AVANTASIA
Palacio Vistalegre, Madrid, 27 Abr. 2019
Crónica y fotos: Raúl Blanco
Si haces una pequeña encuesta entre el público metalero de nuestro país sobre los músicos a los que más admiran y mejor les caen estoy seguro de que aparecería el nombre de Tobías Sammet y muy bien colocado. Y no hablo del público femenino únicamente y es que un tipo capaz de desprender semejante buen rollo desde un escenario se tiene que llevar una recompensa, incluso luchando por las causas perdidas como los 10 euros de un mini de Cerveza, luego lo entenderéis.
Con las entradas de sus concierto de Barcelona y Bilbao agotadas y prácticamente lo mismo en Madrid donde se tuvieron que poner a la venta las zonas de grada que no iban a venderse ante la alta demanda, se presentaba una gira de presentación más de Avantasia, “Moonglow” se llama la excusa, aquel proyecto que nació allá por el 2001 de un descanso de Edguy y que ha terminado por devorar por completo al grupo. La propuesta era muy original e incluso arriesgada por la cantidad de nombres involucrados pero se ha visto finalmente que fue un grandísimo acierto. Ver sobre el escenario alguno nombres de los mejores y más reconocidos cantantes del Heavy Metal/Hard Rock es algo que por sí solo ya atrae mucho.
Avantasia es el hijo listo que le ha salido a Tobias y el público así se lo reconoce pero es que el ir y venir de artistas sobre el escenario no dejan paso al más mínimo segundo de monotonía. Tras arrancar con “Ghost in the moon” el primer colaborador en aparecer es Ronnie Atkins (Pretty Maids) ante el que reconozco mi sorpresa por el más que buen estado vocal que mostró. Lejos, muy lejos de parecer una competición para demostrar quién es mejor cantante de todo el plantel o tan siquiera para que el ego trate de imponerse, lo que se ve sobre el escenario es respeto, admiración, amistad y un buen rollo tan contagioso como el más virulento virus de la gripe en pleno invierno.
Por distintos motivos me resulta imposible escoger o decantarme por uno u otro pero la aparición del “vikingo” Jorn Lande hizo saltar por los aires Vista Alegre. Ese espresismo exagerado al máximo como si estuviera actuando en un film te obliga prácticamente a no quitarle ojo de encima, y es que, nos guste o no, no todo es cantar bien sino que hay que saber trasmitir lo que estas cantando para que esa emoción llegue sin pagar peajes al oyente. Como os digo, puede que Jorn fuera el triunfador de la noche pero para mí lo fue otra dupla, Geoff Tate (Queensryche) y un Eric Martin (Mr.Big) que asombrosamente canta sin aparante problema unos temas alejados de su zona de confort tanto en Mr.Big como en su carrera en solitario. Aunque resultaría un poco injusto no meter en el saco a un Oliver Hartmann con papel principal a las seis cuerdas que no le impiden cobrar protagonismo luciendo a gran nivel en la ardua, y casi imposible tarea de sustituir a un tal Michael Kiske “Reach out for the light” por ejemplo.
¿Recordáis lo que os comente al principio del mini? Pues aquí va la explicación, en un momento determinado Tobias le coge el mini entero, recién puesto, a un fan de la primera fila, se acerca a un lateral del escenario y vuelve con lo que desde mi posición parecía un billete de 10 euros que le da al fan, como lo escucháis, le pago el mini no sin quedarse perplejo del precio “¿10 euros? ¿En serio? ¿10 euros una cerveza? Vale que no es pequeña pero…tampoco es tan grande…¿10 euros? ¿¡Estáis de broma!?”, circunstancia que le duro todo el concierto y que repitió en varias ocasiones incluso en la presentación de la banda final en la que Oliver Hartmann “prometió” que Tobias volvería a un local donde la cerveza costara 5 euros. El descubrimiento para mí, lejos del precio de la cerveza como le sucediera a Tobias, fue la voz de Adrienne Cowan, una de las dos coristas que lleva Avantasia en este tour y a la que no tenía el placer de conocer, impresionante su timbre de voz y su fuerza.
El tener ese respaldo vocal tan impresionante en tus compañeros de aventura hace que puedas tomarte un descanso sin que se resienta el espectáculo lo mas mínimo y es que claro, Tobias deja el show en manos de unos tal Jorn Lande y Eric Martin para “Promised Land” en primera instancia para que, seguidamente, sea Geoff Tate el compañero de baile de un más que brillante Eric Martin en su faceta más dura. Pero claro si escuchas barbaridades como el “Avantasia” que se marcaron Tobias y Tate está claro que al recibir en el escenario a un vocalista ligeramente inferior esa noche aquello se note mucho más, y si hay ganadores siempre tiene que haber un perdedor, o mejor dicho en este caso, un menos ganador por que sería injusta arrojar a los leones a ninguno y más teniendo en cuenta de los nombres que estamos hablando pero, si, el menos ganador y con diferencia desde mi punto de vista tiene nombre y apellidos, Bob Catley (Magnum).
El espectáculo sobrepaso las tres horas de concierto, más de ciento ochenta minutos magistrales, divertidos, con una clase brutal tanto vocal como instrumental, no en vano hablamos de músicos de la talla de Hartmann, Sascha Paeth o Felix Bohnke entre otros, y que nos dejaron una grandísima noticia y otra no tan buena, parafraseando el lema utilizado en la sucesión de las monarquías francesas y británicas en el siglo XIII para no dar en ningún momento una sensación de vacío en el trono…EL REY HA MUERTO (EDGUY), LARGA VIDA AL REY (AVANTASIA).