BERRI TXARRAK – Infrasoinuak (2017)

Veinte años después de su disco homónimo, Berri Txarrak son todo lo contrario a aquel recurrente chiste de Groucho: solo tienen estos principios, así que si no te gustan, lo mejor es que te vayas a otra parte. El trío liderado por Gorka Urbizu puede que sea exitoso, pero también incorruptible. Graban lo que les da la gana, y si da la sensación de que se dejan llevar por alguna corriente es menos por conveniencia que por mera casualidad.

Mucho antes de que Infrasoinuak (Infrasonidos) viera la luz, las cartas estaban repartidas. Quienes se dejen arrastrar por los prejuicios (todavía en 2015 había quien quería vetarlos), seguirán ignorando a una de las mejores bandas de rock de la actualidad. Para el resto, esa gente que llena salas para verlos tocar cada vez que pasan cerca, este nuevo disco no supondrá ni una decepción ni una sorpresa. Es exactamente lo que podíamos esperar y desear.

Infrasoinuak viene a constatar la evolución y apertura de Denbora da poligrafo bakarra, a través de otros diez temas como diez puñetazos. No en la cara, como repite el cliché, sino en el estómago (vacío), en los testículos (demasiado llenos de testosterona), en la bandera (manchada de sangre) y en la conciencia (para quien le quede).

Por necesidad o por placer, Berri Txarrak se ha empeñado en ser el espejo en el que no queremos mirarnos. Expertos en aunar música y lírica, los grises paisajes sonoros a los que nos enfrenta la banda van acompañados de letras (que ya puedes encontrar traducidas) que suenan apocalípticas, pero que son actuales, urgentes, insorteables. Tras el ruido de las guitarras distorsionadas hay una invitación a escuchar verdades, esos infrasonidos ocultos entre tanta bazofia anestesiante.

Y, si escuchamos atentamente, podremos entender la magnitud del problema. Así, el rápido tempo de “Zuri” (blanco) nos lleva a la vida entre pateras y concertinas al tiempo que nos recuerda que todos, Fernández o Goikoetxea, somos inmigrantes. Los sonidos pop de la aparentemente simpática “Spoiler!” nos imaginan, como un buen capítulo de Black Mirror, en un mundo en el que nuestro vacío vital se llena de pequeñeces como la nueva serie de moda. Y, como Black Mirror, esa historia es pura ciencia ficción…

Hay también resquicios por los que la luz entra, como en la peculiar “Katedral bat” o en la preciosa “Zaldi zauritua” (caballo herido), pero incluso cuando hablan de amor hay un impulso combativo, una huida desde lo establecido hacia realidades mejores. Si esa amalgama que va desde el punk hasta el stoner parece ya asentada en el sonido de los berri, la intrepidez de Urbizu a la hora de crear imágenes rompedoras tiene aún que encontrar límites.

Infrasoinuak no es el mejor disco de Berri Txarrak, pero es una fantástica continuación en la carrera de una banda sin apenas ningún traspiés. Siguen haciendo grandes canciones con su característica mala leche, sólo que ahora son músicos más curtidos y letristas más sabios. Amargo como un café solo a primera hora de la mañana, Infrasoinuak es un revulsivo para despertar la mente abobada y el cuerpo encogido.