BLACK STAR RIDERS: ALL HELL BREAKS LOOSE (Nuclear Blast, 2013)

Durante un buen puñado de meses la rumorología se había disparado con este trabajo. No hay duda de que el morbo estaba servido desde que Scott Gorham decidiese que Thin Lizzy debería grabar un nuevo disco. No fueron pocos los indignados desde el primer momento tachando de oportunistas a Scott y a todos los involucrados en el reparto de esta historia del Rock que todos suponíamos cerrada.

Y es que, amigos míos, no valen engaños ni medías tintas, Thin Lizzy se nos murieron el día que a Phil Lynott se le paró el corazón. Volver a la carretera con el nombre de Thin Lizzy sin Phil Lynott es como «El Padrino» sin Brando o Pacino ¿Os imagináis «Casablanca» sin su elenco de protagonistas principales después de 75 años?
Finalmente ha imperado la cordura y el nombre de Thin Lizzy ha sido respetado y reemplazado por el de «Black Star Riders«. Y este primer disco de la banda de Scott Gorham, el tío de Los Almighty y tres experimentados mercenarios, más que como una continuación numérica del grupo original de Lynott, debe tomarse como un tributo a su legendaria figura.

Así que mirado de esa manera «All Hell Breaks Loose» es un trabajo realmente disfrutable. Los riffs están trabajados muy bien, como la parte rítmica. No hay sitio para las sorpresas, de modo que la voz de Rick Warwick suena a Lynott, y la música a Lizzy.
«Bound for Glory», «Valey of the Stones», «Hey Judas» o «Kissin’ The Ground» por citar cuatro canciones, constan de los mismos pilares que las añejas melodías de los irlandeses que pasan por tributos actuales a «Waiting for an Alibi», «Killer on the Loose» o «Cowboy Song», parando en cada detalle de «Black Rose», «Johnny The Fox» o el infinito «Jailbreak».
Sin olvidarse de la faceta más sensiblera que afectaba a Phil Lynott, aunque obviamente falta la aureola casi mística del hijo de Phyllis.
Canciones tipo «Kingdom of the Lost» recuperan o mejor dicho, tratan de recuperar el folclore irlandés que tanto le gustaba a Phil, dejándonos una canción tan entretenida como poco original.
«All Breaks Loose» es un disco que se deja escuchar y hasta querer. Que los mitómanos de los irlandeses seguramente acabarán comprando, y que posiblemente repudiarían si las palabras Thin Lizzy hubiesen usurpado la caratula del álbum.
Al final, pecado venial con buenos temas que unirá a banda y seguidores para disfrutar de él y para que la llama de Phil no se apague.

 

Caído en Little Big Horn