagante, atractiva y anclada en el pasado. Sin estar cargada de canciones inolvidables, consigue que vuelvas a escucharlo, para reparar en nuevos detalles, para volver a la melodía que te había enganchado hacia la mitad del disco, o para reconciliarnos con una época a ratos amada y a ratos odiada. Un disco con pretensiones de grandeza que se disfruta, sobre todo, cuando se escucha con ligereza. Entretenidísimo.

Julen Figueras